Cesárea paso a paso, ¿qué se siente?: mi experiencia personal desde que entras al quirófano hasta que te quitan los puntos

Cesárea paso a paso, ¿qué se siente?: mi experiencia personal desde que entras al quirófano hasta que te quitan los puntos
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La cesárea es una intervención quirúrgica en la que se hace una incisión en el abdomen y el útero de la madre para extraer al bebé. Está indicada cuando se cree que un parto por vía vaginal podría suponer un riesgo para la madre o el niño.

Si existe alguna circunstancia por la que el médico te haya recomendado realizar una cesárea, es probable que estés asustada y confusa. Y es que mucho se habla de lo que se siente durante un parto vaginal, pero pocas veces leemos lo mismo acerca de la cesárea.

Por eso, desde mi experiencia como madre de tres niños nacidos mediante cesárea, me gustaría contarte qué se siente desde que entras al quirófano, hasta que te retiran los puntos o grapas. Obviamente se trata de mi experiencia, y puede ser diferente a la de otras mujeres en función del protocolo del hospital, del país en el que te encuentres y de si la cesárea es programada o de urgencia. Además, en estos momentos de pandemia también pueden cambiar algunos procedimientos.

En cualquier caso, espero que mi experiencia al menos te ayude a estar más tranquila sabiendo a lo que vas a enfrentarte en cada fase de la intervención y recuperación.

1) Preparación previa

Si tu cesárea es programada, el médico o matrona te informarán de los preparativos que debes tener en cuenta antes de la operación, pero te resumo lo más habitual:

  • En primer lugar, deberás guardar ayuno de sólidos y líquidos de entre seis y ocho horas antes de la intervención. Por tanto, si la cesárea la tienes programada por la mañana, la cena de la noche anterior será la última comida que hagas.
  • No tomes ningún medicamento en ese tiempo de ayuno, a no ser que el médico te lo indique.
  • También tendrás que firmar los consentimientos para la cesárea y entregarlos el mismo día, o antes si tienes pendiente alguna revisión ginecológica antes de la cesárea.
  • La consulta con el anestesista es imprescindible. Te harán un análisis de sangre y un reconocimiento previo a la intervención.
  • Al quirófano no podrás entrar con lentillas, uñas pintadas ni complementos (pendientes, anillos, pulseras, teléfono móvil...)

A la hora de preparar la maleta del hospital, te recomiendo que incluyas braguitas desechables de las que venden en farmacias, pues aparte de ser más higiénicas, no tienen costuras que pueden molestarte. También es recomendable que optes por camisones antes que por pijamas de dos piezas (aunque en el hospital te darán camisones, quizá te apetezca llevarte los tuyos), zapatillas abiertas que puedas ponerte sin necesidad de agacharte y ropa de cambio para tres o cuatro días.

Y para finalizar, te recomiendo que anotes en una libreta todas las dudas que tengas acerca de la cesárea y se las consultes a tu médico o matrona el último día que les veas antes de la intervención. Estarán encantados de ayudarte y resolver tus dudas te ayudará a afrontar el momento más relajada.

2) Llegada al hospital

embarazada

Cuando llegues al hospital el día y la hora señalada, te llevarán a tu habitación y te darán un camisón para que te pongas. Es probable que un enfermero o enfermera venga a ponerte la vía de la medicación en el brazo, aunque también puede ser que lo hagan ya en el quirófano.

En la habitación esperarás un ratito hasta que un celador vaya a recogerte. En caso de poder estar acompañada por tu pareja (una práctica especialmente recomendable, y que los hospitales deberían mantener aún en estos momentos de pandemia), le indicarán dónde acudir y cómo proceder para vestirse y entrar al quirófano.

3) Llegada al quirófano

Una vez entres al quirófano, el celador o las enfermeras te ayudarán a dejar la cama en la que venías y a tumbarte en la mesa de operaciones, bastante más estrecha. Si no te han cogido la vía anteriormente lo harán en ese momento.

Es probable que el personal sanitario que te vaya a atender durante la operación se presente (o al menos es de agradecer que lo hagan, pues siempre genera confianza saber cómo se llama la persona que te atiende y qué función tiene dentro del quirófano), pero si no lo hacen te aconsejo que lo preguntes tú.

3) Anestesia epidural

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Ponerte la anestesia epidural o raquídea quizá sea uno de los momentos que más angustie te provoque, pero desde mi triple experiencia te aconsejo que estés tranquila, pues apenas lo notarás.

