No cometas este error para que el niño se termine todo el plato: es el truco más usado

Más que habituar a nuestros hijos a que se terminen todo el plato con esta promesa, debemos fomentar una buena relación con la comida

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Lucy Ortega

La mayoría de quienes somos padres, en una etapa u otra de la vida de nuestros hijos, nos hemos encontrado con que los niños no quieren comerse lo que les hemos servido.

Ante este escenario, algunos padres buscan la manera de convencer a sus hijos de que se coman sus alimentos, recurriendo a diversos métodos, estrategias y frases que les motiven a terminar el plato. Algunos de ellos, como presentar los alimentos de manera creativa o combinarlos con otro que sí sea de su agrado, son recomendables y efectivos.

Pero hay otros que no lo son tanto. Uno de ellos es el truco más usado por los padres para que sus hijos coman, pero como vamos a explicar a continuación, hacerlo es, en realidad, un error.

Premios y recompensas: ¿cuándo sí y cuándo no?

Ya hemos hablado en otras ocasiones acerca de los premios y recompensas, señalando que, si bien pueden tener alguna utilidad y ser efectivos en situaciones específicas (porque hasta los adultos hacemos cosas a cambio de algo), estos no valen para todos los casos.

Muchos padres, si no es que la mayoría, hemos dicho "si te acabas toda tu comida, podrás comer postre" o alguna variante similar. Pero como ya lo explicamos cuando hablamos del uso adecuado de premios y recompensas, el objetivo de estos es motivar al niño ante una situación que le resulta difícil o complicada, o al inculcar hábitos para reforzar positivamente ciertas conductas.

En el caso de los alimentos, más que habituar a nuestros hijos a que siempre se terminen todo el plato diciéndoles que si lo hacen podrán tener un postre como premio, debemos fomentar una buena relación con la comida

Ahora, de acuerdo con un estudio, en el que se encontró que los niños prueban de ocho a 10 veces un alimento nuevo antes de que éste sea de su agrado, darles una pequeña recompensa de forma ocasional puede motivarles a probar nuevos alimentos. Pero los investigadores fueron muy contundentes con el tipo de premio: nunca debe ser comida. A los niños que participaron en el estudio, por ejemplo, se les dio una pegatina o una corona de papel.

Por qué no es recomendable premiarles con el postre

Cuando ofrecemos un postre como premio por terminarse toda su comida, hacemos que este se vea como un alimento "positivo" o agradable que llega después de uno que, para ellos, no lo es, por lo que terminamos fortaleciendo esa percepción negativa que tienen sobre los otros alimentos que no se quieren comer. Sumado a esto, cuando ofrecemos un postre como premio o recompensa, estamos contribuyendo a aumentar el consumo de azúcar.

Por otro lado, obligarles a acabarse todo el plato -otro error que no debemos cometer- priva a nuestros hijos de aprender a conocer e identificar sus señales de saciedad y, en consecuencia, puede hacer que los niños coman más de lo que realmente necesitan, aumentando el riesgo de sobrepeso u obesidad.

En resumen, ni los postres deben usarse como premio ni debemos obligar a nuestros hijos a que se acaben el plato. Recordemos que, como padres, se trata de ayudarles a construir una relación positiva con la comida, enseñándoles a nutrirse adecuadamente y llevar una alimentación variada y equilibrada, pues es un hábito que determinará gran parte de su salud a corto y largo plazo.

Foto de portada | Freepik

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