
Durante el embarazo, cuidar nuestra salud física es clave para que éste transcurra de manera positiva y podamos reducir el riesgo de complicaciones. Pero si bien lo físico es importante, la salud mental y emocional también lo son.
Está comprobado que el estrés en el embarazo puede afectar tanto a la madre como al bebé, aumentando el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional, así como bajo peso al nacer y asma infantil en el bebé, entre otras cosas.
Ahora, un nuevo estudio revela que el impacto del estrés en el embarazo es aún mayor de lo que se pensaba, pues se encontró que éste deja una huella molecular en el bebé.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry, el estrés prenatal puede reprogramas vías moleculares clave en el cuerpo del bebé, especialmente en el caso de las niñas, y que además puede alterar enzimas clave del sistema colinérgico cerebral, que es el encargado de regular la respuesta al estrés y la inflamación.
Los investigadores explican que esto significa que el estrés que experimentan las madres, puede determinar cómo lo gestionarán sus hijos, y que estos resultados podrían explicar por qué algunos niños son más vulnerables a problemas de desarrollo o psiquiátricos.
Cómo se realizó el estudio
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó sangre del cordón umbilical de bebés nacidos de madres que reportaron altos niveles de estrés durante el tercer trimestre de embarazo, descubriendo que el estrés alteró familias enteras de tRF, unas pequeñas moléculas de ARN.
El impacto de este cambio fue más drástico en las niñas, especialmente en aquellos genes que regulan neurotransmisores esenciales para la función cerebral y la regulación inmunitaria. Tanto niños como niñas presentaron también niveles significativamente más altos de acetilcolinesterasa, lo que sugiere un desequilibrio en su respuesta al estrés desde el nacimiento.
"Este estudio ofrece una visión impactante de cómo el entorno materno puede dejar una huella biológica duradera en la siguiente generación", afirmó Vaknine Treidel, una de las autoras principales del estudio. "También subraya la importancia de reconocer y apoyar la salud mental durante el embarazo, no solo para la madre, sino para la salud del niño a lo largo de su vida".
Reduciendo el estrés durante el embarazo
Aunque los resultados del estudio pueden ser preocupantes, especialmente porque hemos visto que el estrés afecta a los bebés a nivel molecular, es importante no alarmarse y tomar la información de manera objetiva.
En primer lugar, el estudio señala que se trató de madres con altos niveles de estrés durante la última etapa de su embarazo, por lo que la clave aquí es hacer lo posible por mantenerlo bajo control y no pensar que sentir un poco de estrés ocasional, algo que puede pasarle a cualquiera, puede tener el mismo impacto.
Una de las maneras más efectivas de reducir el estrés en el embarazo es practicando mindfulness, así como realizar meditaciones guiadas, recitar mantras positivos o hacer ejercicios de respiración, pues se ha comprobado que son muy efectivos y además ayudan a mantener la mente en calma y relajada.
Otras cosas que se pueden hacer durante el embarazo para evitar el estrés incluyen tomar baños relajantes, practicar ejercicio suave (caminata, natación, yoga), escuchar música relajante, leer un libro o recibir un masaje prenatal.
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