
Está comprobado que un buen descanso en la infancia es clave para el sano desarrollo de bebés y niños y algo que aporta muchos beneficios, desde ayudarles a mejorar la memoria y la maduración cerebral, así como a tener un peso saludable y un mejor rendimiento escolar.
De ahí que se recomiende a todos los padres la importancia de tener una rutina de sueño estable y sana, que incluya un horario fijo siempre que sea posible y la práctica de hábitos que ayuden a obtener un mejor descanso.
Una de estas prácticas, es acostar a los niños a una hora adecuada para que descansen las horas recomendadas según su edad. Pero de acuerdo con una investigación, que los niños vayan a la cama temprano no sólo les beneficia a ellos: también es bueno para la salud mental de los padres.
Así lo ha señalado un estudio longitudinal realizado en Australia, en el que se le dio seguimiento a 3.600 niños durante sus primeros nueve años de vida. Para hacer esto, se le pidió a los padres que llenaran cuestionarios cada dos años.
Entre las conclusiones del estudio, se encontró que los niños que se acostaban temprano (antes de las 8:30 en España, pues en otros países acaban el día antes) eran más saludables y felices en general, demostrando tener una mejor calidad de vida relacionada con la salud, en comparación con los niños que no tenían un horario organizado.
Pasa que el nivel de melatonina, la hormona del sueño, tiende a alcanzar un máximo alrededor de las 8 de la noche. Si lo trasladamos a España, donde el día acaba más tarde, podría situarse alrededor de las 9 de la noche.
Acostar temprano a los niños: bueno para los padres
Pero además de esta conclusión, el otro descubrimiento que quizás no se esperaba, era encontrar que acostar temprano a los niños también puede favorecer la salud mental de los padres, de acuerdo con lo que reportaron los participantes del estudio, independientemente de cuánto durmieran realmente los niños.
"Entonces, mamás y papás, llevar a los niños a la cama temprano no solo es bueno para ellos. También es bueno para ustedes", señaló en una nota de prensa Jon Quach, autor principal del estudio e investigador del Murdoch Children's Research Institute en Melbourne, Australia.
Aunque el estudio no señala claramente el por qué de este beneficio para los padres, es fácil pensar en algunas posibles razones. Por un lado, acostar temprano a los niños nos da la seguridad de que dormirán lo suficiente y estamos cuidando su bienestar.
Por otro lado, el momento en el que los niños se acuestan es también el momento que como pareja se aprovecha para conversar y tener un momento tranquilo a solas, lo que además de ayudar a cerrar el día de una manera relajada y nos prepara para un buen descanso, continúa nutriendo la relación.
Foto de portada | Jon Quach - Universidad de Melbourne y Cottonbro Studio en Pexels