Cinco señales de altas capacidades en adolescentes que pueden pasar inadvertidas en la infancia

Cinco señales de altas capacidades en adolescentes que pueden pasar inadvertidas en la infancia
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La detección de altas capacidades en la infancia puede ser evidente en algunos niños, pero en otros pasa completamente desapercibida. No todos los niños con altas capacidades sacan las mejores notas, ni todos tienen un interés extraordinario por las matemáticas o la lectura.

De hecho, algunos se confunden con niños distraídos, inseguros o incluso desmotivados. Pero al llegar la adolescencia, ciertas señales que antes parecían irrelevantes se intensifican y, si sabemos mirar bien, pueden revelar un perfil de alta capacidad que siempre estuvo ahí, oculto.

¿Por qué pueden pasar inadvertidas en la infancia?

Muchas razones pueden hacer que un niño con altas capacidades pase desapercibido. Algunas niñas y niños aprenden a camuflarse para no destacar, otros pierden el interés en la escuela si no se sienten estimulados, y algunos pueden desarrollar estrategias para evitar la frustración, como la procrastinación o el perfeccionismo extremo.

También influye el hecho de que las altas capacidades no siempre se manifiestan de manera homogénea: pueden estar más presentes en la creatividad, en la intuición emocional o en la capacidad de cuestionar lo establecido.

Vamos a ver cinco señales de altas capacidades que pueden pasar inadvertidas en la infancia pero que en la adolescencia pueden volverse más evidentes (junto a ejemplos ficticios pero que podrían ser reales).

1) Hipersensibilidad emocional (pero bien disimulada)

Las personas con altas capacidades suelen tener un mundo emocional muy intenso. Sin embargo, muchos adolescentes aprenden a ocultarlo para encajar mejor.

En la infancia pueden parecer simplemente "sensibles" o "dramáticos", pero en la adolescencia pueden desarrollar un gran sentido de justicia, una capacidad profunda de análisis sobre las emociones humanas o incluso un fuerte compromiso con causas sociales.

  • Ejemplo: Marina, de 15 años, lee un artículo sobre el cambio climático y pasa la noche en vela, angustiada por el futuro del planeta. De niña, solía llorar cuando veía injusticias en los dibujos animados, pero los adultos lo atribuían a "una imaginación demasiado activa".

2) Un perfeccionismo que se confunde con procrastinación

El perfeccionismo en niños con altas capacidades a menudo se interpreta como "quiere hacerlo todo bien". Sin embargo, en la adolescencia puede volverse un obstáculo serio.

No es que quieran hacer las cosas perfectas, es que pueden llegar a no hacerlas si sienten que no pueden alcanzar sus propios estándares. Esto puede confundirse con procrastinación o pereza.

  • Ejemplo: Andrés, de 16 años, no entrega una redacción porque no encuentra "la mejor forma" de expresarse. En primaria, sus profesores solo veían que "se distraía y no acababa las tareas". En realidad, su miedo a no hacerlo perfecto le bloqueaba.

3) Pensamiento lateral y frustración académica

Los adolescentes con altas capacidades suelen ver el mundo de forma distinta, haciendo conexiones poco convencionales (es el llamado pensamiento lateral). En un sistema educativo tradicional, esto puede generar frustración porque no siempre se premia la creatividad o la capacidad de cuestionar lo establecido.

  • Ejemplo: Paula, de 14 años, se frustra en clase de literatura porque siente que analizar los libros con esquemas rígidos mata su significado. En la infancia, sus profesores pensaban que era "desordenada" en sus respuestas, pero en realidad tenía un pensamiento asociativo (también llamado pensamiento arborescente) muy avanzado.

4) Habilidad para imitar personalidades y adaptarse a distintos entornos

Algunas personas con altas capacidades desarrollan una habilidad camaleónica para encajar en distintos grupos. En la infancia, pueden parecer niños "normales" sin grandes rasgos diferenciales porque aprenden a adaptarse al contexto social.

En la adolescencia, esta habilidad puede volverse más evidente cuando se sienten perdidos sobre su propia identidad o cuando cambian de registro según con quién están.

  • Ejemplo: Alex, de 17 años, se comporta de manera diferente con cada grupo de amigos: con unos es el bromista, con otros el intelectual, con otros el rebelde... Sus padres piensan que "no sabe quién es", pero en realidad tiene una gran capacidad para leer el entorno y adaptarse.

5) Monólogos internos complejos y sobreanálisis de todo

Algunos adolescentes con altas capacidades no expresan todo lo que piensan, pero dentro de su cabeza hay un diálogo constante y profundo.

Pueden analizar cada conversación, cada mirada, cada palabra que alguien les dice. Esto puede hacer que se sientan agotados mentalmente o que parezcan más inseguros de lo que realmente son.

  • Ejemplo: Carla, de 15 años, repasa en su mente todas las interacciones del día, preguntándose si dijo algo inadecuado o si alguien interpretó mal sus palabras. De niña, simplemente parecía "tímida", pero en realidad ya tenía un procesamiento mental muy avanzado.

Estar atentos a las señales para ofrecer un buen diagnóstico

En definitiva, las altas capacidades no siempre se presentan con una etiqueta clara ni con un rendimiento académico excepcional. A veces, se disfrazan de inseguridad, de dispersión, de sensibilidad extrema o de una mente que nunca deja de preguntarse cosas.

En la adolescencia, cuando la identidad se redefine y las emociones se intensifican, estas señales pueden emerger con más fuerza. Estar atentos a ellas es importante para realizar un buen diagnóstico y para que el adolescente se sienta comprendido y acompañado emocionalmente y pueda desarrollar su verdadero potencial.

Foto | Portada (Freepik)

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