Las seis cosas que hacen los niños con alta inteligencia emocional que los distingue de los demás

Las seis cosas que hacen los niños con alta inteligencia emocional que los distingue de los demás
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¿Cómo son los niños con alta inteligencia emocional? Sabemos que saben gestionar sus emociones, pero sus habilidades van más allá, y les benefician en sus relaciones. De todo esto habla Reem Raouda, entrenadora certificada de crianza consciente y fundadora de The Connected Discipline Method, un programa de entrenamiento para padres de niños de carácter fuerte.

La experta, que ha estudiado a más de 200 niños, asegura para el portal CNBC Make it que los niños con alta inteligencia emocional hacen seis cosas que les distinguen de los demás niños. Descubre cuáles son y cómo fomentarlas de forma positiva.

1) Reconocen las señales no verbales

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Reem Raouda, experta en crianza consciente

Los niños con alta inteligencia emocional tienen una habilidad casi instintiva para leer el lenguaje corporal y las expresiones faciales de quienes les rodean. Esta capacidad les permite comprender las emociones de los demás incluso cuando no se expresan verbalmente.

Por ejemplo, según la experta en crianza, podrían decir: "Mamá, mi amiga Sara estuvo muy callada hoy. Le pregunté si quería jugar y me dijo que no. Creo que estaba triste por algo".

Fomentar esta habilidad implica tener conversaciones reflexivas y profundas sobre las interacciones diarias. Por ejemplo, al comentar sobre cómo se sintieron durante ciertas situaciones y cómo creen que se sintieron los demás, los niños desarrollan una comprensión más profunda de las emociones humanas.

2) Muestran empatía y compasión

La empatía va más allá de simplemente reconocer las emociones de los demás; implica sentirse conectado y preocupado por el bienestar de los demás. Reem Raouda afirma que los niños con alta inteligencia emocional no solo muestran empatía, sino que también actúan en consecuencia para ofrecer apoyo y consuelo cuando es necesario.

Modelar este comportamiento es fundamental; los padres pueden demostrar empatía en su vida diaria al mostrar preocupación genuina por los demás y ofrecer ayuda cuando sea posible.

3) Pueden nombrar sus emociones

La capacidad de nombrar y comunicar sus propias emociones es esencial para el desarrollo emocional de los niños. Al expresar sus sentimientos de manera clara y abierta, los niños aprenden a entenderse mejor a sí mismos y a relacionarse de manera más efectiva con los demás.

Expresan y comunican emociones cuando por ejemplo dicen: "Me siento frustrado porque no puedo resolver este rompecabezas" o "Estoy feliz porque ayudé a mi amiga a arreglar su juguete".

Y esta es otra de las habilidades de los niños con alta inteligencia emocional, su capacidad para nombrar las emociones. Normalizar estas conversaciones emocionales en el hogar crea un ambiente donde los niños se sienten seguros para expresar sus emociones sin miedo al juicio o la crítica.

4) Son adaptables

La vida está llena de cambios, desafíos y situaciones no siempre fáciles, y los niños con alta inteligencia emocional son capaces de enfrentarlos con calma y flexibilidad. Así, en lugar de resistirse o desmoronarse ante los contratiempos, estos niños son capaces de adaptarse y encontrar soluciones creativas a los problemas.

Fomentar la adaptabilidad implica modelar una actitud positiva hacia el cambio y alentar a los niños a ver los desafíos como oportunidades para crecer y aprender.

5) Son buenos oyentes

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Imagen de Freepik

Como hemos visto en ocasiones anteriores, escuchar no se trata solo de oír palabras; se trata de comprender las emociones y las necesidades detrás de esas palabras. Y los niños con alta inteligencia emocional son expertos en captar las emociones subyacentes en las conversaciones y responder de manera empática y comprensiva. Además, según la experta, hacen preguntas y muestran una curiosidad genuina.

¿Cómo potenciar esta habilidad? Por ejemplo, los padres pueden promoverla al ofrecerles atención plena y validar sus sentimientos durante las conversaciones familiares.

6) Pueden autorregularse

Finalmente, la experta en crianza habla de la capacidad de manejar y regular las propias emociones como algo fundamental para el bienestar emocional y el éxito en la vida. Los niños con alta inteligencia emocional son capaces de mantener la calma en situaciones estresantes, tomar decisiones racionales y controlar sus impulsos.

Potenciar y cultivar la autorregulación implica enseñar a los niños técnicas de gestión del estrés, como la técnica de la tortuga, la respiración profunda, el frasco de la calma o las visualizaciones agradables, entre otras, y modelar un comportamiento tranquilo y reflexivo en nuestras propias vidas. Recordemos que somos su modelo, ¡ellos aprenden de nosotros!

Foto | Portada (Freepik)

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