Quedarse embarazada en diciembre: pros, contras y cuándo nacerá tu bebé

Quedarse embarazada en diciembre: pros, contras y cuándo nacerá tu bebé
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Cuando planeamos el embarazo, y aunque luego no salga siempre según lo previsto, solemos calcular cuándo será el mejor momento. Si bien no hay un mes mejor que el otro, lo cierto es que la época del año podría tener cierta influencia en el trascurso de tu embarazo.

Hoy te cuento, en base a mi experiencia y según lo que dice la ciencia, cuáles son los pros y contras que te esperan si quedas embarazada en diciembre y tu bebé nace en septiembre.

Ventajas y desventajas de quedarse embarazada en el mes de diciembre

Quedarse embarazada en diciembre tiene grandes ventajas que irás descubriendo a lo largo de todo tu embarazo. Pero no te vamos a engañar; también hay algún pequeño inconveniente, si bien estos se olvidarán cuando veas la carita de tu bebé.

En cualquier caso, si quieres saber ya mismo todas las ventajas e inconvenientes que te esperan a lo largo de tu embarazo, desde este mes y hasta que finalice, en septiembre del próximo año, te lo detallamos a continuación por trimestres.

Eso sí, cabe aclarar en este punto que hablamos de mujeres embarazadas que viven en el hemisferio norte, ya que hablamos de las estaciones de acuerdo a estas latitudes. En realidad, el embarazo no dura exactamente nueve meses, por lo que los trimestres tampoco son exactamente de tres meses cada uno, pero daremos una aproximación.

Primer trimestre: diciembre, enero y febrero

primer trimestre

Tu primer trimestre de embarazo coincide plenamente con la llegada del invierno y las bajas temperaturas. En mi opinión esto tiene una parte positiva y otra negativa.

La positiva es que el frío suele ser mejor tolerado en el embarazo que el calor, pues las altas temperaturas tienden a acentuar las molestias típicas de este trimestre, como el cansancio y las náuseas.

Pero si sufres náuseas, una de las mejores formas de aliviarlas es paseando por entornos naturales y respirando aire puro, algo que no siempre es posible hacer en esta época del año caracterizada por las lluvias, las nevadas y el frío.

Una de las cosas más bonitas que tiene quedarse embarazada en diciembre es que muy probablemente te enterarás de tu positivo en plenas fiestas navideñas, y este recuerdo tan emotivo y especial te acompañará toda la vida.

Si además, decides compartir la noticia de inmediato con tus familiares y amigos, las reuniones sociales que celebramos en estas fechas serán el momento más idóneo para hacerlo, contribuyendo a aumentar la alegría de todos.

Pero también has de tener mucha precaución con las fiestas navideñas y el embarazo, pues es probable que no puedas comer muchos de los alimentos típicos, como patés y ahumados, jamón o carnes poco hechas, ciertos pescados y, por supuesto, nada de alcohol.

En cuanto al ejercicio físico, si bien es sumamente importante comenzar a practicarlo desde el principio del embarazo (siempre que no exista contraindicación para ello), quizá el mal tiempo te impida hacerlo en el exterior y debas ejercitarte en casa o en el gimnasio.

Segundo trimestre: marzo, abril y mayo

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Con el segundo trimestre de tu embarazo llega también la primavera, una época del año que no gusta a todos por igual. Y es que las personas alérgicas a pólenes suelen pasarlo especialmente mal en estos meses, por lo que si es tu caso deberás llevar un riguroso control médico ya que los síntomas no tratados podrían afectar de forma negativa a tu salud y al desarrollo de tu embarazo.

Si por el contrario, no sufres ningún tipo de alergia primaveral, esta época del año te sentará de maravilla. Salir a pasear y hacer excursiones al campo te ayudará a despejar la mente, a sentirte mejor físicamente y a disfrutar de los beneficios que aporta la vitamina D procedente del sol.

