Nueve hábitos diarios que se aprenden de niño y sirven para toda la vida
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Nueve hábitos diarios que se aprenden de niño y sirven para toda la vida

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Tener buenos hábitos es algo que podemos hacer todos los días para sentirnos mejor. Pero a la mayoría de las personas nos cuesta establecerlos cuando ya nos encontramos en la vida adulta - y probablemente por ello encontramos cientos de artículos son consejos para adoptar hábitos que mejorarán nuestra rutina. Pero esto no tiene que esperar hasta la vida adulta.

Como padres, podemos apoyar a nuestros hijos para adoptar desde pequeños ciertas rutinas que le beneficiarán a largo plazo. Te compartimos nueve hábitos diarios que se aprenden de niño y sirven para toda la vida.

Dormir bien

Además de ser necesario, un buen descanso en beneficioso. En el caso de los niños, su cerebro fortalece lo aprendido durante el día, y en el caso de los adultos nos ayuda a estár mejor enfocados y rendir mejor física y cognitivamente.

Establecer una rutina de sueño saludable desde la infancia, en la que los niños descansen lo necesario según su edad les ayudará a entender la importancia de dormir lo suficiente y llevar ese hábito a su vida adulta.

Beber agua

No beber suficiente agua puede provocar deshidratación, algo que al mismo tiempo puede tener otros efectos negativos en nuestro cuerpo, como piel seca, dolores de cabeza o fatiga. Sin embargo, muchas personas no son exactamente fanáticos de beber agua, reemplazándola con otras bebidas como cafés o zumos, que aunque podrían ayudar a hidratarnos no son la opción ideal.

Si con frecuencia ofrecemos bebidas saborizadas o con gas a los niños, difícilmente podrán acostumbrarse al sabor del agua. Por ello es importante que desde pequeños establezcamos el hábito de tomar agua -simple y sin nada más-, ya sea con las comidas o a lo largo del día, dándole preferencia por encima de zumos o gaseosas.

Comer frutas y verduras frescas

Llevar una alimentación saludable es, en ocasiones, una de las cosas que más nos cuesta como adultos. Sabemos que el consumo de frutas y verduras -particularmente las segundas- no es siempre sencillo para los niños, por lo que es importante que desde pequeños les ayudemos a tener una relación saludable con la comida, familiarizándose con ambas.

Comer frutas y verduras frescas no siempre es lo más práctico, con las prisas es fácil tomar algo de los congelados para calentarlo y ya está, pero es importante tener siempre en casa para ofrecerles, ya sea entre comidas como un snack o preparar algún batido en caso de las frutas o una crema o sopa en el caso de las verduras.

Mantenerse activos

El sedentarismo es uno de los principales problemas al que se enfrentan muchas personas, y el aumento del uso de pantallas en los últimos años ha favorecido para que sea aún más elevado. Ser personas activas no es sencillo si no tenemos el hábito, por lo que habremos de procurar motivar a los niños para que lo adopten y se convierta en parte de su vida.

Esto no quiere decir que deban hacer ejercicio intenso diario. Cosas simples como salir a dar una caminata, jugar algo que requiera actividad física o entrenar algún deporte después de clases son buenas maneras de ayudarles a mantenerse activos. Desde luego, nuestro ejemplo también es importante.

Lavarse las manos correctamente

Un hábito cotidiano que beneficia nuestra salud de formas que a veces ni imaginamos. Lavarse las manos es una de las mejores formas de prevenir enfermedades y en consecuencia, salvar vidas. A los niños les encanta jugar y experimentar,

Ser ordenados

Aprender a ser organizados desde pequeños favorecerá enormemente nuestra vida adulta. Ser ordenados con nuestras cosas, organizándolas y dejándolas en el lugar correspondiente es un hábito que nos ahorra tiempo y  estrés.

Guardar sus juguetes después de usarlos, guardar la ropa limpia en los cajones, así como devolver a su lugar las cosas después de utilizarlas son hábitos sencillos que nuestros hijos pueden realizar para practicar el orden desde pequeños.

Hacer la cama al levantarse

Enseñar a los niños a hacer la cama favorece la autonomía y les hace conscientes de sus responsabilidades. Hacer la cama todos los días al levantarnos es un hábito rápido y sencillo que tiene grandes recompensas a largo plazo.

De acuerdo con un reporte de Sleep Foundation, las personas que hacen su cama diario o casi todos los días suelen tener un mejor descanso por las noches. Además, hacer la cama por las mañanas nos hace más felices al sentir que comenzamos nuestro día cumpliendo una meta, aunque sea pequeña.

Leer diario

Además de ser una buena forma de desconectar y relajarnos, la lectura nos ayuda a mantener nuestro cerebro activo, ejercitando la memoria y favoreciendo la creatividad. Establecer el hábito de la lectura desde la infancia aporta esos y otros numerosos beneficios a nuestros hijos.

Leerles en voz alta desde que son pequeños, y continuar compartiendo libros mientras crecen, es una bonita forma de cultivar este hábito y de conectar con ellos.

Reír todos los días

Finalmente, un hábito que indudablemente nos hará más felices: reírnos un poco todos los días. Un buen sentido del humor nos ayuda a tener mejor autoestima, estresarnos mejor y hacer nuevos amigos, tres cosas que nos ayudan a sentirmos mejor con nuestra vida, tanto en la infancia como en la adultez.

El sentido de humor, que puede ser diferente de una persona a otra, es algo que se aprende y desarrolla durante la infancia con el apoyo de las personas con las que conviven bebés y niños (como los padres, abuelos y otros familiares), contándose chistes, jugando al escondite o haciendo cosas graciosas juntos.

Foto de portada | Monstera en Pexels

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