La psicología explica por qué ser ordenados nos hace más felices. Y estos tres sencillos hábitos te ayudarán a conseguirlo

La psicología explica por qué ser ordenados nos hace más felices. Y estos tres sencillos hábitos te ayudarán a conseguirlo
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Tener una casa ordenada no solo es positivo en cuestión de estética o de algo meramente superficial, también es bueno para nuestra salud y bienestar, especialmente en el aspecto mental y emocional.

Piénsalo un segundo y dime qué te hace sentir mejor al llegar a casa después de un largo día: ¿encontrarte con cosas desordenadas y varias tareas del hogar pendientes, o arribar a un espacio tranquilo y organizado en el que puedas relajarte?

Sin duda todos diríamos que la segunda opción, y hay una razón psicológica detrás de ello. Te cuento por qué ser ordenados nos ayuda a sentirnos más felices y te comparto tres hábitos, sencillos y fáciles de seguir, que te ayudarán a conseguirlo.

El orden es igual a calma y felicidad

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Foto | Dan Gold en Unsplash

Solemos relacionar el orden con armonía y equilibrio, mientras que el desorden con caos y desconcierto, ¿pero qué dice la ciencia sobre esto? Son diversos los estudios que han encontrado que el orden y el desorden nos afectan de diferente manera (y que confirman que nuestra percepción es correcta).

Una investigación demostró que las personas que viven en hogares desordenados tienen mayor tendencia a la procrastinación y además mostraban una disminución significativa en su satisfacción con la vida, mientras que otro estudio encontró que el desorden impide que nuestro cerebro se enfoque como debería.

Por otro lado, un estudio encontró que las mujeres que describían sus viviendas como desordenadas o desorganizadas tenían más probabilidades de experimentar fatiga y depresión, y además presentaban niveles más altos de cortisol (la hormona del estrés), en comparación con las mujeres que describían sus casas como ordenadas y relajantes.

En un reporte realizado en 2019, se encontró que el 61% de las personas se sienten menos estresadas después de limpiar, mientras que el 54% se sienten más relajadas. En resumen, vivir en un espacio organizado nos ayuda a sentirnos más felices, en calma y mejora nuestra salud mental.

Tres hábitos sencillos para una casa ordenada

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Foto | Volha Flaxeco en Unsplash

Voy a ser muy sincera: mantener la casa limpia y ordenada es una de las cosas que más pereza me da. Pero es algo que se tiene que hacer, y la verdad es que la recompensa que obtengo al tener un espacio en orden y armonía hace que el esfuerzo valga la pena.

Hay dos puntos clave que he encontrado para que esto de mantener la casa ordenada sea más fácil. Uno: dividirlo en pequeñas partes (que a continuación explicaré), y dos: no dejar las cosas para el último momento, es decir, no esperar a que el desorden se salga de control.

Estos son tres hábitos sencillos (y un truco extra) que me ayudan a cumplir con estas dos claves.

1) Establece una rutina de limpieza

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Foto | Gustavo Fring en Pexels

Esto es a lo que me refiero cuando hablo de dividirlo en pequeñas partes: es mejor separar o distribuir las tareas en varios días, a querer hacerlo todo en uno solo. Crear una rutina de limpieza nos ayudará a lograrlo y puedes planificarla como mejor te convenga.

Hay varias maneras de hacerlo, pero las más comunes son:

  • Dividir la casa en habitaciones o secciones y asignar días de limpieza para cada una. Por ejemplo: cada lunes tocan los baños, los martes y jueves el salón, los sábados es el turno de los dormitorios, etcétera.
  • Clasificar y ordenar las tareas por frecuencia. Todos los días: hacer la cama, lavar los platos sucios, limpiar superficies o encimeras de cocina y baños...; cada semana: cambiar la ropa de cama, sacudir los muebles, aspirar alfombras, lavar la ropa...

2) Organización y limpieza exprés: 10 minutos al día

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Foto | Ron Lach en Pexels

Uno de mis trucos favoritos es el de la organización y limpieza exprés, porque he encontrado que enfocarnos por completo en algo y por poco tiempo ayuda a terminarlo más rápido. A la hora de mantener la casa ordenada, dedicar desde 10 hasta 20 minutos al día puede hacer maravillas.

La idea es dedicar esos minutos a ordenar de manera superficial las diferentes estancias o habitaciones. La manera que más nos ha funcionado en casa es hacerlo antes de ir a dormir, teniendo presente que es una organización rápida, con tareas como las siguientes:

  • Lavar los platos sucios (si no lo habíamos hecho ya).
  • Echar un vistazo para ver si hay algo que esté fuera de su lugar y llevarlo a donde corresponde (por ejemplo, coger el suéter que nos quitamos al llegar a casa y colocarlo donde deba ir).
  • Revisar las áreas comunes y de uso frecuente, como el salón y la cocina, para organizar lo que sea necesario (doblar las mantas, guardar los mandos a distancia, limpiar las encimeras de la cocina...)

3) Deshazte de lo que ya no uses

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Foto | Rdne Stock Project en Pexels

Cuantas más cosas tengamos, más desorden habrá. Aferrarnos a cosas que ya no utilicemos, como la ropa que ya no nos queda o cosas que hace meses no tocamos, solo hará más larga nuestra lista de tareas y cosas por limpiar u organizar.

Acostumbrarse a separar y donar, vender o regalar lo que ya no usamos reduce el acumulamiento y el desorden. Puedes hacer una depuración cada dos o tres meses, o aprovechar el cambio de estación, que es cuando solemos volver a probarnos la ropa que no hemos usado por un tiempo.

Truco extra: conviértelo en algo divertido

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Foto | Tima Miroshnichenko en Pexels

Lo he dicho ya, no me fascina hacer las tareas del hogar, por lo que sigo un consejo que me dio una psicóloga: intentar agregarle algo divertido. Probablemente muchos ya lo hagan, pero dejo algunas ideas que he usado y tú también puedes implementar.

  • Escuchar un audiolibro mientras limpias y ordenas.
  • Hacer una lista de canciones que te levanten el ánimo y te motiven a limpiar.
  • Ver una serie mientras doblas y guardas la ropa limpia.
  • Retarte a terminar una tarea específica con la duración de una canción.
  • Si tienes pareja, hijos o compañeros de piso, convertirlo en una competencia o apostar algún premio al que termine primero o logre más tareas.

Foto de portada | SCHVETS Production en Pexels

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