¿Por qué es importante que los niños se diviertan y cómo conseguirlo?

¿Por qué es importante que los niños se diviertan y cómo conseguirlo?
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¿Tus hijos se divierten? ¿Sabes qué implica realmente divertirse? Divertirse implica disfrutar, reír, entretenerse, y, en definitiva, experimentar y disfrutar de emociones placenteras y agradables.

Los niños pueden divertirse de múltiples formas, y como padres y madres, podemos potenciar este fenómeno para favorecer una infancia feliz y divertida.

Pero, ¿cómo lo hacemos y por qué es importante la diversión para su desarrollo? Como veremos, el juego es una estrategia clave para favorecer la diversión, aunque no la única.

¿Por qué es importante que los niños se diviertan?

Si queremos que nuestros hijos crezcan felices, es importante que les ayudemos a experimentar emociones agradables y placenteras (sin olvidarnos de acompañarles a la hora de gestionar emociones menos agradables).

En general, los niños se divierten por naturaleza, desde su inocencia y su apertura al mundo, su curiosidad y sus ganas de saber, conocer, experimentar, jugar...

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Sin embargo, aunque divertirse es algo bastante instintivo y natural en la infancia, la diversión también puede fomentarse de diferentes maneras, como veremos a lo largo del artículo. Pero antes, ¿por qué es tan importante que los niños se diviertan? ¿Cuáles son algunos de sus beneficios?

Disfrutan de emociones agradables y placenteras

Divertirse se define como el fenómeno de pasar el tiempo de forma alegre y entretenida. Es decir, es una acción que proporciona emociones agradables, como la alegría o el placer. Y que tu hijo disfrute y sea feliz siempre será positivo para él.

Se liberan endorfinas

Cuando los niños disfrutan, liberan endorfinas, que son sustancias naturales que sintetiza el cerebro y que resultan placenteras y gratificantes. Además, estas sustancias también tienen otros efectos positivos para mente y cuerpo, ya que alivian el dolor.

Se estimula la motivación y el aprendizaje

Una actividad o un contexto divertido resulta ideal para estimular procesos como el aprendizaje (prácticamente, de cualquier cosa). Y es que los niños que se divierten aprenden mejor.

Además, un contexto divertido también resulta ideal para explorar las motivaciones de los niños, sus intereses, aspiraciones... y todo ello, es información útil para que se sigan divirtiendo y aprendiendo (partiendo de sus intereses y motivaciones para facilitar su aprendizaje).

La diversión puede favorecer la autoestima

La diversión en sí no mejora automáticamente la autoestima, aunque sí permite crear un entorno, actividad o situación divertida, la cual puede ser una buena oportunidad para trabajar en la autoestima de los más pequeños.

Por ejemplo, a través de divertidos juegos destinados a fortalecerla.

Favorece el autoconocimiento

A su vez, crear situaciones o actividades divertidas permite trabajar en otros aspectos del desarrollo del pequeño, como sería en su autoconocimiento.

Más allá de poder crear actividades específicas (y divertidas) para que se conozcan, lo cierto es que los niños, a medida que se divierten, también se conocen a sí mismos (es algo inherente a la propia actividad). ¿Por qué?

Porque tienen la oportunidad de identificar (y escoger) qué les hace reír y qué no, es decir, qué estímulos del entorno les generan diversión y cuáles no, con qué personas se lo pasan bien, con qué amigos prefieren compartir su tiempo, etc.

Les proporciona autoconfianza

Como vamos viendo, la diversión en sí es beneficiosa, pero no únicamente por lo que implica per se, sino que además, es algo que conlleva otros beneficios, en parte por la forma de obtener esa diversión (por ejemplo, jugando).

Así, ciertos juegos o actividades, pueden promover la autoconfianza en tus hijos, ya que les permite sentirse seguros en determinados espacios y descubrir cómo pueden alimentar esas sensaciones de gratificación. Y esto, a su vez, hace que confíen en sí mismos.

Estimula otras facetas o habilidades, como la creatividad o la imaginación

Piénsalo: en un contexto divertido, es más fácil que los niños desarrollen otras facetas o habilidades, porque se sentirán más a gusto, seguros, entusiasmados... y en este clima favorable, es fácil que puedan ser ellos mismos, por lo tanto, se favorece la autenticidad.

Y en esa autenticidad nacen y se estimulan sus rasgos más intrínsecos y personales; así, la diversión también es un contexto ideal para sacar a la luz ciertas habilidades o rasgos como la creatividad, la imaginación y la curiosidad, por ejemplo.

¿Cómo fomentar la diversión en los niños?

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Existen muchas formas de fomentar la diversión en los niños. Podemos empezar por la forma de enfocar las pequeñas tareas del día a día (ya sean las responsabilidades, los deberes, el tiempo de juego...).

La clave está en plantearlas desde el humor, haciendo bromas y siendo flexibles. Por otro lado, también podemos optar por dos herramientas clave: el juego y las actividades individuales o en familia. ¡Os damos ideas!

La diversión a través del juego

El juego es una muy buena opción a la hora de fomentar la diversión en los más pequeños. Y es que es una herramienta que puede entretenerlos y hacerles disfrutar un montón, a la vez que educarlos y enseñarles, es decir, con la que pueden disfrutar sin dejar de aprender.

También es una actividad que puede fomentar los planes en familia y favorecer una buena relación entre hermanos, por ejemplo.

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Además, el juego presenta otros beneficios inherentes para el desarrollo de los niños. Así, dependiendo del tipo de juego, este puede enseñarles a:

  • Respetar las normas.
  • Tolerar la frustración.
  • Desarrollar la paciencia.
  • Desarrollar la empatía y la capacidad para resolver conflictos.
  • Desarrollar habilidades psicomotoras y/o motoras, como por ejemplo la destreza.
  • Desarrollar habilidades cognitivas, como la atención.
  • Desarrollar habilidades emocionales (gestión de las emociones).

Divertirse mediante actividades individuales o en familia

Existen múltiples actividades, más allá del juego, que pueden realizarse para promover la diversión en los más pequeños. Estas pueden ser en familia o individuales.

Recuerda que al final, no importa tanto el "qué" (la actividad en sí) sino el "cómo" (cómo se plantea, se prepara, se lleva a cabo, etc.). Algunas ideas de actividades para que tus hijos se entregan y diviertan son:

  • Hacer una ruta por el campo, senderismo, excursiones...
  • Regar las plantas.
  • Practicar deporte (por ejemplo, ¡salir a patinar!).
  • Visitas infantiles, guiadas, en museos.
  • Cocinar.
  • Dibujar.
  • Espectáculos y exposiciones infantiles.
  • Jugar en familia.
  • Jugar a juegos de mesa.
  • Interpretar pequeñas obras de teatro improvisadas en casa.
  • Mirar una película.
  • Hacer manualidades.
  • Crear un álbum de fotos juntos o mirarlo.
  • Bailar, poner música.

Y tú, ¿crees que divertirse durante la infancia es importante? ¿Por qué, o para qué? ¿Favoreces espacios y actividades para estimular la diversión en tus hijos? ¿De qué manera lo haces?


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