"Mamá, eres muy pesada": cómo afrontar las críticas de los hijos adolescentes sin permitir que nos falten al respeto

"Mamá, eres muy pesada": cómo afrontar las críticas de los hijos adolescentes sin permitir que nos falten al respeto
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"Ay, mamá, que tú eres muy pesada", "eres una exagerada y una controladora"... ¿Te suenan estas frases? ¿Te las ha dicho en alguna ocasión tu hijo adolescente?

Si es así, tranquila. Aunque sean frases que nos molesten, es normal que nuestros hijos tengan un período donde las digan con más frecuencia; ya no son tan niños, han cambiado y están en una etapa revolucionaria. No te lo tomes como algo personal, ni en un sentido estricto; seguramente lo dicen sin pensar.

¿Cómo gestionar estos comentarios, entendiendo a nuestro hijo, pero sin permitir que nos falten al respeto? ¿Hasta qué punto tolerar estas críticas y qué hay detrás de estos comportamientos?

Mi hijo adolescente me critica constantemente

¿Sientes que tu hijo critica todo lo que haces? Un atisbo de error, y ya llega la crítica o la mofa. Pero, ¿por qué lo hacen? ¿Cómo les influye la adolescencia en todo esto?

La adolescencia: una etapa reactiva

Los adolescentes están haciendo una adaptación al mundo que los hace buscar su independencia a la vez que están reactivos ante todo, y los padres, al estar en su entorno más cercano, son los primeros en sufrir las consecuencias de esa reactividad.

Además, debido a su inmadurez, o a su baja tolerancia a la frustración, pueden responder de forma incontrolada cuando por ejemplo les pones algún tipo de límite o cuando dices algo con lo que no están de acuerdo.

Pero, ¿qué más hay tras estos comentarios? Más allá de la revolución física y hormonal propia de la adolescencia, que todos conocemos, a nivel psicológico también ocurren cosas en esta etapa que quizás nos ayuden a entender por qué somos el blanco fácil de nuestros hijos con sus críticas.

Efecto tranquilizador: los padres también tienen defectos

Por un lado, les resulta tranquilizador ver que sus padres tampoco son perfectos (por suerte), y que tienen defectos. En cierto modo, necesitan comprobar que los adultos también tienen defectos, como ellos.

Y es que, debido a la etapa en la que están, cada vez son más conscientes de sí mismos, de sus cambios y de sus dificultades. Esto les genera angustia y desconcierto, y por ello, darse cuenta de que sus padres tampoco son perfectos les puede aliviar (aunque ese alivio se traduzca en frases como "qué pesada eres, mamá").

Desidealización de los padres

Por otro lado, dentro del proceso de maduración en el que se encuentra tu hijo adolescente, necesita desidealizar a sus padres y aprender a quererlos por lo que son, ni más ni menos.

Esto puede llevarles a avergonzarse de vosotros, o a no querer el mismo contacto físico que antes con vosotros, por ejemplo. Por suerte, el resultado de esta desidealización de los padres que hasta hace "dos días" eran seres de luz y perfectos según su visión, resulta en una relación mucho más franca, honesta y real entre padres e hijos.

¿Hasta qué punto tolerar estas críticas y cómo afrontarlas?

Es normal que estas críticas de nuestros hijos adolescentes nos duelan o molesten, aunque entendamos la etapa vital en la que están nuestros hijos. Pero, ¿hasta qué punto debemos tolerarlas?

Es importante no permitir que esto se convierta en un hábito, y también, evitar que se normalicen este tipo de comentarios. No debemos permitir comentarios insolentes o faltas de respeto. Pero, ¿cómo actuar?

Es importante ponernos en el lugar de nuestros hijos adolescentes cuando teníamos su edad y relativizar, pero también, no permitir que esto se convierta en un hábito y evitar que normalicen estos comentarios.

Cuando estén en un estado de enfado o rabia intensos, y nos suelten alguna de estas perlitas, quizás no sea el momento de "entrar al trapo", pero sí de hacerles saber que ese comentario no está bien y que nos ha dolido. Podemos dejar la conversación para más adelante, cuando estén más tranquilos, pero no caigamos en el error de "dejárselo pasar todo".

Debemos buscar el equilibrio, entendiendo su etapa vital y poniéndonos en su lugar, pero siendo firmes para puntualizar que esos comentarios no son adecuados o nos hacen sentir mal.

No lo tomes como algo personal

Por otro lado, intenta no tomártelo como algo personal, ni entenderlo al pie de la letra. Claro que te pueden molestar estas frases, pero, piénsalo bien; ¿realmente crees que las piensan? Seguramente, no.

No es algo contra ti, es fruto de su etapa y de lo que hemos ido viendo a lo largo del artículo; necesidad de desidealización de los padres, el reconocer que no somos perfectos, etc. Así que, intenta no llevártelo al terreno personal.

Utiliza el humor

El humor puede ser un buen aliado en situaciones que, a priori, nos tomamos de forma un poco dramática. Intenta darle la vuelta a sus comentarios, ríete con ellos (siempre y cuando no sean excesivos o faltas de respeto, claro), desdramatiza la situación con ellos, explícales alguna anécdota con tus padres de cuando tú tenías su edad...

La idea es transmitirles la idea siguiente; que sabes que realmente no lo piensan, y que puedes tomártelo con humor.

No pienses que tu tarea como padre/madre ha acabado

Y, finalmente, aunque tengas la sensación de que a tus hijos adolescentes les molesta todo lo que hagas o digas, no pienses por ello que tu crianza se acabó. De hecho, seguramente es cuando más te necesitan; en esta etapa, aunque tengas la sensación de que poco se puede hacer, aún hay mucho camino de crianza por recorrer junto a tus hijos.

Ármate de paciencia, relativiza los comentarios y acuérdate de cuando tenías su edad. Y sobre todo grávate que tus hijos aún te necesitan; ayúdales a encontrar sus propios recursos para entender qué les ocurre y para actuar de forma más respetuosa y menos impulsiva contigo.

Fotos | Portada (Pexels)

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