Cómo logré mejorar la productividad y la memoria gracias a la siesta: este es el tiempo exacto que debe durar para que sea efectiva

Cómo logré mejorar la productividad y la memoria gracias a la siesta: este es el tiempo exacto que debe durar para que sea efectiva
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Los adultos, desde los 18 años hasta los 65, debemos dormir de siete a nueve horas por noche para estar descansados y soy la prueba viviente de ello: si duermo menos de ocho horas, no funciono. Me convierto en algo similar a un zombie.

Desafortunadamente, no cuento con ese talento que tienen algunas personas de ser súper organizada y tener una rutina que sigo al pie de la letra y, con más frecuencia de la que me gustaría admitir, son muchas las noches que no llego al mínimo de esa recomendación (en gran parte por mi adicción lectora y las series adictivas de Netflix, mea culpa).

Pero además de la parte de no haber descansado, hay días en los que a veces uno simplemente no despierta con el pie derecho y es difícil avanzar en nuestras cosas pendientes. Y es aquí donde entra una de mis mejores armas secretas no tan secretas: la siesta diurna.

Si necesitas reiniciarte, toma una siesta

Las siestas de Don Draper en Mad Men alguna utilidad tenían. Aunque la estrella de la publicidad -al menos en la ficción- regularmente las tomaba a media jornada laboral esperando que le llegara alguna idea para una campaña, lo cierto es que las siestas pueden ayudarnos a despejar la mente, mejorar nuestro desempeño y ser más productivos. Y no lo digo yo, lo dice la ciencia.

Bueno, también lo digo yo, que suelo tomarlas para reiniciarme en días pesados o cuando veo que el trabajo no está fluyendo como me gustaría, pero si nos vamos a la evidencia científica estos son algunos de los muchísimos estudios que podemos encontrar:

De acuerdo con una investigación realizado el año pasado, tomar una siesta corta ayuda a potenciar el funcionamiento mental y la memoria, mientras que otro estudio encontró que una siesta, incluso una ultra corta, es suficiente para mejorar el procesamiento de la memoria.

Hablando de la memoria y otros procesos mentales importantes para la productividad, un metaanálisis de 54 estudios encontró que la siesta al medio día mejora los resultados en pruebas cognitivas de memoria, atención, resolución de problemas, planificación y regulación emocional.

En resumen, además de ayudarnos a recuperar un poco de energía, las siestas aumentan nuestra productividad y mejoran nuestro desempeño cognitivo, haciéndonos más eficientes y ayudándonos a gestionar mejor nuestras responsabilidades.

Siestas cortas, las mejores

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Foto | Miriam Alonso en Pexels

Es importante señalar que no cualquier tipo de siesta nos proporcionará los beneficios antes mencionados. Habremos de enfocarnos en lo que en inglés se conoce como power nap: un breve descanso que nos ayuda a recargar energía y eleva nuestro desempeño.

De acuerdo con un estudio que analizó diferentes duraciones de la siesta y su impacto en nuestro rendimiento, tan solo una siesta de cinco minutos puede aportarnos algunos beneficios, pero hacerla de 10 minutos produce mejoría inmediata, reduciendo el cansancio y mejorando nuestro vigor y desempeño cognitivo. Resultados similares se encontraron en siestas con duración de 20 minutos.

Entonces, lo ideal es que la siesta dure de 10 a 20 minutos, sin que supere la media hora, ya que en la misma investigación y en otros estudios, se ha encontrado que dormir más de 30 minutos podría hacer que entremos en fases más profundas del sueño y, puedo confirmarlo por experiencia propia, despertemos con somnolencia, de mal humor y sintiéndonos desorientados.

Por otro lado, la hora en la que hagamos la siesta también importa. La recomendación es que ésta tenga lugar antes de las tres de la tarde, pues si la postergamos mucho podría retrasar nuestra hora de dormir y afectar el descanso nocturno.

Foto de portada | Mad Men

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