"¿Te crees que vives en un hotel?" y otras frases que decimos a nuestros hijos adolescentes

"¿Te crees que vives en un hotel?" y otras frases que decimos a nuestros hijos adolescentes
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La adolescencia es una etapa llena de cambios y retos para todos. En primer lugar para el propio adolescente, que atraviesa una etapa transformadora en la que comienza a definir su identidad. Y en segundo lugar para sus padres, que deben aprender a acompañarle de una forma nueva y diferente a como habían estado haciendo a lo largo de la infancia.

Esto nos puede llevar a cometer errores que nos alejen de los hijos, a etiquetarlos, juzgarlos en demasiadas ocasiones, y presionarles con frases o expresiones poco apropiadas.

Si eres padre o madre de adolescente y alguna vez se te has escapado alguna de estas frases, te explicamos qué hay detrás de la conducta de tu hijo y qué puedes hacer para reconducir la situación.

"¿Te crees que vives en un hotel?"

Armario desordenado, cama deshecha, escritorio lleno de papeles y libros, ropa sucia tirada en el suelo, adolescente que no sale de la habitación más que en el momento justo de la comida...

Si estas escenas te resultan familiares es probable que hayas dicho alguna vez aquello de "¿acaso te crees que vives en un hotel?". Y es que la convivencia en casa con personas que no colaboran, no se integran y siguen un ritmo diferente al resto de la familia puede llegar a ser realmente frustrante.

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

Entiende por qué tu hijo adolescente necesita tener su propio espacio, marcar sus propios límites e independizarse poco a poco de sus padres. Esto no significa que no nos necesiten o no nos quieran. De hecho, disfrutar de la compañía mutua no solo es posible, sino muy enriquecedor y gratificante.

Pero para lograr una convivencia pacífica y respetuosa es necesario adaptarse a las normas familiares, y ya sabemos que los límites se aceptan mejor cuando las personas que han de acogerse a ellos participan en su elaboración.

En este sentido, los debates o juntas familiares son una excelente herramienta para lograr consensos y establecer límites que tengan en cuenta tanto las necesidades individuales del adolescente, como las colectivas de toda la familia.

"¡Ordena tu habitación, que parece una leonera!"

Con frecuencia los padres nos quejamos del caos que reina en la habitación de nuestros hijos adolescentes, y convertimos el tema del orden en una batalla constante con ellos.

El desorden y la suciedad no gustan a nadie (incluso pueden provocar estrés y malestar), y por mucho que nos empeñemos en cerrar la puerta de su cuarto para no ver lo que ocurre dentro, es imposible no sentir rabia y frustración cuando entramos a la habitación de nuestro hijo y no conseguimos dar dos pasos sin tropezarnos con algo.

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

La situación sería muy similar a la descrita en el punto anterior: es necesario respetar el espacio de nuestro hijo adolescente, pero también lo es negociar acuerdos para que el hogar en el que todos vivimos esté limpio y ordenado.

Por otro lado, conviene que nos planteemos si nuestro hijo adolescente tiene el cuarto que realmente desea tener. Y es que mientras son pequeños, los padres decoramos y ordenamos su habitación a nuestro gusto, pero quizá nos olvidemos de que al llegar a la adolescencia deberían ser ellos quienes decidan cómo decorar, personalizar y diseñar su propio espacio. Al fin y al cabo, su cuarto es su trocito de mundo, reflejo de su independencia y el espejo de su personalidad y gustos cambiantes.

"¡Aquí huele a tigre!"

El aumento del olor corporal suele ser un signo característico de la adolescencia. Se produce por un aumento de la sudoración debido a la acción de las hormonas, que en contacto con las bacterias de la piel da lugar a un olor que en ocasiones puede llegar a ser muy fuerte y desagradable.

Puede que notes este olor en cuanto tu hijo vuelve a casa después de haber estado jugando al baloncesto con los amigos, cuando se descalza mientras veis juntos la televisión o simplemente cuando entras en su cuarto.

¿Cuál es el motivo y qué puedes hacer?

Quejarte del olor corporal de tu hijo adolescente no solo no ayudará a combatirlo, sino que puede afectar a su autoestima, generarle inseguridad y herir su sensibilidad. Seguro que encuentras otras formas más respetuosas y positivas de hacerle ver la importancia de cuidar su higiene personal en esta etapa de la vida de grandes cambios hormonales.

"Si tus amigos se tiran por un puente, ¿vas tú detrás?"

Si eres padre/madre de un adolescente seguro que más de una vez has tenido la sensación de que sus amigos tienen más peso en su vida que tú, y todo lo que ellos hagan o digan es mejor acogido por tu hijo que tus consejos.

