Dos tipos de motivación y cómo estimularla en los más pequeños

Dos tipos de motivación y cómo estimularla en los más pequeños
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La motivación es la fuerza que nos mueve; nos invita a explorar, a actuar y a descubrir. En los niños la motivación es especialmente importante, porque se encuentran en sus primeras fases del aprendizaje.

Pero, ¿qué tipos de motivación existen y cómo desarrollarlos en los más pequeños? Hablamos sobre ello y ofrecemos algunas pautas para potenciar los dos grandes tipos de motivación en los niños.

¿Qué es la motivación y para qué sirve?

Todos necesitamos motivación para hacer las cosas, tanto los niños como los adultos. Esta se define como el conjunto de fuerzas que inician y dirigen la conducta humana; son nuestras pasiones, aquello que nos mueve, nuestro motor interno, y, en definitiva, aquello que nos lleva a actuar.

El objetivo de la motivación es delimitar qué motivos tenemos las personas cuando realizamos determinadas conductas, y por qué las hacemos en determinadas situaciones y no en otras.

En los más pequeños, la motivación es especialmente importante, porque les impulsa a aprender, a descubrir, a explorar... Por ello es tan importante acompañarlos en este proceso de descubrimiento y de potenciación de su motivación.

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Los dos grandes tipos de motivación

Encontramos diferentes tipos de motivación, aunque a grandes rasgos, podemos hablar de dos grandes tipos de motivación que nos llevan a actuar: la intrínseca y la extrínseca.

Motivación intrínseca

La motivación intrínseca se caracteriza porque la persona realiza la tarea o actividad en cuestión por el simple placer de realizarla. Así, la actividad es un fin en sí mismo, y su realización permite a la persona sentirse autónoma y competente.

Un ejemplo de motivación intrínseca en los niños sería el hecho de dibujar por el mero placer de hacerlo; lo que proporciona placer o disfrute aquí es la acción de dibujar. No se dibuja para conseguir algo, por ejemplo un premio, sino porque se disfruta haciéndolo. Otro ejemplo: jugar por el mero placer de jugar.

Motivación extrínseca

La motivación extrínseca, o motivación por incentivos, por contra, se caracteriza porque la persona realiza una actividad en cuestión para obtener unas consecuencias que se derivan de su realización.

De esta forma, la tarea es un medio para lograr un fin. Por ejemplo, hacer los deberes porque se sabe que después hay un tiempo de juego, o estudiar para sacar buenas notas.

Cómo estimular estas motivaciones en los más pequeños

¿Cómo estimular la motivación intrínseca y extrínseca en los niños? Hay diferentes formas de potenciar los diferentes tipos de motivación en los niños.

Tanto aquella motivación que hace que los niños, y también los adultos, hagamos las cosas por el mero placer de hacerlas, como la motivación que surge por la búsqueda de conseguir algo (que a su vez nos permite trabajar la constancia y el esfuerzo en los más pequeños).

Os dejamos seis ideas clave que pueden ayudaros a promover estas motivaciones:

1) Estimula su autoconocimiento

Hablamos de ayudar a nuestro hijo a conocerse mejor a sí mismo. ¿Cómo podemos hacerlo? Animándole y acompañándole en el proceso de conocer sus propios gustos, preferencias, hobbies...

Estimular su autoconocimiento abrirá su abanico de posibilidades a la hora escoger las actividades que le gustan. Si consigue identificar qué actividades le gustan y cuáles no, estará un poco más cerca de estimular su propia motivación (sobre todo intrínseca).

¿Por qué? Porque encontrará cosas con las que disfruta solo por el mero hecho de hacerlas. Además, también podrá empezar a conocer qué cosas se le dan bien y por qué es importante esforzarse para obtener aquello que desea.

2) Anímalo a explorar

En línea con el punto anterior, sabemos que la exploración permite a los niños conocerse mejor a sí mismos y, sobre todo, conocer qué les gusta y qué no. Por ello, acompáñalo a explorar, no le limites.

Anímale a probar cosas nuevas, ya sea actividades, diferentes tipos de música, nuevos alimentos... Todo ello favorecerá su autoconocimiento y también su capacidad de entusiasmarse por sí mismo.

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3) Si disfruta con algo, no le ofrezcas un incentivo externo

Esta idea clave nos sirve para estimular la motivación intrínseca. Hay una teoría en psicología, demostrada a través de investigaciones, que dice que nuestra motivación intrínseca disminuye cuando, haciendo algo que nos gusta, nos premian por ello.

Por ejemplo (y esto se demostró en un estudio), si a un niño le encanta dibujar, y lo hace porque le gusta, y de repente empezamos a premiarlo (por ejemplo, con un regalo) por hacerlo, su motivación intrínseca disminuirá y aumentará su motivación extrínseca.

Es decir, empezará a dejar de dibujar si no tiene ese premio externo, porque ya lo está esperando. Por ello, es importante que si detectamos que nuestro hijo disfruta haciendo algo "porque sí" (por el mero disfrute de la actividad), no interfiramos en esa motivación, premiándole "desde fuera", aunque sí podemos animarle a seguir con su hobbie.

4) Promueve su diversión

Promover la diversión en los niños, ya sea leyendo, jugando, aprendiendo... nos ayudará a que su motivación, realizando la tarea en cuestión, aumente. Y es que, el hecho de conectar con alguna actividad a través de la risa y la diversión, hace que el interés por dicha actividad también aumente.

Por ello, intenta que las actividades en las que tu hijo muestra interés, sean divertidas para él y le aporten esa dosis de alegría que mejorará también su motivación.

5) Capta su interés a través de la curiosidad

La curiosidad engloba aquellas conductas instintivas que nos animan a explorar, a investigar, a saber más y por supuesto, a aprender.

En los niños, promover su curiosidad, despertando su interés por las cosas, nos ayuda a fomentar su motivación, ya que de esta forma estarán más dispuestos a hacer o a descubrir aquellas cosas que les llaman la atención.

"Todo el arte de enseñar es el único arte de despertar la curiosidad natural de las mentes jóvenes con el propósito de satisfacerla después".
-Anatole France-

6) Anímalo a que encuentre su propia motivación

No hay nada que nos motive más a las personas que el hecho de encontrar, por nosotros mismos, esa fuente de motivación.

Por ello, es importante que acompañes a tu hijo, no solamente en el descubrimiento de sus intereses y pasiones, sino en lo que hay tras todo ello: su motivación más primaria, aquel motor que les invita a moverse, a buscar, a conocer.

“La pasión es la energía que nos moviliza al cumplimiento de nuestra misión y visión de vida.”
-Antonio Páez Pinzón-
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Puedes hablarlo directamente con él, preguntándole qué le hace sentir el hecho de leer, dibujar, jugar, hacer los deberes... ¿Disfruta aprendiendo? ¿Lo hace porque se siente bien consigo mismo? ¿O lo hace porque hay una fuente de motivación extrínseca, un incentivo?

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