Las rabietas en la infancia son una de esas situaciones en las que los padres sentimos una diversidad de emociones: desesperación, ansiedad o preocupación, porque además de que nadie disfruta escuchar a un niño llorar o gritar, también queremos ayudar a nuestros hijos para que se calmen y dejen de sentirse angustiados.
Como ya lo hemos mencionado anteriormente, las rabietas son una parte normal del desarrollo de los niños, por lo que debemos tratarlas de manera paciente y respetuosa. Desde luego, esto suena más fácil de lo que realmente es, pero con algunas estrategias es posible manejarlas de manera más efectiva.
De hecho, muchas veces basta con elegir adecuadamente nuestras palabras.
Así lo ha señalado Reem Raouda, coach de crianza consciente y experta en relaciones padres e hijos, quien tras haber estudiado a más de 200 niños, ha logrado identificar siete frases calmantes pero poderosas que los padres usan para conectar con sus hijos y gestionar mejor las rabietas.
Índice de Contenidos (7)
- 1) "Estás sintiendo una emoción muy grande. Estoy aquí contigo"
- 2) "Te creo"
- 3) "Tus sentimientos tienen sentido"
- 4) "No estoy enfadado contigo. Estoy aquí para ayudarte a pasar por esto"
- 5) "Está bien sentirse enfadado. No voy a dejar que te hagas daño a ti ni a los demás"
- 6) "Tómate tu tiempo. No voy a irme a ningún lado"
- 7) "Vamos a superar esto juntos"
1) "Estás sintiendo una emoción muy grande. Estoy aquí contigo"
En vez de decir "Deja de llorar" o "No llores", Raouda explica que esta frase ayuda a anclar a los niños en el momento y les permite tomar prestada nuestra calma al comunicarle a su sistema nervioso que no tiene que manejar sus emociones solo. "Cuando los niños se sienten acompañados en sus emociones intensas, las atraviesan más rápido y aprenden que no necesitan exagerar para llamar tu atención", explica.
2) "Te creo"
Ya hemos hablado acerca de cómo no es recomendable decir a los niños cosas como "Venga, no es nada" o "No es para tanto". Y la experta nos recuerda que durante una rabieta lo que nuestros hijos necesitan es que validemos sus emociones: "La validación fortalece la brújula interna del niño y refuerza la confianza. Cuando sienten que les crees, los niños se calman más rápido porque no tienen que luchar para ser comprendidos. Esa confianza les ayuda a autorregularse antes."
3) "Tus sentimientos tienen sentido"
Esta frase va en el mismo sentido de la anterior, pues estamos validando las emociones del niño. Pero además de esto, les enseñamos que las emociones son normales. De acuerdo con Raouda, así "dejan de luchar contra ellas y pueden atravesarlas con mayor naturalidad". Por ello, aunque para nosotros no tenga mucho sentido el motivo de su rabieta, decir esta frase a los niños les ayuda a procesar lo que sienten, en lugar de intentar reprimirlo o expresarlo de manera explosiva.
4) "No estoy enfadado contigo. Estoy aquí para ayudarte a pasar por esto"
La experta señala que uno de los errores que debemos evitar cuando nuestros hijos están teniendo una rabieta es el enfadarnos o frustrarnos. "Muchos padres piensan que deben mostrar enojo para marcar un punto. Pero en realidad, la tranquilidad desactiva la respuesta de lucha o huida del niño mucho más eficazmente que el castigo", comenta, añadiendo que cuando los niños no se sienten amenazados por nuestro enfado, pueden concentrarse en calmarse, en lugar de sentir que necesitan defenderse.
5) "Está bien sentirse enfadado. No voy a dejar que te hagas daño a ti ni a los demás"
Aunque no sucede en todos los casos, hay ocasiones en las que nuestros hijos pueden sentir la necesidad de golpear o patear cuando están enfadados. Esto puede poner a prueba nuestra paciencia, pero en lugar de molestarnos o amenazarles con consecuencias si no dejan de hacer, debemos marcar límites con compasión. Es decir, validar la emoción, pero explicarles que ciertas acciones no son válidas. "Durante los berrinches, tu objetivo debe ser poner límites sin avergonzar. Los niños que no son avergonzados por lo que sienten aprenden a expresarlo de forma más sana, reduciendo la intensidad y la frecuencia de las rabietas", dice Raouda.
6) "Tómate tu tiempo. No voy a irme a ningún lado"
Cuando nuestros hijos están teniendo una rabieta seguro todos deseamos que ésta se termine cuanto antes, pero la experta señala que apresurar a los niños calmarse puede causar el efecto opuesto y hacer que la rabieta aumente: "Cuando no se les apura a atravesar sus emociones, regresan a la calma de manera más natural que cuando se les presiona a 'superarlo'".
7) "Vamos a superar esto juntos"
Finalmente, Raouda agrega otra frase que indica al niño que estamos con él y no necesita resolver o lidiar con sus emociones solo. "En el fondo, lo que todo niño quiere saber es: '¿Sigues conmigo, incluso ahora?'", señala. "Esta frase le recuerda que no está solo y que su valor no depende de un comportamiento perfecto."
Como comentario final, Raouda explica que si bien estas frases no detendrán cada berrinche al instante, lo que hace que éstas sean poderosas es el cambio de mentalidad que representan, enseñando al niño (y recordándonos a nosotros) que las emociones intensas deben ser acompañadas y, en lugar de intentar controlarlas o reprimirlas, debemos trabajar en procesarlas.
Foto de portada | RDNE Stock Project en Pexels
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