Cuando te hacen ghosting, eres tú quien sale ganando

Cuando te hacen ghosting, eres tú quien sale ganando
Sin comentarios

Es probable que hayas escuchado a hablar del ghosting. Y si te lo han hecho, seguramente no fue una experiencia agradable. El ghosting consiste en la práctica de dejar de tener comunicación y contacto con una pareja, amigo/a u otra persona sin ninguna advertencia previa.

Sin embargo, aunque duela, también podemos aprender a darle una vuelta a esta experiencia. Porque, aunque no lo parezca, que te hagan ghosting ¡también tiene su parte buena! Analizamos este fenómeno, su impacto y cómo manejarlo.

Hacer ghosting: una falta de responsabilidad afectiva

Esta práctica también se conoce como hacer la "R", dejar en "visto" directamente, pasar de la otra persona. Si analizamos esta conducta desde el punto de vista psicológico, evidencia una auténtica falta de responsabilidad afectiva (entendida ésta como la capacidad de ser responsables en nuestras relaciones sociales, actuando desde el respeto y la empatía y cuidando los vínculos).

Por ello, es también una falta de respeto. Como curiosidad, según una encuesta que realizó la compañía YouGov para el sitio Huffington Post en 2014, el 11% de los participantes reconoció haberle hecho ghosting a alguien, y un 13% haber sido víctima de esta práctica.

Por su parte, la revista Elle llevó a cabo una encuesta similar entre sus lectores, y encontró lo siguiente: un 26% de las  mujeres y un 33% de los hombres admitieron tanto haber sido víctimas del ghosting como el haberlo llevado a cabo.

¿Qué hay detrás del ghosting?

Recuerda, el ghosting dice más de ti que del otro. Porque, ¿qué hay detrás de alguien que manifiesta esta conducta? Por un lado, te está diciendo, básicamente, que no tiene interés en la relación.

Puede haber también un miedo a comprometerse. Puede, directamente, no tener ni idea de lo que significa tener responsabilidad afectiva (o no sabe aplicarla).

Una persona que hace ghosting no quiere enfrentarse a la tensión que se genera al cortar con alguien, lo que denota falta de madurez y de responsabilidad afectiva.

Por otro lado, las personas que hacen ghosting también denotan una falta de madurez, al evitar enfrentarse a situaciones que les producirán incomodidad. Así, evitan ser claras y reconocer que ya no quieren seguir manteniendo esa relación o contacto con el otro, porque no soportan esa tensión.

No saben poner límites y practicar la asertividad (una habilidad que implica ser honestos, respetuosos y empáticos, aunque a veces debamos tener conversaciones incómodas), porque directamente pasan de pantalla antes de despedirse de ti.

Cómo nos sentimos cuando nos hacen ghosting

Cada persona es un mundo, pero si el ghosting nos toca en una época sensible, si tenemos una baja autoestima o hemos desarrollado un tipo de vínculo dependiente con los demás, es probable que este fenómeno nos afecte especialmente. ¿Cómo?

Generándonos ansiedad y más baja autoestima, reforzando nuestras inseguridades (pudiendo afectar la confianza hacia relaciones futuras). Nos puede llevar a estar constantemente chequeando si la otra persona nos ha contestado. A dar vueltas con lo que "hemos podido hacer mal", culpabilizándonos quizás y dudando de nosotros mismos, comparándonos... Conductas que nos dañan.

Además, un ghosting nos aboca, irremediablemente, a un proceso de duelo (el duelo por lo que no fue). Lógicamente, la intensidad de ese duelo dependerá del tipo de vínculo que manteníamos, los años de relación, etc.

No es lo mismo que nos hagan ghosting después de hablar dos días que después de mantener una relación de X años (esto último no es lo habitual, pero también hay casos; sin embargo, lo habitual es hacer ghosting después de hablar o quedar algunas veces). Sea como sea, el duelo se debe elaborar.

¿Cómo afrontar un ghosting?

Que nos hagan ghosting no podemos evitarlo. Y de hecho, tampoco es cosa nuestra evitarlo (ni debemos invertir mucho tiempo ahí), pero sí podemos responsabilizarnos de lo que nosotros sentimos y de cómo queremos enfocar esta experiencia.

¿Qué puedes aprender del ghosting? ¿Qué aporta a tu vida, aunque no sea plato de buen gusto para nadie?

El lado "bueno" de que nos hagan ghosting

Te animamos a interpretar este ghosting desde otra perspectiva. Para empezar, prueba a dejar de intentar averiguar por qué te han hecho ghosting, y empieza a pensar en ti, en lo que tú necesitas y en lo que tú quieres.

Que te hagan ghosting (y sin caer en un optimismo naif) es una buena oportunidad para parar y revisar qué tipo de vínculos estableces con los demás, de revisar tus red flags en cualquier relación, tus expectativas...

Y, ¿por qué decimos que sales ganando en una experiencia así? Para descubrirlo tendrás que hacerte algunas preguntas; por ejemplo, ¿qué te está diciendo esa persona de sí misma?

Si te hacen ghosting, pregúntate: ¿qué te está diciendo esa persona de sí misma? ¿De verdad quieres en tu vida a alguien que muestra esta ausencia de responsabilidad afectiva?

¿De verdad quieres en tu vida a alguien que muestra esta ausencia de responsabilidad afectiva? ¿Qué crees que te podría haber aportado esta persona? Si te ha hecho ghosting ahora, ¿quién te dice que no lo hubiera hecho más adelante? ¿Qué prefieres, un fantasma en tu vida, o alguien de verdad?

Sentirte herido, decepcionado y dolido ante un ghosting, es algo muy normal. Valida lo que sientes. Pero intenta pensar más allá y valora también lo que has ganado: tiempo y la oportunidad de conocer a personas que quieran lo mismo que tú, y que opten por vincularse de verdad, desde un apego seguro y no evitativo o con miedo al compromiso.

Fotos | Portada (Freepik)

Temas
Inicio