El anestesista te dirá cómo debes colocarte para administrarte la anestesia. Deberás estar sentada o recostada de lado, y siempre con la curvatura de la espalda hacia fuera. Antes de administrar la epidural, se desinfecta la piel y se aplica una anestesia local (un pequeño pinchazo que apenas molesta), para evitar el dolor al pinchar la zona lumbar.

A partir de ese momento sentirás tus piernas dormidas e insensibles y no las podrás mover, por lo que las enfermeras te ayudarán a tumbarte en la camilla.

4) Otros procedimientos previos

Una vez anestesiada, te colocarán una sonda vesical (al tener la zona dormida no notarás nada), un pulsómetro en el dedo para controlar tu frecuencia cardíaca y tu tensión arterial, y unas gafas nasales de oxígeno.

Cuando ya estés preparada, tu pareja podrá pasar y sentarse a tu lado. ¡Verás como en ese momento tus niveles de ansiedad se rebajan!

5) La cesárea paso a paso

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Como sabes, para hacer una cesárea deben cortarse varias capas de piel y tejido hasta llegar al útero. Hasta ese momento no vas a sentir dolor ni molestia alguna, si acaso un leve olor a quemado al principio si el médico utiliza bisturí eléctrico para hacer la incisión, en lugar de bisturí convencional.

El momento más molesto, en base a mi experiencia, es cuando se corta el útero para sacar al bebé. Y es que en función de la posición que el bebé tenga dentro del vientre, puede ser necesario manipular con más o menos intensidad, y sentir cómo te tiran y remueven por dentro puede llegar a ser bastante desagradable e incluso impactante.

De hecho, en mi tercera cesárea mi bebé estaba muy encajado e hizo falta 'forcejear' bastante para sacarlo, lo que hizo que me bajara la tensión en picado y comenzara a marearme. El anestesista revertió rápidamente la situación, pero esos minutos los recuerdo con bastante angustia. En cualquier caso, no son sensaciones dolorosas, ni mucho menos.

6) Nacimiento y sutura de la herida

nacimiento

En cuanto el bebé nazca sentirás un inmenso vacío en el abdomen. Es una sensación muy extraña, pero sin duda se agradece que te liberen del peso que has cargado durante los últimos meses. A continuación te mostrarán a tu bebé y podrás tocarlo, besarlo o incluso colocártelo sobre el pecho en contacto piel con piel. Si esto no fuera posible será tu pareja quien lo coja, aunque te aconsejo que le pidas pero te lo acerque a la cara para que puedas olerlo, besarlo y hablarle. Este momento quedará grabado a fuego en tu corazón, y a pesar de los nervios vividos, lo recordarás por siempre.

Probablemente estés tan hipnotizada con tu bebé que te olvides por completo de que el médico te está suturando la herida. Apenas sentirás molestia. Si acaso algún tirón para tensar bien el hilo y conseguir una cicatriz perfecta.

7) Reanimación

Lo normal es que tras la cesárea pases a una sala de reanimación en la que estarás controlada y monitorizada en todo momento. En algunos hospitales puedes continuar acompañada de tu pareja y tu bebé, pero si esto no fuera posible, ellos se marcharán a la habitación a hacer piel con piel mientras tú terminas de recuperarte.

El tiempo que deberás permanecer en reanimación tendrá que dictaminarlo el médico, y dependerá de tu estado de salud, de cómo haya transcurrido la intervención y de cómo te estés recuperando de la anestesia. En este tiempo es probable que notes mucho frío y temblores incontrolables por todo el cuerpo. Es una sensación tremendamente desagradable, aunque pasajera. No dejes de comunicarlo al personal que te atiende, pues seguro que pueden ayudarte a mitigarlo.

8) Primeras horas tras el nacimiento

El momento de reunirte con tu pareja y tu bebé en la habitación es indescriptible. Por fin podréis estar solos los tres y conocer y examinar a vuestro hijo con todo detalle. Lo primero que deberías hacer es colocarte a tu bebé en el pecho para iniciar la lactancia materna, si es que no ha podido iniciarse en el quirófano o la sala de reanimación.

Recuerda que el piel con piel durante el mayor tiempo posible será clave para instaurar la lactancia materna y fortalecer el vínculo entre madre y bebé

En las primeras horas tras la operación comenzarás a sentir dolor en la zona abdominal, que irá creciendo conforme el efecto de la anestesia y los medicamentos se pasen. Cada cierto tiempo, una enfermera vendrá a examinarte la herida y a comprobar que el útero está involucionando de forma correcta. No te voy a engañar, estos momentos son especialmente dolorosos, pues hay que manipular una zona intervenida quirúrgicamente y con heridas recientes.

