Deporte y embarazo: resolviendo dudas frecuentes

Deporte y embarazo: resolviendo dudas frecuentes
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Sabemos que el ejercicio es importante en todas las épocas de la vida, en el embarazo también lo es siempre que no esté contraindicado por algún motivo médico.

Aquí ya hemos dado 10 consejos sobre cómo practicarlo, pero ahora vamos a resolver varias dudas que se suelen presentar, basándonos en la experiencia de un director de gimnasio.

El deporte sí puede influir positivamente en el parto. Las ventajas son: embarazos ligeramente más cortos (5 días menos de media), un período de dilatación también más corto y una menor incidencia de partos quirúrgicos y de sufrimiento fetal durante el parto. Pero estos beneficios los disfrutan las mujeres que ya eran deportistas antes del embarazo, y no las previamente sedentarias.

Esto no significa que no merezca la pena hacer ejercicio en la gestación porque éste nos aporta mayor sensación de bienestar, más autoconfianza, una mayor capacidad de reacción física y emocional, y una mejora de la resistencia física. Además, diferentes estudios han demostrado que le ejercicio en esta época influye en tener menos síntomas comunes como náuseas, fatiga, calambres en las piernas y dolor de espalda tal como indicamos en los posts sobre soluciones naturales para molestias comunes y los calambres

Debemos ser moderadas en el ejercicio y nunca comprometer el bienestar del feto porque se sabe que realizar sobreesfuerzos físicos de manera habitual durante la gestación puede repercutir en un mayor riesgo de prematuridad, de malformaciones fetales y de retraso en el crecimiento intrauterino.

Para conocer cuál es nuestro límite, los expertos recomiendan el "test de hablar": si no podemos mantener una  conversación normalmente mientras realizamos un ejercicio, debemos bajar la intensidad hasta poder hacerlo sin esfuerzo.

Se dice que las mujeres embarazadas tienen más posibilidades de lesionarse y esto sí es verdad porque los cambios hormonales dan lugar a un aumento generalizado de la laxitud de sus ligamentos que predispone a sufrir más fácilmente traumas y esguinces.

Lo que es falso es que el ejercicio físico pueda comprometer el suministro de oxígeno al feto o el desarrollo fetal. Y tampoco se ha demostrado hasta ahora que favorezca contracciones. En este sentido, podemos estar tranquilas.

Por tanto, mujeres embarazadas: ¡a comprarse un precioso chándal pre-mamá porque hay muchas ventajas de las que beneficiarse¡

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