Quizá esta sensación te haya provocado inseguridad, frustración o incluso celos. Al fin y al cabo, cualquier padre quiere ser la persona de confianza para su hijo, por encima de colegas y amigos.

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

La adolescencia es la etapa de la vida en la que la amistad y la relación con los iguales cobran más importancia y sentido que nunca, llegando a sufrir especialmente cuando su parcela social se ve comprometida.

Por eso es normal que el adolescente quiera buscar la aceptación de sus amigos, dejándose llevar por las modas que imperan en ese momento y por los consejos del grupo. Por si esto fuera poco, la ciencia también ha demostrado que el cerebro adolescente está diseñado para dejar de escuchar las voces de sus padres y comenzar a prestar más atención a otras voces del entorno.

Como padre/madre, es normal que temas que tu hijo se deje llevar por otros y tome malas decisiones. Pero no juzgues antes de tiempo, no  critiques su forma de actuar ni critiques a sus amigos, pues esta actitud os alejará profundamente.

Simplemente observa y escucha a tu hijo, confía en él y en sus posibilidades, y pregunta abiertamente y sin juicios todas tus dudas. Si la base de vuestra comunicación es sana y positiva, no tendrás nada que temer.

"Cuando tengas tu propia casa harás lo que te de la gana, mientras no"

adolescentes

Cuando padres e hijos tienen opiniones opuestas no es fácil establecer acuerdos, negociar y llegar a un consenso sin acabar discutiendo o "tirándonos los trastos a la cabeza", como se dice de forma coloquial.

Es cierto que las discusiones con los hijos desgastan, y si no se gestionan adecuadamente corremos el riesgo de caer en el error de imponer nuestro criterio a la fuerza, con castigos, chantajes o frases lapidarias como "mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo te diga" o "cuando tengas tu propia casa podrás hacer lo que quieras, pero mientras no".

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

Discutir es algo absolutamente sano, necesario y estupendo. De hecho, es una vía de aprendizaje e incluso una vía de desarrollo personal, siempre que se trate de una discusión respetuosa, positiva y constructiva.

Nuestros hijos adolescentes necesitan ganar autonomía y confianza para empezar a manejarse en la vida, pero también nos siguen necesitando tanto o más que antes. Por eso, es necesario animarles a que expresen sus opiniones, escucharlas sin juicios, consensuar los límites y saber encontrar el equilibrio entre el control y la permisividad.

"¡Estás en la edad del pavo!"

No hay frase más terrible y peyorativa que decirle a nuestro hijo aquello de: "¡Qué pavo tienes!" o "Estás en la edad del pavo".

Y es que si lo pensamos, esta expresión tan popular está cargada de connotaciones negativas y estereotipos que no solo ridiculizan al adolescente, sino que hieren profundamente su autoestima y confianza,  provocándole inseguridad, miedo, indefensión y vergüenza.

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

Es normal que tu hijo adolescente se comporte de una forma diferente a como lo hacía cuando era un niño. Tal y como nos explicaba en esta entrevista la psicóloga Diana Jiménez, "los adolescentes se están probando un traje con el que no se van a quedar"; es decir, están buscando sus propia identidad, afianzando sus propios límites y desarrollando su propia autoestima.

En nuestras manos está acompañarles de forma positiva y respetuosa para que se enfrenten a la adultez como individuos completos, felices, seguros y confiados.

"Eres más raro que un perro verde"

¿Los gustos de tu hijo adolescente y los tuyos están en las antípodas? ¿A veces tienes la sensación de que no habláis el mismo idioma? ¿Tiene comportamientos o toma decisiones que no tienen ningún sentido para ti? ¿Se ha hecho un cambio de look que te horroriza?

Si te cuesta tanto entender sus gustos, su forma de hablar o su forma de pensar, seguro que alguna vez le has dicho que "¡es más raro que un perro verde!".

¿Cuál es el motivo de su conducta y qué puedes hacer?

La identidad define quienes somos, cómo nos sentimos y qué nos representa. Durante la adolescencia, la búsqueda de esta identidad se convierte en un proceso muy importante que los padres debemos acompañar con respeto y empatía.

Para ello es importante no ridiculizar a nuestros hijos, aceptarles tal y como son y animarles a descubrirse a sí mismos y a descubrir sus propios intereses. En definitiva: estimular su autonomía, capacidad de decisión y personalidad, al igual que hacíamos cuando eran más pequeños.

Puede ocurrir que en un momento dado no te guste su forma de vestir, de peinarse o la música que escucha. Y no pasa nada por hacérselo saber con respeto, si acaso te pregunta tu opinión. Pero también es fundamental que tu hijo tenga la certeza de que siempre estarás a su lado, guiándole en su proceso de madurez e independencia hacia la vida adulta.

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