Cuando los abuelos tienen un nieto favorito: qué podemos hacer con unos... y con otros

Cuando los abuelos tienen un nieto favorito: qué podemos hacer con unos... y con otros
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Como padres, intentamos con todas nuestras fuerzas ser igualitarios con nuestros hijos, proporcionarles la misma atención y afecto, la que necesitan en cada momento y no mostrar preferencias por uno u otro. Pero, ¿qué pasa cuando son los abuelos los que demuestran tener un favorito entre sus nietos?

Estoy segura de que muchos de los que estáis leyendo este artículo en un momento o en otro acabaréis pensando en cómo fue la relación con vuestros abuelos, y seguro que eso despierta no pocas emociones.

Los abuelos son figuras muy importantes para los niños, y el trato con ellos, sus conductas, nos marcan, entonces, de peques, y ahora, cuando somos padres.

¿De verdad tienen los abuelos un favorito? Lo que dice la ciencia

La respuesta más rápida y contundente es un sí, de la misma manera que muchos padres tienen un favorito entre sus hijos. Un estudio realizado en la Universidad de California concluyó que entre el 60 y el 70% de los padres y madres mostraban preferencias por uno de sus hijos.

En lo que a los abuelos respecta, un estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Helsinki y la de Oxford, publicado en 2011, se centró en estudiar este hecho, así como algunos de los factores que pudieran estar ejerciendo influencia en la conducta de preferencia.

El estudio concluyó que sí, los abuelos muestran preferencias entre sus nietos. Sin embargo se vio que variables como el género, a pesar de que popularmente sea una idea aceptada, no son los responsables, al menos no en una proporción significativa, del favoritismo.

Por otra parte, Arthur Kornhaber, psiquiatra, señala que el primer nieto tiene una posición “privilegiada” en la familia, en los abuelos, dado que es el que hace que éstos cambien de estatus, pasen de padres a abuelos, y eso solo lo hace el primero, y es realmente potente.

Según este autor, el siguiente nieto que sea de sexo contrario al primero también tendrá un trato especial, así como aquél que tenga un carácter similar o aficiones comunes con los abuelos, por ejemplo.

Las dinámicas familiares, los valores o las tradiciones, marcarán también las relaciones entre unos y otros.

¿Qué podemos hacer los padres?

1) Calibremos la importancia y relevancia

Lo primero es (salvo que se trate de una situación en la que el bienestar de los peques esté en juego, en cuyo caso recomiendo encarecidamente acudir a un profesional) tomárselo con calma.

Es cierto que escuece cuando vemos que la relación con unos y otros no es igual, cuando percibimos que no tratan de la misma manera a nuestro peque más peque que al primo mayor, pero puede que no sea tan tremendo como pensamos.

Además, las relaciones familiares no son matemáticas, el amor, y eso tú que tienes más de un hijo lo sabes, no se divide, si no que se reparte... Puedes querer infinito a tu tío Pepe e infinito +1 a tu prima Laura. Y todo está bien.

Establecer comparaciones en lo que a relaciones familiares respecta -relaciones sanas, me refiero- no tiene mucho sentido porque todos somos diferentes y por tanto los vínculos y apegos que establecemos también lo son.

Párate un momento y reflexiona: tú mismo tenías un abuelo favorito seguro, entre tus hermanos seguro que prefieres estar con unos que con otros, y no pasa nada, ¿verdad?

Cambiar la conducta de otros es... bueno, digamos que complicado, pero sí que hay cosas que podemos hacer.

2) No expreses tu malestar delante de los niños, ni cargues contra los abuelos en su presencia

Cargar las tintas contra los abuelos estando tu hijo presente puede añadirle malestar, ya que para él son figuras de apego a las que quiere. Cuidado. Las cosas de adultos las hablamos entre adultos, siempre.

Si notas que tu peque se siente mal, si te comenta algo, si te lo hace saber, haz, pero no le metas en algo sobre lo que quizás no tenía el mayor problema hasta ese momento.

Observa, cuida, acompaña... pero no pongas la tirita antes de tener la herida.

Además, si involucramos directamente a los niños, si les preguntamos, si les interrogamos y ponemos en tela de juicio a los abuelos y sus afectos, les vamos a crear un conflicto de lealtades, de afectos. Ellos quieren a sus abuelos, ¿por qué me dicen mis padres que mis abuelos prefieren a otro?

3) Fortaleciendo lazos y neutralizando lo menos bueno

Partamos de la base de que a pesar de que haya un favorito, eso no significa que, por lo general, no quieran a los demás, así que intentemos que se fortalezcan esos lazos afectivos que sin duda están ahí.

  • Hablad del tema: sin convertirlo en “la charla”, sin fiscalizar a los abuelos, sin acusarles, sin ser hostiles. La mayoría de las veces los abuelos no son conscientes de esto, de manera que una buena conversación al respecto puede ayudar a que haya cierto cambio por su parte. Pero insisto, con calma y sin enfados, eso no conduce a nada.
  • Llegar a pactos con los abuelos: a menudo las preferencias se demuestran en la cantidad de tiempo que pasan con unos y otros, en los regalos, en las atenciones... Propiciemos que se vean más, si no se puede en directo, por Skype, es lo bueno de vivir en el siglo XXI. Si lo de los regalos es un problema, pactemos con los abuelos de antemano qué se les va a comprar a los peques, etc.
  • Neutraliza y potencia: si ves que llevan mucho rato ignorando a uno de los nietos involúcrales juntos en una conversación o juego. Si lo que aparece es alguna crítica hacia algún nieto, neutralízala.

Cuanto más tiempo pasen juntos, cuantas más cosas hagan juntos, cuanto mejor sea ese tiempo, más profunda será su relación, más vínculos crearán y, por lo tanto, más intimidad y más afecto.

Las relaciones familiares no son fáciles, nada fáciles, pero merece la pena hacer un esfuerzo para que funcionen. La figura de los abuelos aporta muchísimo a los peques, vamos a intentar que sea en positivo, juntos.

Por supuesto, como digo siempre, si sientes que la situación está descontrolada y los peques lo están pasando mal, si no sabes cómo gestionarlos, acude a un profesional para que os asesore y podáis hacer frente a la situación con las mejores herramientas posibles. Es importante, sobre todo por los niños, claro.

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