Ya hay entrenadores que ayudan a los padres a criar a sus hijos sin pantallas

Ya hay entrenadores que ayudan a los padres a criar a sus hijos sin pantallas
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¿Siguen enganchados tus hijos a las pantallas también en verano? ¿Te cuesta planear y ejecutar planes en familia sin que esté por medio Internet y las Redes Sociales?

Los estudios advierten del gran número de horas que los niños y adolescentes pasan a diario frente a la pantalla. Y también los adultos, afectando negativamente a nuestro tiempo en familia. Así que algunos padres se han planteado retroceder a la época anterior a los smartphones y abandonar el móvil, tanto ellos como sus hijos, también en vacaciones.

Como muchas de las tendencias, esta también nos llega desde Estados Unidos, donde ha surgido una nueva profesión que empieza a ser demandada: la de 'entrenador de paternidad sin pantallas', que ayude a recordar cómo era ser padre antes de la llegada de los teléfonos inteligentes.

¿Necesitamos los padres un coach?

El miedo al uso excesivo de los teléfonos empieza a alarmar y mucho a los padres, y un artículo del New York Times, explica las razones con las que cualquier padre se identifica: la mirada salvaje que lanzan nuestros hijos cuando les pedimos que dejen de jugar ya al Fornite; la imposibilidad de que se despeguen del Instagram durante la hora de la cena o su dependencia de YouTube en lo que a modas y tendencias se refiere.

Aunque ellos crean que los smartphones y las tablet existen desde siempre, las pantallas aún son una tecnología relativamente nueva y no se conocen bien sus efectos sobre la sociedad.

Gloria DeGaetano era entrenadora de padres en Seattle, donde trabajaba para desenganchar a las familias de las pantallas. Pero la demanda era mayor de lo que podía manejar sola, así que ya en el año 2.000, creó el Instituto de Entrenamiento para Padres, una red de 500 coach con un programa de entrenamiento.

Sus tarifas son muy suculentas: en ciudades pequeñas y áreas rurales llegan a los 80 dólares/hora (unos 71 euros) y hasta 250 dólares (222 euros), en las grandes ciudades. Y si a eso añadimos que los padres siguen entre ocho y doce sesiones, nos encontramos con un negocio de lo más rentable.

La red se ha ido extendiendo, y ya ha creado el Instituto de Entrenadores de Padres Internacional (Parent Coach International), que también ofrece PCI Certified Parent Coach, certificado oficial en su programa a futuros coach de todo el mundo. Ya funciona en Turquía, Jordania, Estados Unidos y Canadá. ¿Llegará pronto a Europa? ¿Necesitamos la labor de estos coach? ¿Cómo trabajan?

Objetivo: trabajar la creatividad

La filosofía de Gloria DeGaetano habla de que "pensamos como máquinas y que no se puede hacer crecer a los niños de forma óptima a partir de principios de una mentalidad tan mecánica como la nuestra". Y para superarla, los padres solicitan sobre todo "que les cure de su 'adicción' a las pantallas" y ella asegura que sus prescripciones son muy básicas: correr, saltar, jugar en la naturaleza... en familia.

Esas son también las recetas de Emily Cherkin, consultora de tiempo de pantalla, que ofrece un espacio de juego para niños que necesitan actividades alternativas al tiempo de pantallas, como jugar con bloques de construcción y pintura.

Cara Pollard, una coach de padres, asegura que su consejo para esos padres que no saben qué hacer una tarde entera con sus hijos pasa por pedirles que recuerden qué hacían de niños. Y asegura que, aunque al principio pueda resultar difícil, terminarán incluso observando la luna con sus hijos.

Aquí tienes once alternativas para entretener a tus hijos sin pantallas cuando salimos de casa.

"Prometo no usar el teléfono"

Movil

No es ciencia ficción, sino una realidad. Porque resulta difícil tener la posibilidad de regalarle un teléfono a nuestro hijo "para saber que está bien" y resistirnos a esperar hasta que al menos tengan 14 años, como aconsejan los expertos.

Así que según explica el New York Times, grupos de padres se unen y prometen públicamente no regalar teléfonos inteligentes a sus hijos hasta que no lleguen al octavo grado (2º de la ESO en España). Se reunen en comunidades de apoyo y hacen amistades sin necesidad de usar un smartphone.

Pero claro, los padres que hacen estas promesas también deben predicar con el ejemplo, promoviendo la idea del uso saludable del teléfono. Así que prometen abstinencia completa hasta que sus hijos llegan al octavo grado o incluso más.

Pero, ¿de verdad necesitamos los padres la presión de otros padres o el entrenamiento de un coach para criar a nuestros hijos? Bien es cierto que no les damos buenos ejemplos y que nos echan en cara que estemos demasiado enganchados al móvil, incluso delante de ellos. Y ¿eso significa que no seamos capaces de enseñarles un uso razonable de las tecnologías?

Quiero creer que no, que podemos y sabemos jugar con nuestros hijos sin pantallas por medio, aunque nos cueste alguna que otra mala cara y muchos "ahora lo dejo, espera que acabe".

Les encanta que papá y mamá les presten atención y los juegos tradicionales en familia siguen siendo un éxito rotundo (al menos la mayoría de las veces).

Por eso, de momento, soy optimista. Y si llega el momento de que la tecnología nos absorbe, siempre podemos seguir el ejemplo de los coach y padres de Estados Unidos.

Vía | New York Times

Fotos | iStock

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