Carta a ti que acabas de ser papá, pero también eres pareja
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Carta a ti que acabas de ser papá, pero también eres pareja

Ahora eres papá. Ahora las cosas van a cambiar: tu pareja, tu vida... Pero no tiene por qué ser en negativo, ya verás. Cuida a tu pareja, a tu hijo y a ti mismo. Todo va a ir bien.

Querido papi,

Ay, “papá”… Ayer mismo eras Juan, o Pedro o Jorge, y ahora, ahora eres “papá”. Por mucho que imaginamos cómo será eso de tener una vida pequeñita en nuestros brazos, en nuestra casa, la realidad siempre es más: más amor del que podrías imaginar sentir, más ternura, más necesidad de proteger… y más cansancio, más sueño del que uno pudiera creer, ¿verdad?

La buena noticia es que sobrevivirás, quizá con alguna cana más (no pasa nada, ahora puedes decir que eres un madurito interesante), es posible que con la espalda un poco menos recta y con un tono muscular en los brazos que ya los quisiera The Rock… pero sobrevivirás.

Se avecinan cambios

Las cosas van a cambiar (seguro que ya han cambiado) y puede que eso te haga tambalear en ocasiones. Lo primero que quiero decirte es que te lo tomes con calma, que estés tranquilo: no eres el único, la paternidad es un proceso que pilla en paños menores a la mayoría de los papis.

Lo bonito de todo esto es que esa sensación de no tener ni idea no la tienes tú solo: probablemente tu pareja esté igual que tú, así que lo mejor que podéis hacer es compartir, lo bueno y lo menos bueno, de todo este proceso.

Implícate, papá

Sí, vuestra relación ha cambiado: ya no tenéis tiempo para entrar y salir como antes, ya no hay fines de semana de dormir hasta las tantas y decidir, en la cama, qué hacer durante el día… Ay, ¡qué tiempos! Ahora el peque ocupa casi todo, el espacio y el tiempo.

La maternidad es algo realmente absorbente, muy 24 horas, 7 días a la semana, pero… igual que para ti, ¿no? Es posible que sea mamá la que tenga los pechos para alimentar al bebé, pero tú tienes dos manos y un cuerpo y un corazón para hacer las dos mil novecientas cincuenta y cinco cosas más que necesita un bebé, ¿verdad?

No digo que sea tu caso, papá, pero intenta no escaquearte, comparte (y digo “comparte y no “ayuda”, porque aquí nadie ayuda a nadie, el peque es de los dos) los cuidados del bebé, por él, por ella y por ti: criar a un hijo de manera implicada te va a proporcionar algunos de los momentos más felices de tu vida, y no vas a querer perdértelos.

Puede que cambiar pañales te parezca una tarea anodina, pero no es solo limpiar y poner limpito un culete pequeño, es que mientras lo haces estás mirando a la cara (además de a otras partes, claro) a tu hijo, le estás hablando, te sonríe, te agarra la mano… y tira la crema, y el pañal sucio y lo mancha todo, y se llena la mano de caca y todo es un desastre, pero es tu pequeño desastre, y hasta puede ser divertido.

Implicarte en el cuidado de tu hijo es la mejor de las decisiones, es más, no ha de ser ni una decisión, porque es lo que ha de ser.

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Y desde el otro lado, desde el de las mamis, te digo: no te puedes imaginar lo que es para tu pareja verte con el bebé en brazos. Eras su chico, su amigo, su compañero… pero ahora además eres el padre de ese peque que es puro amor, y veros juntos hace que la ternura rebose.

Apoya a tu pareja: la clave es ser equipo

Es posible que ella esté ahora un tanto desbordada: las hormonas, el cambio físico, el cansancio… no es fácil su papel, de verdad. Así que tú, que la quieres, que deseas que esté bien, conviértete en su apoyo, te necesita.

Hay una máxima que siempre explico en consulta: si tu pareja está bien, es más probable que tú estés bien también. Repartir las tareas y las ocupaciones, compartir la responsabilidad, hará que el estrés y el cansancio se repartan y eso facilitará que encontréis espacios en los que poder ser, de nuevo, pareja.

Porque sí, estoy totalmente de acuerdo contigo: la pareja no debe abandonarse. Siempre recomiendo tener al menos una cita de novios de dos horas a la semana, un espacio en que volver a ser Juan y Sandra y no papá y mamá. Pero para que eso sea factible, insisto, las tareas han de ser de los dos, ¿no te parece?

El sexo tras la llegada del bebé

Y el sexo, ¿cómo vas con el tema del sexo? Lo de que la cuarentena dura cuarenta días es algo que nos han vendido pero que no siempre es así. Tu pareja va a necesitar un tiempo para recuperarse tanto física como emocionalmente del embarazo y del parto, y tú has de acompañarla, respetarla y quererla en ese proceso.

Te recuerdo, querido papá, que el sexo no es solo penetración, y que la intimidad de la pareja no pasa necesariamente por el sexo con coito. Es posible que creas que solo tú tienes ganas, es posible que sea verdad que solo tú tienes ganas, pero también es posible que tu pareja quiera pero esté agotada, es posible que te desee pero ni se plantee la penetración aún...

A muchas mujeres la idea de volver a tener penetración les da pánico o respeto tras el parto. ¿Me dolerá? ¿Será igual? ¿Disfrutaré? Su cuerpo ha sufrido cambios importantes, las hormonas están haciendo de las suyas… no es fácil. ¿Sabes cómo puedes ayudarla a reencontrarse? Acompañándola en el proceso, apoyándola en lo que necesite, no presionándola, recordándole lo que la quieres y lo preciosa que te parece, porque te lo parece, ¿verdad?

Ofrécete a darle un masaje (créeme, cargar a un bebé y dar pecho te deja la espalda con necesidad de masajito), daos una ducha juntos... Hay muchas formas de acercarnos a la sexualidad sin que ello suponga coito y esto hará que ella esté cómoda, que se sienta querida y, obviamente, tú te lo vas a pasar bien... os lo vais a pasar bien.

En cualquier caso la realidad es que situaciones particulares puede haber mil, así que más que aceptar consejos sobre este tema lo mejor que puedes hacer es tratar de conocer el estado de tu pareja, sus necesidades y sus deseos. ¿Sabes cómo? Preguntándoselo. Vuestra vida sexual es eso, vuestra, de los dos, de manera que retomarla (o continuarla) ha de ser cosas de ambos, como equipo, aunque sea ella la que tenga puntos en…

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Te has convertido en papá y te ha cambiado la vida. Mientras lees esto es posible que tu pareja esté con el bebé. Mírales disimuladamente, obsérvales, ¿acaso no es lo más bonito que has visto en tu vida? Ahora deja en la mesita el teléfono o apaga el ordenador y corre a darles un beso. No te pierdas nada, papá.

Nota: es una carta, insisto, escrita en general. Cada relación tiene sus características y cada papá sus cosas... No estoy señalando o castigando, hablo en general y con cariño.

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