Síntomas de ansiedad en niños: ellos también la sufren

Síntomas de ansiedad en niños: ellos también la sufren
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Solemos creer que la ansiedad es solo cosa de adultos, pero hay muchas razones por las que un niño puede sentir ansiedad. Separarse de sus padres, una situación de acoso, el divorcio de los padres, un cambio de casa.... o cualquier situación estresante puede desencadenar en los niños un trastorno de ansiedad. Pero, ¿cuáles son las señales de ansiedad en los niños?

Los problemas para dormir o las alteraciones en el apetito son algunas de las consecuencias más habituales, aunque existen otros de muy diversa índole ante los que hemos de estar atentos.

Recordemos que la ansiedad es una respuesta fisiológica de adaptación al medio en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Los principales síntomas de ansiedad en los niños son:

Síntomas de ansiedad en niños

Los padres hemos de estar alerta ante alguno de estos síntomas, ya que combinados con las situaciones de cambio pueden ser signos de estrés, y hemos de procurar que la salud del niño no se resienta, minimizando en la medida de lo posible las consecuencias.

Por suerte, las situaciones de estrés son casi siempre temporales, asociadas a una elevada carga escolar (o extraescolar), a tener que someterse a una revisión médica, vacunas, un viaje... Pero si son situaciones que se alargan en el tiempo sus consecuencias pueden ser más graves.

No hemos de minimizar las consecuencias de la ansiedad, ya que, entre otras cuestiones, ha sido relacionado con desórdenes mentales en la edad adulta o con un aumento de las crisis de asma.

Posibles causas de ansiedad en los niños

La ansiedad es uno de los síntomas de una situación estresante. Como hemos mencionado con anterioridad, alguna de las razones más frecuentes para el estrés infantil son la llegada de un nuevo miembro en la familia, la separación de los padres, el cambio de casa o de colegio, el inicio de las clases... En el caso de niños en edad preescolar, la angustia por el hecho de separarse de los padres es muy evidente.

Los posibles casos de acoso en el colegio, la preocupación por la situación económica del hogar (tal vez conviene no mostrar la propia ansiedad paterna, aunque tampoco ocultar lo que sucede en casa) o peleas familiares... son otras situaciones que podrían provocar ansiedad en nuestros hijos.

También lo que sucede a su alrededor, las noticias perturbadoras en televisión, las películas de terror... pueden provocarles miedo y estrés, por lo que hay que estar pendientes de la información que les llega (o más bien del modo en el que se transmite dicha información) y del tipo de entretenimiento, que ha de ser adecuado a su edad.

La muerte o enfermedad de un ser querido, o su propia enfermedad, son otros factores que propiciarían la aparición de ansiedad.

Si bien con niños pequeños las presiones suelen provenir de fuentes externas (como la familia, los amigos o la escuela), cuando crecen también pueden surgir de la persona, de la exigencia a uno mismo (agravada a la vez por las exigencias externas hacia ellos).

En los casos en los que se perpetúen los síntomas en el niño o afecten a la salud del mismo de manera significativa habrá que acudir a un especialista, ya que podría existir otros factores físicos implicados. Lo que no conviene hacer es desatender estos síntomas. Hay que hablar con el niño cuando este ya nos entiende, preguntarle por sus sentimientos, dejarle expresarse.

Si el niño y su familia comprenden el origen de la problemática, la ansiedad estará más cerca de controlarse y de superarse. Hay que evitar que se convierta en crónico o que derive en procesos más complicados, como la depresión infantil.

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