La depresión de las madres que se quedan en casa, una realidad que debemos tratar con comprensión y apoyo
Ser Padres

La depresión de las madres que se quedan en casa, una realidad que debemos tratar con comprensión y apoyo

En estos tiempos en los que vivimos de prisa, tenemos mil actividades por hacer y debemos buscar un equilibrio entre familia y trabajo, poder quedarse en casa con los hijos es un privilegio para muchas madres. Pero como algunas situaciones de la vida, también tiene su lado negativo.

Aunque no le sucede a todas, la depresión de las madres que se quedan en casa es algo real y con lo que muchas mujeres luchan en silencio, por lo que debemos de comenzar a hablar de este tema con mayor apertura, pero sobre todo, con mucha comprensión.

Quedarse en casa, ¡qué afortunada!

Hay una frase que muchas mujeres suelen recibir cuando otras personas se enteran que se quedan en casa con sus hijos: ¡qué afortunada eres! Y lo cierto es que sí, quedarse en casa con los hijos es actualmente un privilegio que no todas las madres se pueden permitir.

Es una experiencia que nos permite acompañar, cuidar y criar a nuestros hijos de forma completa y constante, permitiéndonos estar con ellos en los momentos más importantes, memorables y emotivos de la infancia, una etapa en la cual dependen totalmente de nosotros.

Sin embargo, aunque se es afortunada por poder tener la opción de quedarse en casa, esto no significa que sea fácil. De hecho, quedarse en casa con los hijos, aunque sea algo maravilloso, también es algo que puede pesar mucho en el bienestar psicológico, físico y emocional de las mujeres.

Desafortunadamente, de este tema no se habla pues de alguna manera, sigue estando mal visto que las madres se quejen de su maternidad en voz alta, como si eso significara que no se quiere a los hijos o se arrepintiera de tenerlos.

Pero nada podría estar más alejado de eso. Si una madre se queja, es simplemente porque está cansada. Y está cansada porque es humana, y como todos, tiene necesidades que debe atender y también deben ser prioridad para ella.

Y cuando esto no sucede, o cuando sienten que deben llegar a cumplir con ciertas expectativas o a pretender que todo el tiempo se sienten totalmente plenas y felices, es cuando puede aparecer la depresión de las madres que se quedan en casa.

¿Por qué sucede?

Madre Deprimida

Quedarse en casa con los hijos no quiere decir que se va a padecer depresión. Por ejemplo, hay madres que se sienten felices de haber renunciado a sus trabajos para hacerlo, mientras que otras se arrepienten, pero eso no significa que no sean felices, sino que simplemente sienten que su decisión no fue la más acertada.

Sin embargo, la depresión de las madres que se quedan en casa es algo real. En el idioma inglés hay un término conocido como "cabin fever" que se define como una sensación o sentimiento de ira, enojo, tristeza o aburrimiento que ocurre tras pasar periodos extensos de tiempo en aislamiento o encerrado en el mismo lugar.

Y esto es muy similar a lo que pueden llegar a vivir las madres que se quedan en casa y tienen bebés o niños pequeños, pues usualmente o por lo general, permanecen dentro de sus hogares durante todo el día, todos los días.

Con todos los cambios físicos y emocionales que vienen con la maternidad, y lo rutinario que se puede volver el día a día permaneciendo en casa cuidando niños, esta soledad y aislamiento puede comenzar a afectar psicológicamente a las madres.

Porque contrario a lo que muchas personas podrían pensar, quedarse en casa con los hijos no es como estar de vacaciones. Entre la carga mental, las responsabilidades del día a día, el no convivir con otro adulto la mayor parte del día y el estar cumpliendo un trabajo sin descanso, no es de sorprendernos que algunas madres que se queden en casa caigan en una depresión.

Esto es aún mayor, si además de todo sienten esa presión social que dice que las madres siempre deben sentirse felices y no deberían quejarse. Porque entonces, aparece la culpa: ¿cómo es posible que tengas la osadía de quejarte y deprimirte cuando tantas mujeres desearían poder tener el privilegio de quedarse en casa con sus hijos?

Qué podemos hacer al respecto

Madre Pensativa Bebe Dormido

Primero, entender que esta es una posibilidad real y que puede sucederle a cualquiera. No es fácil admitir que se tiene depresión cuando el resto del mundo no deja de insistir en lo feliz y afortunada que debes sentirte. Tener estos sentimientos no te hace una mala madre, te hace humana.

Segundo, tomar esta situación con la mayor empatía y amor posible. Una persona que padece depresión es una persona que necesita ayuda y apoyo, no juicios ni críticas. Hacerle saber a quienes sufren este tipo de trastornos mentales, que tienen alguien con quien pueden contar, proporciona un descanso pequeño, pero inmediato. Saber que no se está sola ayuda.

Y ya que estamos hablando nuevamente de la soledad, hay muchas cosas que podemos hacer, tanto para evitar caer en una depresión cuando somos madres en casa, como para ayudar a quienes la padecen a salir de ella. Estar acompañadas es una de las cosas que definitivamente necesitan todas las madres, especialmente las que lo fueron recientemente o las que pasan mucho tiempo en casa.

El convivir con otros adultos y tener pequeños momentos de "escape" de la rutina, ayuda mucho a mantenerse animada y motivada. Ya lo hemos dicho antes: maternar es más fácil cuando se tiene una tribu. Es posible que cuando se es mamá en casa sea más difícil, pero salir al parque con los niños nos puede ayudar a conocer a otras mamás, o por qué no, podemos recurrir al poder de las redes sociales para encontrarlas.

Tras la maternidad es común sentir que pasamos por una pérdida de identidad, que es el inicio de una gran transformación a la nueva mujer que ahora serás. Durante los primeros meses o años puede ser difícil de entender, pero eventualmente volverás a sentirte cómoda contigo misma. Dedica tiempo para ti misma y trata tu salud física y mental como una de tus prioridades.

Finalmente, recuerda lo más importante: no existe una mamá perfecta y todas hacemos lo mejor que podemos. Sentirte mal no te hace menos madre ni una mala mamá. Pero si tienes síntomas de depresión, no esperes a continuar así por miedo al qué dirán. Busca ayuda, por ti y por tus hijos.

Fotos | iStock

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