¿Hermanos juntos o separados a la hora de dormir? Mi experiencia con tres hijos

¿Hermanos juntos o separados a la hora de dormir? Mi experiencia con tres hijos
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A la hora de acondicionar nuestro hogar para atender las necesidades de los niños, una de las grandes dudas que se nos suele presentar a los padres de dos o más hijos es cómo organizar sus dormitorios: ¿es mejor que duerman separados o juntos? ¿Qué pros y contras tiene cada opción? Y en caso de tratarse de hermanos de diferente sexo, ¿qué es lo más recomendable?

La realidad es que no existe la opción perfecta, pues dependerá de las necesidades de cada familia y de las preferencias que tenga el propio niño. Pero por si mi experiencia puede ayudar a los padres indecisos con este tema, te cuento cómo hemos resuelto nosotros la situación.

Una habitación doble para un niño y un bebé, ¿es posible?

dormitorio de hermanos

Para empezar, comenzaré diciendo que en mi casa hay espacio suficiente para que cada uno de mis tres hijos duerma en su propia habitación. De hecho, ellos saben que esta opción existe, pero hasta ahora no han querido contemplarla.

Y es que desde que eran muy pequeños, mis hijos han decidido cómo querían organizarse para dormir, algo que en mi opinión, siempre que sea posible por espacio y logística, los padres deberíamos intentar respetar.

Así pues, cuando mi segunda hija decidió abandonar el colecho por voluntad propia e "independizarse" de nosotros, fue directa a la habitación de su hermano mayor, al que adoraba por encima de todas las cosas. Ella tenía un año y medio y su hermano casi seis, por lo que a priori, esta diferencia de edad me llevó a encontrar algunas desventajas al hecho de que compartieran dormitorio.

La primera desventaja que encontré era que el diseño de habitación que tenía mi hijo mayor ya no nos servía para que pudiera dormir también su hermana, pues no resultaba práctico ni funcional. Debía buscar un mobiliario que fomentara la autonomía de mi hija, que por aquel entonces era casi un bebé, y que nos permitiera tener el dormitorio siempre ordenado.

Optamos por incorporar una cama nido (una cama extraíble que se guarda bajo la cama principal) y sin duda fue la mejor solución, ya que rápidamente aprendió a sacarla y guardarla, además de tener una altura perfecta para que ella sola pudiera subirse y bajarse sin riesgo.

hermanos juntos o separados a la hora de dormir

Solucionado el tema logístico encontré otro inconveniente, y es que con poco más de un año mi niña seguía teniendo varios despertares a lo largo de la noche, mientras que el mayor dormía profundamente y del tirón, por lo que temía que pudiera afectar a su descanso.

Sin embargo, y en contra de lo que esperaba que ocurriría, cuando comenzó a dormir con su hermano el sueño de mi hija se hizo más regular y los despertares nocturnos prácticamente desaparecieron.

No obstante, cuando se despertaba de manera puntual no parecía molestar a su hermano, que la gran mayoría de las ocasiones continuaba durmiendo ajeno a sus llantos. Otras veces, cuando mi marido o yo íbamos a la habitación para atender su llanto, este ya había cesado, porque mi hijo mayor (inconscientemente y sin llegar a despertarse) había extendido su mano logrando calmarla con el simple contacto físico.

"Mamá, me gustaría tener mi propia habitación"

dormitorio de hermanos

Pero llegó un momento en que mi hijo mayor nos pidió tener su propia habitación.

Coincidió con una etapa en la que comenzaron a hacerse frecuentes las visitas a casa de sus amiguitos, así como su creciente afición por la lectura. Además, mi hijo empezaba a mostrar sus propios gustos y disfrutaba decorando las paredes y estanterías a su antojo, o escuchando música en silencio, algo que obviamente no podía hacer con la misma libertad mientras su hermana pequeña circulara por allí.

Y así fue como a partir de aquel momento, una de las habitaciones de la casa quedó acondicionada para el uso exclusivo de mi hijo mayor, que por aquel entonces tenía ocho o nueve años. En su habitación, mi hijo encontró la independencia que necesitaba para leer con calma o hacer sus deberes en silencio, además de un espacio propio al que darle un toque diferente y personal.

Hermanos de diferente sexo, ¿juntos o separados?

Cuando el mayor pasó a tener su propia habitación, preguntamos a mi hija y a su hermano pequeño si les apetecía dormir juntos. Hasta ese momento el pequeño había estado colechando con nosotros, pero la idea de compartir cuarto con su "alma gemela" le entusiasmaba más que nada en el mundo.

Mis hijos se llevan tan solo 18 meses, y aunque ahora mismo solo veo ventajas al hecho de que duerman juntos y compartan espacio, varias personas me han aconsejado separarles por tener distinto sexo

No se qué ocurrirá en un futuro. Desconozco si llegará un momento en que mi hija o mi hijo nos pidan tener su propia habitación, como lo hizo su hermano mayor, o si llegarán a sentirse molestos o violentos por compartir cuarto con un hermano del sexo contrario.

Cuando ese momento llegue (si es que llega) lo valoraremos y solucionaremos, pero de momento solo se que son tremendamente felices estando juntos: se adoran, se cuidan y les encanta quedarse dormidos dándose la manita, tras haberse contado un cuento. Incluso a veces, cuando alguno de ellos se despierta con pesadillas en mitad de la noche, prefiere meterse en la cama de su hermano y acurrucarse junto a él/ella, antes que venir a nuestra cama.

También son frecuentes las escenas de cosquillas entre ellos antes de irse a la cama, las guerras de almohadas y las confidencias y cuchicheos hasta bien entrada la noche. Y, como no, despertarse el uno al otro emocionados en fechas señaladas, como cumpleaños o en la mañana de Reyes. ¡Preciosos recuerdos que quedarán por siempre grabados en su memoria!

Sabemos cómo nos acostamos pero no cómo despertaremos

Pero cuando en mi familia hablamos de dormir, siempre digo que en casa sabemos cómo nos acostamos pero no cómo nos levantaremos, y es que hay noches en las que es frecuente el 'baile' de una cama a otra.

Mis tres hijos saben que nuestra cama siempre está abierta para ellos, así que a veces deciden venir a dormir con nosotros. Pero también entre ellos suelen cambiarse de cama, ¡e incluso a veces deciden dormir los tres juntos!

Considero que compartir habitación tiene grandes beneficios para los niños: aprenden a convivir y a compartir el espacio y las cosas que les rodean, les da seguridad, se fortalece el vínculo entre los hermanos y se crean recuerdos preciosos y muy divertidos que les acompañarán toda la vida.

Pero por otro lado, y tal y como he mencionado, también puede haber inconvenientes, como la alteración del sueño de uno de los hermanos cuando el otro no duerme bien, la pérdida de identidad al no contar con un espacio propio que decorar al gusto, y la pérdida de intimidad.

Como he comentado, nosotros tenemos la suerte de contar con espacio y poder ofrecer a nuestros hijos la posibilidad de dormir juntos o separados, aunque lógicamente no ocurre lo mismo en todas las casas y toca compartir habitación sin más opciones. En cualquier caso, y tras haber pasado por todos los escenarios posibles, creo realmente que no existe el ideal, y que lo más importante es estar satisfechos y a gusto, y siempre que se pueda permitirle al niño elegir qué quiere hacer.

Fotos | iStock

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