Dermatitis atópica en el embarazo: cómo lidiar con ella sin que condicione tu vida

Dermatitis atópica en el embarazo: cómo lidiar con ella sin que condicione tu vida
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La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que se manifiesta a través de irritación, inflamación, sarpullido y enrojecimiento de la piel. Durante el embarazo y debido a los cambios hormonales, inmunológicos y metabólicos, puede agravarse o incluso a manifestarse aún cuando nunca hayamos presentado esta patología.

Aunque sus síntomas son prácticamente los mismos que en bebés y niños, en adultos es más frecuente tener la piel seca,  manchas blanquecinas en la piel (pitiriasis alba), engrosamiento de la piel y aparición de costras.

¿Es posible prevenir los brotes?

Aunque es muy complicado, sí que es posible anticiparse a ciertas épocas o circunstancias que pueden alterar la piel y provocar un brote, como por ejemplo los cambio de estación, altos niveles de estrés, o el uso de productos cosméticos muy fuertes o astringentes.

Cuando empezamos a notar molestias y mayor sensibilidad en la piel, es muy importante evaluar qué está pudiendo causarla e intentar calmar la piel con algún producto especialmente formulado para ello. Obviamente no siempre podemos conseguirlo y el brote puede terminar por aparecer.

¿Qué hacer ante un brote de dermatitis durante el embarazo?

Pregnant Women Applying Cream

Cuando ya tenemos un brote de dermatitis atópica, debemos intentar aliviarlo desde distintos frentes, siempre teniendo en cuenta que cualquier tipo de medicación debe ser recetada por un médico y nunca debemos exceder la dosis recomendada.

En caso de que el el brote sea incipiente, o simplemente notemos mayor sensibilidad en la piel, podemos tomar las siguientes precauciones:

  1. Toma duchas en vez de baños, siempre con agua templada y utilizando un gel syndet (en mi caso, lo que mejor me funciona son los aceites de ducha).
  2. Hidrata tu piel varias veces al día (especialmente si ya estamos notando los picores producidos por el estiramiento de la piel), utilizando una crema para pieles sensibles sin perfumes y sin aceites esenciales. Yo suelo cambiar de marca de vez en cuando porque al final la piel termina por "acostumbrarse" y el producto en cuestión deja de tener efectividad.
  3. No exfolies tu piel, al menos hasta que esta se recupere por completo y cuando lo hagas, elige siempre con un producto de gránulo fino y suave.
  4. Evita exponerte al sol directamente, y en caso de tener que hacerlo, protege la piel con un solar adecuado, gorros o sombreros y ropa de algodón.
  5. Elige siempre ropa de materiales naturales (algodón o lino), especialmente aquella que está en contacto directo con la piel y en los meses más calurosos.
  6. Evita al máximo rascarte porque eso solo empeora el brote y el estado de la piel. En mi caso siempre utilizo un spray anti-picor, que cargo siempre en el bolso por silo necesito.
  7. Mantén el estrés a raya porque es un desencadenante muy importante de brotes.
  8. Cuida tu alimentación aumentando la ingesta de frutas y verduras frescas y evitando el consumo de ultraprocesados y comidas muy grasas.
  9. De ser posible, intenta pasar más tiempo en la playa, ya que la humedad en el ambiente mejora la piel de forma natural.
  10. En caso de que el brote sea muy fuerte, debes acudir al médico para que te recete antihistamínicos o incluso corticoides suaves (solo después del segundo trimestre de embarazo).

Mi experiencia como embarazada con dermatitis atópica

Dermatitis Embarazo

Aunque cada cuerpo es un mundo y claramente no todos reaccionan igual ante un cambio como el embarazo, voy a que contar mi experiencia enfermedad con esta durante mis embarazos (que fueron prácticamente la misma).

Yo padezco de dermatitis desde la adolescencia (de niña jamás tuve un brote), y no tengo antecedentes en la familia. Mi zona más complicada es el rostro y las manos, ya que es ahí donde siempre tengo los episodios más fuertes.

Durante los primeros meses del embarazo noté mi piel más alterada que nunca: tuve un par de brotes que pude controlar con cremas calmantes sin corticoides, pero estos se combinaban con granitos y mucha sensibilidad. Dado su aspecto, las molestias que tenía y lo mucho que me estaba costando equilibrarla, fue una época en la que dejé de lado el maquillaje y me centré en cuidar mi piel por dentro y por fuera alimentándome mejor, procurando estar más relajada (a pesar de las complicaciones que tuve), y mirando con lupa los INCI de todos los productos que utilizaba.

Aunque los cambios al principio fueron muy bruscos, es verdad que con el paso de los meses noté mucha mejoría... incluso diría que al final del embarazo lucía la piel más sana (ignoro si por el mismo mecanismo que te hace lucir un pelo estupendo cuando estás en las últimas semanas de embarazo), así que en mi caso, los meses más complicados fueron los primeros. Lo malo es que volví a vivir este mismo ciclo una vez dí a luz, y esta vez fue bastante más fuerte (en ese momento sí que tuve que aplicar corticoides durante un par de días, recetados por mi médico de cabecera).

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