Estas son mis reglas de oro para hablar a los niños con asertividad y que lo entiendan a la primera

Son cinco sencillas claves que podemos poner en práctica desde ya en un sinfín de situaciones

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Lucy Ortega

Hablar con los niños de manera efectiva es algo en lo que todos los padres deberíamos de trabajar, tanto para que aprendamos a comunicar las cosas de manera que ellos nos entiendan y verdaderamente nos escuchen, como para enseñarles con nuestro propio ejemplo a expresarse de manera educada. 

Una forma de lograr esto es haciéndolo desde la asertividad, que consiste en decir o comunicar las cosas de manera adecuada, partiendo siempre desde el respeto y siendo siempre sinceros. Esto no solo nos ayudará a tener relaciones con buena comunicación, sino que también es una manera positiva de manejar conflictos y conversaciones difíciles, como al momento de poner límites.

Fred Rogers, el presentador del programa infantil 'Mister Rogers' Neighborhood', tenía una serie de sencillas reglas para lograrlo, que muchos padres hemos adoptado y adaptado para usar con nuestros propios hijos. Estas son las reglas de oro para hablar a los niños con asertividad, logrando que te escuchen y entiendan a la primera.

Índice de Contenidos (5)

1) Expresar la idea de forma clara y sencilla 

Piensa en la manera más directa de decir las cosas, y por supuesto, en términos que los niños puedan entender de acuerdo a su edad. Por ejemplo, si queremos enseñarle a no interrumpir, lo primero que se nos ocurre decir podría ser algo como: "No interrumpas cuando mamá o papá están hablando." Peeero (sigue leyendo)...

2) Reformular en un tono positivo 

Aunque en nuestro ejemplo le estamos explicando directamente lo que no debe hacer y por qué es importante. Cambiar el "no" o lo negativo por una frase que sea constructiva o positiva ayuda a que los niños puedan entendernos mejor: "Es bueno esperar tu turno para hablar cuando los demás están conversando." Así, enfocamos la conversación en algo positivo y además le damos una alternativa: esperar su turno, lo que hace que sea más fácil de recordar.

3) Dirigir la acción hacia una autoridad confiable 

Ya tenemos más claro lo que queremos decir, pero teniendo en cuenta que de acuerdo a su edad algunos niños pueden no saber hacer distinciones sutiles (por ejemplo, quizás no tengan claro en qué momento será su turno), habremos de dirigirlos hacia nosotros u otras autoridades en las que confían, reformulando esa idea por algo como: "Si necesitas decir algo importante, puedes tocar mi brazo o el de tu papá/tía/abuelo y te escucharemos cuando terminemos de hablar." 

De este modo le damos una estrategia concreta que puede usar y reforzamos la confianza en que su necesidad será atendida.

4) Añadir una motivación simple

Para un niño, eso de "esperar tu turno" puede no tener mucho sentido, por lo que podemos añadir una razón motivadora que le haga entender por qué esto es importante o necesario. Por ejemplo: "Esperar el turno para hablar ayuda a que todos nos escuchemos y nos sintamos importantes."

5) Relacionar la idea con algo que el niño pueda entender

Finalmente, relaciona la idea con un valor que sea comprensible para el niño, como el respeto y el cuidado hacia los demás. En general, el resultado de este proceso debería ser algo como: "Si necesitas decir algo importante, puedes tocar mi brazo y te escucharemos cuando terminemos de hablar. Esperar tu turno es una manera de mostrar respeto y cariño hacia los demás."

Además de estas reglas, que pueden adaptarse a múltiples situaciones con los niños, recomendamos ponerse a su altura, ya que este simple acto fomenta el contacto visual y facilita la comunicación con ellos.

Foto de portada | Pavel Danilyuk en Pexels

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