La sobrecarga emocional de las madres: cómo evitar sentirse siempre agotada
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La sobrecarga emocional de las madres: cómo evitar sentirse siempre agotada

En Bebés y más lo hemos dicho más de una vez: la maternidad es en ocasiones muy dura y nuestro papel de madres puede llegar a ser realmente agotador. Y es que ser mamá es convertirse en mil profesiones al mismo tiempo: profesora, enfermera, psicóloga, nutrióloga y muchas más.

Pero además de todas las actividades que podemos ver a simple vista, tenemos también la famosa carga mental, ese trabajo invisible que llevamos día con día y que comienza desde que despertamos hasta que volvemos a dormir por las noches.

Por todo esto, no resulta sorprendente que las madres hablemos de sentirnos eternamente cansadas y nos sintamos sobrecargadas emocionalmente. Si este es tu caso, hoy quiero compartirte algunos consejos para poder aligerar esa carga emocional y evitar sentirnos siempre agotadas.

Cómo aligerar la carga emocional siendo madre

Suena fácil, pero hay que ser realistas: no es sencillo soltar esa carga emocional que llevamos las madres, pues el nuestro es un trabajo que no tiene fin. Pero por fortuna, hay algunas cosas que sí podemos hacer para hacerla más ligera y por consecuencia, sentirnos menos agotadas y disfrutar más de nuestra maternidad.

Reduce tus expectativas

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El primer consejo que quiero compartirte, y que considero uno de los más importantes es este: reduce tus expectativas. Con esto no digo que seas conformista o te vayas al extremo de no darle importancia a las cosas, pero sí que es necesario ser realista.

Muchas veces las madres nos exigimos demasiado (sea por iniciativa propia o por presión social) al intentar ser la mejor mamá para nuestros hijos. Tratamos de ir siempre un paso más allá para que no les falte nada, para que las cosas sean fáciles para ellos y básicamente, para criar hijos sanos, seguros y felices.

Pero la realidad es que los niños no necesitan tantas cosas. En realidad, lo que más necesitan es, simplemente, que estemos ahí para ellos cuando nos necesiten.

Haz cosas para ti

Aunque todas las personas podemos pasar por experiencias que cambian nuestra vida, hay algo muy particular que aparentemente solamente nos sucede a las madres: pasamos por una pérdida de identidad tras el nacimiento de nuestros hijos.

Este proceso, hace que en muchas ocasiones dejemos a un lado aquellas cosas que formaban parte de nuestra personalidad y que nos daban satisfacción, influyendo de forma negativa en nuestro bienestar emocional.

Por ello, es importante tratar de no perdernos en la maternidad y recordar que nosotras también importamos, y darnos tiempo para nosotras, en el que podamos hacer aquellas cosas que nos hacen felices, como hacer ejercicio, leer, tejer, pintar, escuchar música o lo que sea que nos guste.

Busca espacios a solas

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Una de las razones por las que las madres podemos llegar a sentirnos sobrecargadas emocionalmente, es precisamente la lista infinita de cosas y actividades por hacer. Por ello, es importante que dentro del día (o de la semana, según la rutina que tengamos) hagamos también espacios para estar a solas y simplemente: respirar y despejar nuestra mente.

Practicar meditación, por ejemplo, es algo que podemos poner en práctica y no nos quita mucho tiempo.

Toma tu salud mental en serio

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Como mujer y madre que ha padecido depresión y ansiedad, me siento afortunada de vivir en una época en la que se habla cada vez más de salud mental y de la importancia de cuidarla, porque las madres somos uno de los grupos más afectados en este sentido.

Para muestra, tenemos algunos estudios recientes, como el que demostró que dos de cada tres madres jóvenes tienen problemas de salud mental tras el parto, y otro en el que se indicaba que el 40 por ciento de las madres se siente abrumada, ansiosa y deprimida durante los primeros meses tras la llegada de su bebé.

Sin embargo y aunque las cifras son claras, muchas madres minimizan la importancia de cuidar su salud mental, en ocasiones por temor a lo que otros puedan pensar. Pero necesitar ayuda e ir a terapia no tiene nada de malo, y puede ser realmente beneficioso para las madres y sus familias.

Suelta la culpa

Finalmente, un consejo que sin duda nos resulta útil para todas las madres: aprende a soltar la culpa. Las madres solemos sentir culpa por muchas cosas, desde sentir que no dedicamos suficiente tiempo a nuestros hijos, hasta pensar que somos malas madres porque en ocasiones deseamos un descanso.

Ese sentimiento de culpa, si permitimos que nos domine o se presenta frecuentemente, también puede afectarnos emocionalmente y hacer que nos sintamos sobrecargadas.

Recuerda que no eres mala mamá si no cumples con ciertas expectativas o necesitas tomar una pausa. Eres humana y estás haciendo lo mejor posible con las herramientas que tienes disponibles. Eres mamá y lo estás haciendo bien.

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