11 señales de madurez en la adolescencia y cómo acompañar a nuestros hijos hacia ella

11 señales de madurez en la adolescencia y cómo acompañar a nuestros hijos hacia ella
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La madurez, al contrario de lo que algunos puedan creer, no tiene que ver con la edad, sino con las experiencias, lo que aprendemos de cada una de ellas y nuestras acciones.

Pero, ¿qué significa ser maduro? Desde el punto de vista psicológico, y en términos muy generales, podríamos decir que la madurez es el nivel de funcionamiento psicológico que las personas alcanzan y que les permite responder a las situaciones de forma adecuada y adaptativa.

En la adolescencia, esa etapa tan llena de cambios, donde nuestros hijos pueden sentir que no les entendemos, nos cuesta conectar con ellos o donde pueden sentirse perdidos, también es donde encuentran ciertas situaciones que les hacen madurar poco a poco.

Pero, concretamente en la adolescencia, ¿qué aspectos del desarrollo, la forma de ser, actuar y/o pensar, denotarían madurez? ¿Cómo saber si nuestro hijo es maduro? Te damos 11 claves.

11 señales de madurez en la adolescencia

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En la adolescencia, como en cualquier etapa de la vida, las personas nos comportamos de forma única, y no podemos generalizar nunca los comportamientos, las actitudes o las formas de ser o pensar.

Además, para lo que una persona significa ser maduro, para otra puede ser una cosa distinta; en este artículo nos centraremos en lo que entendemos por la madurez, en general, desde un punto de vista psicológico.

Sin embargo, y dicho todo esto, sí podemos hablar, a grandes rasgos, de algunas señales de madurez en la adolescencia, entendiendo que estas pueden aparecer en determinados momentos, aunque no siempre (no es algo rígido). Pero, ¿de qué hablamos exactamente?

Se responsabilizan de sus actos

Una de las señales de madurez en la adolescencia es la responsabilidad. Los adolescentes que ya denotan cierta madurez, son capaces de entender las consecuencias de sus actos y de ser coherentes con lo que hacen, responsabilizándose de ello.

Son reflexivos

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Aunque cada persona tiene un estilo más reflexivo o más impulsivo, y está bien, lo cierto es que la capacidad de reflexión, cuando es necesaria, también se adquiere con los años y la experiencia.

Así, los adolescentes ya no actúan con tanta impulsividad y llevándose siempre por lo que sienten, sino que empiezan a pensar las cosas antes de actuar.

Gestionan sus emociones

Otra de las señales de madurez en la adolescencia tiene que ver con sus emociones. La gestión emocional forma parte de la inteligencia emocional, e implica ir aprendiendo a gestionar las emociones, a canalizarlas de forma sana y adecuada.

También conlleva distinguir la parte emocional y la parte racional de las acciones, aprender a relativizar las situaciones y a buscar nuevos puntos de vista, etc.

Esta gestión emocional les ayudará a no dejarse guiar siempre por lo que sienten y a gestionar emociones que no siempre son fáciles de gestionar, como la frustración o el enfado.

Son más flexibles

La flexibilidad mental es una habilidad que también se adquiere con los años, aunque ya desde bien pequeños se puede trabajar.

Esta flexibilidad ayuda a los adolescentes a adaptarse a las diferentes situaciones de la vida y a comprender que las cosas pueden verse desde muchas perspectivas distintas.

Son más tolerantes a los cambios

Ligado al punto anterior, otra característica de la madurez en la adolescencia es la tolerancia al cambio.

Es también, la aceptación de la impermanencia de las cosas y de las distintas épocas por las que transitan (saber que ni lo bueno dura siempre, ni lo malo tampoco).

Empiezan a pensar en lo que quieren hacer

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Otra de las señales de madurez en la adolescencia es tener más o menos claras unas metas, unas aspiraciones en la vida.

Así, esta búsqueda de saber lo que uno quiere, va más allá de tener la necesidad de ser independiente, algo tan característico de la adolescencia, e implica empezar a plantearse objetivos en la vida para llegar donde se quiere llegar.

Dejan a un lado el egoísmo

Los adolescentes maduros ya no piensan únicamente en sí mismos (o al menos, no siempre), es decir, empiezan a dejar a un lado ese egoísmo que caracteriza la adolescencia.

Aunque lógicamente la empatía aparece antes, lo cierto es que esta empatía y el hecho de pensar más en los demás también son señales de madurez en esta etapa de la vida.

Son capaces de pedir ayuda

Pedir ayuda o consejo, aunque pueda parecer lo contrario, no es algo fácil. Y menos en la adolescencia, una etapa en la que puede aparecer, más que nunca, introversión, rigidez o dificultades para abrirse a los demás y pedir consuelo cuando se necesita.

Por ello, esta capacidad para reconocer que uno está mal y para buscar ayuda fuera, también denota madurez.

Van cultivando su propio criterio

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Otra característica de esta madurez en la adolescencia es el cultivo de un criterio propio, a la hora de pensar, ser y actuar.

Así, los adolescentes van formando sus propias opiniones y decidiendo en función de ellas, menos influenciados por el entorno.

Respetan los otros puntos de vista

Aunque vayan cultivando su propio criterio, los adolescentes también son capaces de respetar los puntos de vista de los demás. Es decir, entender que no todos pensamos igual, y que está bien.

Ponen en práctica la escucha activa

Los adolescentes que maduran, también son cada vez más capaces de poner en práctica la escucha activa, una herramienta muy importante en la comunicación interpersonal.

Esta habilidad implica escuchar de forma activa y con conciencia plena a los demás. Es decir, dejar de "escuchar para responder", para empezar a "escuchar para entender".

La importancia de acompañarlos hacia esta madurez como padres y cómo hacerlo

Mother And Daughter In Gloves Planting Flowers At Garden

Como padres y madres, no siempre nos resultará fácil acompañar a nuestros hijos en este camino hacia la adolescencia y la edad adulta, pero con amor, respeto y empatía podemos lograrlo.

Sabemos que es una etapa compleja, por ello nuestros hijos necesitan nuestro apoyo, porque en muchas ocasiones pueden sentirse solos o perdidos. Algunas ideas que pueden ayudarnos como padres y madres a favorecer esta madurez en nuestros hijos son:

  • Respetar sus ritmos y su espacio.
  • Preguntar desde la curiosidad, estimulando que se abran a nosotros.
  • Evitar imponer, juzgar o cuestionar.
  • Favorecer tiempo y espacios de calidad con ellos (buscar intereses compartidos).
  • Comunicarnos con ellos desde la asertividad.
  • Respetar sus puntos de vista y su libertad, sin dejar de establecer normas y límites lógicos.

Fotos | Pexels, Freepik

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