Mi bebé se mueve poco en la barriga: cuáles son las causas y cuándo debes consultar con el médico

Mi bebé se mueve poco en la barriga: cuáles son las causas y cuándo debes consultar con el médico
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Sentir a tu bebé dentro de la barriga es uno de los momentos más emocionantes del embarazo. El bebé se mueve enérgicamente dentro del útero desde la concepción, pero en las primeras semanas no puedes notarlo todavía. Será más adelante, entre el cuarto o quinto mes, cuando notes las primeras pataditas de tu bebé moviéndose en tu interior, y a partir de ese momento será una constante hasta el final del embarazo.

Algunas mujeres sienten que sus bebé se mueven poco, especialmente cuando ya tienen otro hijo y pueden comparar cómo eran sus movimientos con los del nuevo bebé en camino. ¿Por qué sucede? ¿A qué se debe que unos bebés se muevan más que otros dentro del útero? ¿Cuándo debemos preocuparnos y consultar con el ginecólogo? Aclaramos todas las dudas.

Cómo son los movimientos del bebé dentro del útero

Suele ser alrededor de la semana 20 cuando la madre nota los primeros movimientos de su bebé, aunque este dato puede variar de una mujer a otra, especialmente si no se trata de la primera gestación. Estos primeros movimientos se sienten como un burbujeo o un mariposeo; algo así como sentir a un pececito nadando en tu interior.

A medida que van pasando las semanas ya podrás identificar más claramente sus pataditas (que a veces no son tal, sino volteretas, manotazos o codazos contra las paredes del útero), convirtiéndose en una constante día tras día.

Conforme te acercas al final del embarazo los movimientos del bebé se sienten con más fuerza, no solo porque tu hijo es más grande, sino porque el útero se va quedando pequeño y al tener menos espacio para moverse es normal sentir sus movimientos con mayor intensidad (aunque por este motivo, también tiendan a disminuir)

Puesto que no hay un número de movimientos que se considere "normal" y cada bebé es único, es importante que la madre sepa cómo y cuándo se mueve su bebé dentro del útero. Por eso, en torno a la semana 28-30 de embarazo se recomienda comenzar un registro de los movimientos fetales, con el objetivo de conocer bien sus patrones de movimiento y detectar de forma precoz cualquier cambio significativo que pudiera producirse.

De este modo, si detectas que tu bebé deja de moverse de forma brusca o no sientes ningún movimiento durante el trascurso de unas horas, debes consultar de inmediato con el médico

"¿Por qué mi bebé se mueve poco?"

movimientos fetales

Los patrones generales de movimientos fetales varían de una madre a otra en función de parámetros tan diversos como la constitución de la mujer, el estado de la placenta, la alimentación o cómo esté colocado el bebé dentro del útero.

Así, por ejemplo, aquellas mujeres que tienen más grasa abdominal es probable que tarden más tiempo en notar a su bebé. También suelen percibirse menos los movimientos cuando hay poca cantidad de líquido amniótico (condición que debe ser valorada y seguida por el especialista), cuando la placenta está ubicada en la cara anterior del útero -ya que actúa como un cojín que amortigua el movimiento del bebé-, o cuando el bebé está posicionado de tal forma que sus brazos y piernas se alejan de la pared uterina.

Cuando los movimientos del bebé se detienen o se reducen de forma brusca es normal alarmarse, pero en la mayoría de los casos no implica ningún problema. Si esto te sucede es importante que te relajes (el estrés materno puede afectar al comportamiento del bebé dentro del útero), te tumbes sobre tu lado izquierdo y trates de estimular suavemente a tu bebé con música o consumiendo algún alimento que le active.

Lo más probable es que en el trascurso de una o dos horas vuelvas a notar sus movimientos, pero si esto no sucede así debes acudir a urgencias para que el ginecólogo compruebe que todo está bien y no hay pérdida de bienestar fetal. El sufrimiento fetal se produce cuando al bebé no le está llegando suficiente oxígeno, entre otras causas por problemas en el desarrollo de la placenta, un crecimiento intrauterino retardado, problemas con el cordón o infecciones.

También la salud física de la madre puede afectar al bebé y hacer que éste disminuya sus movimientos, como en el caso de una hipoglucemia o si hay una alimentación inadecuada.

El movimiento fetal es un indicador de salud del bebé

movimientos fetales
Así pues, y teniendo en cuenta que cada mujer, cada embarazo y cada bebé es único, es importante saber que sus movimientos son un signo de bienestar y salud fetal

Por eso es primordial que la madre esté siempre atenta a los movimientos del bebé en el útero, conozca sus patrones y sepa cuándo es normal y cuando no dejar de sentirle (recordemos que los bebés también duermen dentro de la tripa, por lo que hay momentos del día en los que estarán menos activos).

También hay que ser conscientes de que, si bien los movimientos del bebé tienden a reducirse de forma paulatina conforme nos acercamos a la fecha de parto debido al poco espacio que les queda en el útero, no debe considerarse normal una reducción de la fuerza de sus movimientos ni un descenso brusco de los mismos.

En caso de duda no dejes de consultar con tu médico o matrona.

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