Pero con el cambio de estación llega también la astenia primaveral, un trastorno temporal que se caracteriza por un estado de apatía y cansancio constantes, que se piensa está ocasionado por la necesidad de nuestro cuerpo de adaptarse al aumento de horas de luz, la temperatura y la cantidad de polen en el ambiente.

La astenia primaveral puede ser especialmente acusada durante el embarazo, aunque por fortuna dura poco tiempo y podrás combatirla fácilmente con descanso, hidratación y alimentación equilibrada.

Tercer trimestre: junio, julio y agosto

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Las mujeres que se quedan embarazadas en el mes de diciembre viven todo el tercer trimestre de su embarazo en verano, una estación que suele resultar especialmente incómoda para las embarazadas debido a sus temperaturas extremas y a los síntomas agravados por el calor.

Lo que más te afectará es la retención de líquidos, haciendo que sientas las piernas y tobillos algo hinchados, que sumado al peso y el tamaño de la barriga, pueden acrecentar el dolor en la pelvis y el dolor de espalda. Para aliviarlos, la piscina es una gran aliada para refrescarte y para hacer ejercicio en un medio acuático, donde no sentirás el peso de la barriga.

Otra molestia típica del tercer trimestre que podría acentuarse con el verano es la acidez o ardor de estómago. Este síntoma digestivo se agrava, entre otras cosas, con los atracones de comida, los horarios de comida irregulares, la ingesta de alimentos muy fríos o con alimentos ricos en grasas y azúcares. Todos estos aspectos suelen descuidarse especialmente en verano, entre barbacoas, helados y comidas copiosas que provocan digestiones pesadas.

Por otro lado, si tenías pensado salir de vacaciones es probable que debas posponer tu viaje hasta después de dar a luz, pues la Federación de Asociaciones de Matronas de España aconseja no viajar por carretera a partir de la semana 34, mientras que las compañías aéreas recomiendan no efectuar viajes en avión cuando el periodo de gestación supera las 32 semanas. En cualquier caso, será el médico quien mejor pueda aconsejarte.

Pero el verano también puede ser una etapa maravillosa para vivir la recta final de tu embarazo pues, en general, se tiene más tiempo libre y mimarse y cuidarse resulta más sencillo.

Cuándo nacerá tu bebé

bebé

Según la regla de Naegele, tu fecha de probable de parto será en el mes de septiembre, una fecha sin duda maravillosa para disfrutar de las ventajas que tiene los últimos coletazos del verano.

Y es que las suaves temperaturas y las largas horas de luz te permitirán salir a pasear con tu bebé desde el primer día, beneficiándoos ambos de la vitamina D del sol (para tu bebé, esta vitamina es esencial para su crecimiento y su sistema inmune, y a ti te ayudará en tu recuperación postparto).

Además, cada vez más gente aprovecha el mes de septiembre para marcharse de vacaciones, así que es probable que os encontréis muy tranquilos en lo que a visitas se refiere y eso os permita descansar y disfrutar al máximo de la intimidad familiar.

Si atendemos a la ciencia, diversos estudios realizados sobre la época de nacimiento afirman que nacer  en los meses de mayor luz solar está relacionado con:

  • Son alegres y menos propensos a la depresión: según un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience, los ciclos de luz de verano tendían a reducir el riesgo de trastorno afectivo estacional (depresión de invierno), depresión bipolar y esquizofrenia para los nacidos en los meses de verano y aumentar para los nacidos en invierno.
  • Son propensos a los cambios de humor: si bien son propensos a la positividad, también pueden verse afectados por los cambios de humor. El temperamento ciclotímico (caracterizado por cambios rápidos y frecuentes entre estados de ánimo tristes y alegres).
  • Son más fuertes y altos: los bebés nacidos durante el verano y a principios del otoño serán más fuertes y más altos. El efecto podría deberse a las concentraciones de la hormona melatonina dependiente de la luz en el cuerpo de la madre, lo que podría estimular la secreción de hormonas de crecimiento.

¿Embarazada en otros meses del año?

Fotos | IStock, Pexels

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