Nueve juegos sencillos que no se compran para divertirse en familia en las comidas navideñas

Los mejores juegos de Navidad son los que se comparten alrededor de la mesa

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Laura Ruiz Mitjana

Las comidas navideñas reúnen a varias generaciones alrededor de una mesa. A veces hay sobreesas largas, risas, momentos de espera… y también niños que necesitan moverse, hablar y sentirse parte de la conversación. 

No hacen falta juguetes nuevos ni pantallas para crear recuerdos bonitos: el juego compartido, sencillo y espontáneo es más que suficiente.

Aquí tienes nueve juegos gratuitos, originales y muy fáciles de poner en marcha, pensados para todas las edades, que convierten cualquier comida navideña en un momento de conexión real.

Nueve juegos para divertirse en familia en Navidad

1. El juego de las palabras encadenadas navideñas

Una persona dice una palabra relacionada con la Navidad: “estrella”. La siguiente debe decir otra que empiece por la última sílaba o letra: “regalo”, “oveja”, “ángel”…

Se puede adaptar a los más pequeños permitiendo repetir letras o ayudándoles con ideas.

Ideal para estimular el lenguaje y la atención.

2. ¿Qué estoy dibujando en el aire?

Alguien “dibuja” en el aire con el dedo una figura o personaje navideño (un árbol, un camello, un regalo). El resto debe adivinarlo.

Los niños pueden hacerlo más grande y lento; los adultos, más complicado.

Juego corporal, creativo y muy divertido.

3. El saco invisible de los Reyes Magos

Una persona dice: “En el saco invisible llevo…” y añade un objeto imaginario. Cada participante repite los anteriores y añade uno nuevo.

Ejemplo: “Llevo un coche, una pelota y un libro”.

Trabaja memoria, imaginación y escucha.

4. Historias disparatadas en familia

Uno empieza una historia con una frase: “Era una noche de Navidad muy especial…”. Cada persona añade una frase más.

No se corrige, no se juzga, todo vale. Cuanto más absurdo, mejor.

Fomenta la creatividad y el sentido del humor compartido.

5. Adivina el personaje

Piensa en un personaje navideño (Papá Noel, un reno, un Rey Mago). Los demás hacen preguntas que solo se pueden responder con “sí” o “no”.

Los niños disfrutan mucho siendo quienes piensan el personaje.

Juego sencillo que estimula el razonamiento.

6. El eco divertido

Una persona dice una frase corta y el resto debe repetirla cambiando la emoción: enfadados, contentos, muy cansados, como si fueran un bebé…

Ejemplo: “Feliz Navidad” dicho como robot o como gigante dormido.

Ideal para liberar tensión y reír juntos.

7. ¿Qué cambiarías de la Navidad?

Cada persona dice algo pequeño y simbólico que cambiaría: “Que los turrones no se acaben”, “Que la noche dure más”, “Que los abuelos vivan más tiempo”.

Es un juego tranquilo que suele dar lugar a conversaciones bonitas.

Invita a la expresión emocional y al vínculo.

8. La foto imaginaria

Alguien dice: “Estamos en una foto familiar”. Todos deben quedarse quietos representando una escena: cocineros, renos, Reyes Magos, familia congelada de risa…

Luego se cambia la escena.

Juego corporal que encanta a niños y adultos.

9. El amigo invisible de las palabras bonitas

Cada persona piensa en alguien de la mesa y, sin decir su nombre, dice en voz alta una cualidad o algo bonito sobre esa persona: “Alguien de aquí me hace sentir tranquila”, “Alguien siempre me hace reír”.

Después se intenta adivinar de quién se habla, o simplemente se deja en el aire.

Refuerza el vínculo, la autoestima y crea un clima emocional muy cálido, ideal para cerrar la comida o la sobremesa.

Un pequeño recordatorio importante

Estos juegos no buscan hacerlo “perfecto” ni llenar cada minuto. Su valor está en mirarse, escucharse y compartir, sin prisas ni expectativas. Para los niños, estos momentos son mucho más importantes que cualquier regalo envuelto.

Porque, cuando pasan los años, lo que permanece no es lo que había sobre la mesa, sino cómo nos sentimos alrededor de ella

Foto de portada | Imagen de Freepik

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