En base a mi experiencia, la primera noche tras la cesárea es la peor. Aunque el médico te habrá pautado medicación intravenosa cada cuatro horas para aliviar el dolor, la cesárea es una cirugía abdominal importante y necesitarás tiempo para que los dolores vayan remitiendo.

9) El día siguiente a la cesárea

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Aunque todo dependerá de cómo te encuentres y de las indicaciones médicas, lo normal es que las enfermeras te ayuden a levantarte al día siguiente de tu cesárea. Previamente tendrán que retirarte la sonda vesical (un consejo: inspira profundo y espira fuerte en el momento en que te la saquen), articular la cama para que estés lo más sentada posible antes de incorporarte, y ayudarte a poner los pies en el suelo.

El momento de ponerse en pie por primera vez tras una cesárea es algo que ninguna mujer que ha pasado por ello olvida fácilmente. Sientes una enorme presión en la zona afectada y la sensación de "partirte en dos" en cualquier momento.

Sin embargo, por doloroso que pueda resultar, es importante ponerse en pie lo antes posible (siempre tras la indicación del personal sanitario) y tratar de ir aumentando la frecuencia y la distancia de los paseos (no intentes ser valiente al principio, y ve poco a poco para no marearte).

Camina siempre sujeta al brazo de alguien y trata de hacerlo de la forma más erguida que puedas. Quizá pienses que es imposible, pero te aseguro que cuanto más recta sea la postura que adoptes, más rápida será tu recuperación.

Mi consejo es que no te quedes nunca sola en la habitación, no te duches sin ayuda, procures evitar reír a carcajadas y no cojas a tu bebé en brazos si no estás sentada primero.

10) El momento del alta

Por increíble que pueda parecerte en esos primeros y dolorosos momentos tras la cesárea, si todo va bien abandonarás el hospital al tercer o cuarto día. Y lo más asombroso aún: ¡lo harás por tu propio pie!

Te aseguro que a pesar de que en algún momento llegues a creer que jamás podrás dar dos pasos sin romperte de dolor en el acto, lo conseguirás antes de lo que crees

Los primeros días en casa te irás sintiendo cada vez mejor e irás ganando confianza en tus movimientos. Aún así, recuerda la importancia de ir poco a poco, pidiendo ayuda siempre, evitando ciertas posturas y flexiones, y tomándote las cosas con mucha calma.

Entre las molestias típicas de los primeros días están los gases, el estreñimiento (aumenta el consumo de fibra en la dieta para evitar que el momento de ir al baño se convierta en una tortura) y la hinchazón en los pies. Caminar es un excelente ejercicio para combatir estas molestias.

En cuanto a tu abdomen, cada vez irás notando menos dolor y la cicatriz pasará a picar y tirar conforme pasen los días. Son molestias normales derivadas del proceso de cicatrización. Para su curación, y salvo que el médico o matrona te hayan indicado otra cosa, bastará con lavar la zona diariamente con agua y jabón y controlar que no hay signos de infección.

11) Cuando te quitan los puntos

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Si para suturar la herida el médico ha utilizado puntos o grapas, (también pueden utilizarse puntos reabsorbibles que no son necesarios retirar) te los quitarán al cabo de 10-12 días de la cesárea. Será la matrona o el ginecólogo quien lo haga, tras haber valorado la herida y su estado de cicatrización. En caso de que la herida aún no hubiera cicatrizado por completo, es posible que te quiten solo algún punto y te citen para retirar el resto al cabo de unos días.

Una vez quitados los puntos sentirás un gran alivio, pero también una sensación de hormigueo y adormecimiento en torno al área de la cicatriz. No te preocupes, es totalmente normal y tardarás tiempo en recuperar la sensibilidad de la piel.

Por eso, con el objetivo de aumentar la vascularización y ayudar a recuperar la sensibilidad alrededor de la cicatriz, los expertos aconsejan masajearse diariamente la zona con aceite de rosa de mosqueta, pues se trata de un tipo de aceite con propiedades hidratantes, calmantes y regeneradoras.

Una vez finalizada la cuarentena es recomendable que acudas a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, para que valore el estado de tu cicatriz interna y trate las posibles adherencias de tejido que hayan podido formarse.

Fotos | iStock

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