Siete consejos que debes seguir si quieres que tu hijo adolescente no te mienta

Siete consejos que debes seguir si quieres que tu hijo adolescente no te mienta
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¿Has descubierto que tu hijo adolescente te miente?

Aunque las mentiras en la adolescencia pueden deberse a múltiples causas, en muchos casos se esconde una necesidad de independencia y libertad, miedo a defraudar a los padres o falta de confianza en ellos.

Ningún padre quiere que la relación con sus hijos se constituya sobre mentiras. Por eso, queremos compartir contigo los siete consejos que deberías seguir si quieres que tu hijo adolescente no te mienta.

Comunicación positiva

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Has pillado a tu hijo adolescente mintiéndote. Quizá incluso sepas que lleva tiempo haciéndolo. Es lógico que estés disgustado por ello, pero actuar desde la rabia y la indignación no va a solucionar el problema, sino todo lo contrario: iniciareis una lucha de poder en la que ambos saldréis perdiendo.

Así que respira profundamente, y desde un estado de calma trata de averiguar los motivos que le han llevado a mentirte. Habla con tu hijo de forma sosegada; sin gritos, interrogatorios, acusaciones ni sermones.

Las encerronas no son buenas

Seguramente te duela el ego al saber que tu hijo te miente a la cara, y por ello puede que se te haya pasado por la cabeza organizarle una encerrona con el fin de pillarle in fraganti. Pero no es una buena idea.

Ante una encerrona tu adolescente se sentirá acorralado, avergonzado y humillado. ¿Cómo vamos a conseguir que confíe en nosotros si le provocamos esos sentimientos?

Lo mejor es ser francos y andarnos sin rodeos: "Se que me estás mintiendo"

Respeta su intimidad

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La adolescencia es una etapa caracterizada por la búsqueda de la propia identidad, lo que a su vez lleva al adolescente a reclamar su parcela de intimidad.

Aunque a los padres nos encantaría que nuestros hijos compartiera todo el tiempo del mundo con nosotros y conversaran largo y tendido, hemos de entender que ya no son los niños que eran. Necesitan que les demos libertad y respetemos su espacio, aunque eso no significa que ya no les hagamos falta.

No violes su confianza

Basta un comentario inapropiado, un juicio de valor o una invasión a su intimidad (por ejemplo, leyendo su móvil, cartas, diario..., compartiendo con otras personas algo que nos ha confiado...) para cargarnos de un plumazo la confianza que nuestro hijo adolescente ha puesto en nosotros.

Recordemos que esta etapa de la vida es especialmente vulnerable, y que los cambios que el adolescente está viviendo hará que en muchas ocasiones se sienta incomprendido. No restemos importancia a sus emociones y cuando nos confíe algo, démosle motivos para seguir haciéndolo.

No intentes controlarlo todo

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Ser padres controladores es muy negativo para el desarrollo de nuestros hijos, llegando incluso a afectar a su salud mental. También repercute en el desarrollo de su autonomía y merma su confianza, autoestima y seguridad personal.

Al llegar a la adolescencia, a estas graves consecuencias habría que sumar las dificultades en las relaciones sociales que provoca el control paterno, y por supuesto la pérdida de confianza en nosotros, pues en un intento de hacerse con el control de su propia vida, nuestro hijo adolescente tenderá a criticarnos, mentirnos y actuar a nuestra espalda.

Rebaja tus expectativas

Es lógico que los padres tengamos ciertas expectativas en relación a nuestros hijos; pero lo cierto es que nuestras ideas preconcebidas de cómo deberían ser o actuar, tienen consecuencias negativas en su desarrollo.

Y es que el miedo a decepcionarnos y a no cumplir con lo que esperamos de ellos merma su autoestima y les provoca estrés e inseguridad. Como consecuencia de ello, nuestros hijos sentirán la necesidad de mentirnos para no truncar nuestras expectativas.

Pasa tiempo de calidad con tu hijo

tiempo con los hijos

La conexión diaria con nuestros hijos es fundamental si queremos fomentar entre nosotros un clima de confianza, respeto y amor. Esa conexión se logra cuando interactuamos sin interferencias, mirándonos a los ojos, sonriéndonos, practicando la escucha activa, interesándonos por aquellos que nos están contando...

Seguro que encontramos a lo largo del día muchos momentos para compartir tiempo de calidad con nuestro hijo adolescente, como por ejemplo durante las horas de comer, dando un paseo juntos, charlando mientras vamos en el coche o dedicándonos un ratito antes de dormir.

La conexión fomenta nuestro vínculo afectivo y fortalece la confianza, siendo más probable que nuestros hijos no necesiten mentirnos al sentirse seguros a nuestro lado.

Fotos | Portada (Pexels)

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