El papel del padre en las primeras semanas de vida del bebé
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El papel del padre en las primeras semanas de vida del bebé

Cuando estás esperando un bebé empiezas a visualizar a tu marido en el papel de padre. En mi caso siempre pensé que el mío lo haría genial... que se implicaría en todos los asuntos... desde decidir si le daríamos chupete hasta los menos agradecidos como cambiar pañales. Claro, eso es lo que yo pensaba sobre ese papel antes de la llegada de mi hija... ahora que he pasado por eso, pienso que en realidad va muchísimo más allá.

Las primeras semanas con el bebé

Cuando no eres madre y ves los niños de los demás te imaginas que la cosa no necesariamente es tan dura como algunas lo pintan. Yo misma pensaba que con lo poco que hace un bebé, no es tan difícil acoplarse a el y a tu nueva vida. De hecho creía que tal vez en la baja maternal me daría el tiempo para leer un par de libros, caminar mucho para ir recuperando la figura y estar estupendísima para presumir de retoño...

De repente llega el momento en el que te ves en casa con un miembro nuevo en la familia y toda la ilusión y las ganas de hacerlo lo mejor posible. Antes de tenerlo no contabas con lo agotada que te encontrarías tras el parto y las primeras noches en vela (porque al mínimo ruido ya te encuentras de pie al lado de su cuna revisando que respire y todo lo demás), así que lo de estar estupenda lo dejas para un poco más adelante.

A medida que van pasando los días te das cuenta que en vez de recuperar sueño y descansar de la estancia en el hospital, te sientes cada vez más cansada. Te queda claro que las noches no volverán a ser como antes y te ves empezando cada día peor que el anterior por atender a tu bebé cada vez que lo necesita. La combinación de ese estado con el festival de hormonas que tienes en el cuerpo dan como resultado a una persona nueva: tal vez un poco (o mucho) más irascible, sensible o variable de lo normal.

Y me diréis ¿y todo esto qué tiene que ver con el papel del padre como tal?. Pues en realidad, todo: en ese momento tu bebé responde a sus instintos de supervivencia y en ese sentido el papel de la madre es crucial para él... por eso creo que uno de los principales papeles que debe jugar el padre es como soporte emocional de la madre.

Claro, teniendo en cuenta los ridículos permisos de paternidad que existen en la mayoría de países, cambiar pañales, bañarle y arrullar en la madrugada cuando el bebé no logra dormirse es trabajo y se agradece muchísimo cuando el padre toma la iniciativa de compartirlo, pero servir de bastión para la nueva madre puede llegar a ser muchísimo más duro: no es fácil enfrentarse a tu pareja cuando se encuentra en un estado distinto al que la has conocido hasta ahora y para el cual no sabes como reaccionar.

Tú cambias... y la relación también

Cuando estaba embarazada ya me habían advertido que la relación de pareja cambia a la llegada de un bebé porque desde ese momento todo gira alrededor de él. Claro, tu piensas que a ti eso no te pasará porque quieres muchísimo a tu pareja y estáis acostumbrados a unas rutinas que incluyen mimos, salidas a cenar, escapadas, cine o simplemente acurrucarse bajo una manta para ver una peli tranquilamente en casa y que en gran parte de esas actividades puedes incluir a tu bebé sin problemas.

Por supuesto que es posible, solo que no ocurre de inmediato sino que esa inclusión se va haciendo poco a poco: primero debes acoplarte a la rutina de tu bebé y luego intentas compaginarla con lo que alguna vez fue la tuya.

Probablemente las madres asumimos ese cambio con más facilidad (es mi impresión personal), y el padre puede verse un poco desplazado por el aluvión de cambios. Es ahí donde creo que debe armarse de paciencia, alimentarse del amor que tiene a su familia y servir de soporte mientras que la madre llega a sentirse cómoda con su nuevo rol...

Nuevos padres: para nosotras tampoco es fácil, es verdad que el instinto ayuda mucho, pero los bebés no vienen con un manual... nosotras también nos sentimos inseguras, también necesitamos una voz de aliento cuando sentimos que no podemos más y necesitamos escuchar de vez en cuando que lo estamos haciendo bien.

Claro, si además de eso os levantáis en la madrugada a cambiar el pañal y arrullar al bebé para que nosotras podamos dormir un poco más...

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