¿Por qué es probable que me duela la espalda en el embarazo?

¿Por qué es probable que me duela la espalda en el embarazo?
Sin comentarios

Ya hemos visto que el dolor de espalda es una de las molestias más comunes durante el embarazo, aunque podemos intentar prevenirlo practicando actividad física, ejercicios, una buena alimentación, cuidando la postura... Hoy queremos saber por qué es probable que duela la espalda durante el embarazo.

Varios factores propios del embarazo y el parto pueden facilitar que aparezca dolor lumbar, aunque hay pocos estudios que demuestren cuál o cuáles de estos son los más relevantes.

Relajación de la musculatura abdominal

En condiciones normales, el equilibrio de la tensión de la musculatura abdominal y de la espalda contribuye a que la musculatura se mantenga recta. Durante el embarazo la relajación es necesaria para permitir el crecimiento del útero en las fases más avanzadas del embarazo, pero si ya antes los abdominales eran poco potentes puede aparecer muy precozmente. Por eso conviene incluir las abdominales entre los ejercicios preparto.

De hecho, también en la población general la falta de una musculatura abdominal potente es un factor que aumenta el riesgo de que el dolor aparezca o persista más tiempo.

La relajación de la musculatura abdominal hace que la embarazada se arquee hacia atrás (en postura de hiperlordosis) y use excesivamente la musculatura de la espalda para mantener su equilibrio. Habría que corregir constantemente la postura si se la quiere mantener en equilibrio sobre sus dos patas traseras.

Estos mecanismos facilitan que la musculatura de la zona lumbar se contracture y aparezca dolor.

La hiperlordosis

La hiperlordosis es debida al aumento o incremento en la curvatura de la columna vertebral, y según sea la zona puede ser cervical, dorsal o lumbar. Durante el embarazo aumenta la carga que soporta la columna vertebral obligando principalmente a la musculatura de la zona lumbar a hacer mayor esfuerzo del que sería necesario, lo que facilita su contractura y puede desencadenar dolor en esa zona o dolor referido a la pierna.

En algunos casos, la hiperlordosis también puede sobrecargar las articulaciones facetarias (las que conectan las vértebras entre sí) y éstas puede llegar a dañarse y provocar un síndrome facetario. Este síndrome también puede causar dolor en la zona lumbar y dolor referido a la pierna.

Sin embargo, habitualmente es preciso mantener la sobrecarga durante un período de tiempo mucho mayor que el que dura un embarazo para que la articulación facetaria llegue a verse afectada, por lo que difícilmente puede aparecer dolor debido a este mecanismo en el embarazo si la articulación estaba previamente sana.

Falta de potencia de los glúteos

En condiciones normales, los glúteos estabilizan la pelvis y aportan un apoyo estable a la columna lumbar. Durante el embarazo, con el aumento de peso y la modificación en la postura de la columna vertebral, si la musculatura glútea no es lo suficientemente potente puede ser incapaz de estabilizar la articulación sacroilíaca, que fija la columna a la pelvis, lo que causa dolor en la zona lumbar baja y las nalgas.

ciatica

El sedentarismo y el reposo

Por motivos ginecológicos, algunas mujeres deben guardar reposo durante el embarazo, y es inevitable que la espalda se resienta. Dependiendo del tipo de reposo, el médico podrá aconsejar determinados movimientos o estiramientos para intentar minimizar el dolor.

Pero el sedentarismo por hábito, sin motivo médico justificado, es muy perjudicial y es factor de riesgo importante para que aparezca dolor de espalda y dure más, junto a otras molestias.

En condiciones normales, los nervios detectan el grado de tensión de la musculatura. Esa información sirve para ser constante y automáticamente consciente de la postura del cuerpo, lo que contribuye a mantener las posturas de la forma más correcta y con el menor trabajo muscular.

El reposo deshabitúa a los nervios que detectan el grado de tensión de la musculatura y hacen que se adapte la musculatura. Por el contrario, se dificulta su función, por lo que facilita la adopción inconsciente de posturas incorrectas y la sobrecarga de la musculatura.

También existen reflejos que coordinan la musculatura abdominal y la de la espalda para mantener correctamente el equilibrio en reposo y, más todavía en movimiento. El entrenamiento y la actividad mantienen en buen estado esos reflejos, pero el reposo dificulta el funcionamiento adecuado de los reflejos, y facilita por tanto la sobrecarga de la musculatura.

En definitiva, el sedentarismo y el reposo provocan con relativa rapidez una pérdida de fuerza y masa muscular, y con ello aumenta la probabilidad de que la musculatura se sobrecargue o lesione.

Excesivo aumento de peso

Si mantenemos una alimentación sana y hacemos ejercicios durante el embarazo probablemente no notaremos los efectos del aumento de peso hasta el quinto mes de embarazo. Cuidar estos aspectos para no exceder los 10 o 12 kilos de más ayuda a mantenernos en forma y a controlar los dolores de espalda y otras molestias y riesgos en el embarazo.

Es sobre todo a partir de entonces cuando el aumento de peso hace que la musculatura de la zona lumbar deba trabajar más y agrava la tendencia a su contractura desencadenada por la relajación abdominal, la lordosis y el reposo, especialmente si ya antes del embarazo la musculatura abdominal y de la espalda no eran potentes.

Además, en el embarazo el aumento de peso se localiza en la parte anterior del cuerpo, lo cual produce una sobrecarga en la zona delantera del disco intervertebral, lo que aumenta la presión en la pared posterior del disco, que es más fina que la anterior. Eso facilita que pueda originarse una fisura, protrusión o hernia discal, que puede provocar dolor lumbar y ciática (dolor irradiado a la pierna).

Aumento del volumen uterino

El aumento de volumen del útero y la congestión de la pelvis pueden facilitar la compresión de una raíz nerviosa y provocar ciática, tan frecuente en el embarazo. Esta molestia es má sfrecuente en el tercer trimestre de embarazo.

El parto

Durante el parto o inmediatamente después es muy frecuente padecer dolor en la zona baja de la espalda. Pronto volveremos sobre el dolor de espalda en esta situación, que puede ser motivado por varios mecanismos relacionados con el esfuerzo a la hora de dar a luz.

Es muy importante tener buenos hábitos de higiene postural para evitar, o al menos minimizar, las molestias más frecuentes en el embarazo. Si la futura mamá tiene que pasar varias horas al día sentada en el trabajo, conviene recordar estos consejos posturales.

Una buena alimentación y la práctica de ejercicio moderado contribuirán a mantener a raya los dolores, aunque como vemos es probable que duela la espalda durante el embarazo, es una de las molestias más frecuentes. Si la molestia nos impide hacer una vida normal, hay que acudir al ginecólogo.

Más información | Espalda.org En Bebés y más | Entrenamiento en el agua para embarazadas, El embarazo y la tonificación muscular, Ejercicios preparto para fortalecer el suelo pélvico, Ejercicio durante el embarazo: recomendaciones generales (I) y (II)

Temas
Comentarios cerrados
Inicio