Colecho: 11 beneficios de colechar o dormir con tu bebé

Colecho: 11 beneficios de colechar o dormir con tu bebé
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Son muchos los padres que eligen dormir junto a sus hijos, ya sea en la misma cama o colocando una cuna colecho o camita supletoria a su lado. Sentir su olor, su calor y respiración mientras duermen es realmente maravilloso, y aporta tantos beneficios para todos que a mi modo de ver, lo convierten en la opción más natural y lógica para el descanso de toda la familia.

Pero es importante hacerlo con total seguridad y estar todos cómodos con esta práctica.

Si quieres saber más sobre los aspectos positivos del colecho, echa un vistazo a los datos que te traemos.

El colecho como factor protector frente a la muerta súbita

Compartir habitación con el bebé se considera un factor protector frente a la muerte súbita del lactante. Por eso, los pediatras españoles recomiendan que el bebé duerma en una cuna cerca de la cama de sus padres hasta los seis meses como mínimo, edad que la Academia Americana de Pediatría eleva hasta el primer año.

En este sentido, el colecho podría realizarse recurriendo a cunas colecho o sidecar que se acoplan a la cama de matrimonio de forma segura, otorgando al bebé un espacio independiente pero cerca de sus padres. Algunos hospitales de nuestro país han comenzado a incluir este tipo de cunas en sus habitaciones, dados los múltiples beneficios que aporta.

Colechar ayuda a regular la temperatura

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Se ha demostrado que cuando una madre está en contacto piel con piel con su bebé, su temperatura cambia acorde a la temperatura de su hijo. Si el bebé está frío, la temperatura del pecho de la madre aumenta dos grados para calentarle. Si el bebé está caliente, el pecho de la madre baja un grado. A este fenómeno se le llama sincronía termal.

Aunque esto ocurre cuando hacemos piel con piel, es lógico pensar que el efecto será similar si nuestro bebé está colechando a nuestro lado, sintiendo cerca nuestro calor.

Favorece la salud del bebé

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Pero cuando un bebé está cerca de su madre y su padre no solo su temperatura es más regular, también son más estables los niveles hormonales, se estabiliza el ritmo cardíaco y la respiración, y funciona mejor el sistema inmunitario y la producción de encimas.

De hecho, estos efectos se comprueban en el caso de bebés prematuros que pasan mucho tiempo en contacto piel con piel con sus padres, ayudando a su desarrollo físico y emocional.

El colecho facilita la lactancia materna

En caso de que se trate de un bebé amamantado, el colecho favorece enormemente la lactancia materna, pues al tener cerca a nuestro hijo es más cómodo y rápido darle el pecho tantas veces lo demande durante la noche, ayudando al inicio a instaurarla y contribuyendo más tarde al mantenimiento de una lactancia prolongada.

No en vano, un estudio llevado a cabo hace unos años por la Universidad de Maryland, en EE.UU, concluyó que los bebés que dormían con sus madres eran amamantados durante más tiempo.

Y es que es tal la relación entre colecho y lactancia, que el doctor James McKenna, catedrático de Antropología y director del Laboratorio del Comportamiento del Sueño Maternoinfantil de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, considera que ambos sucesos merecen un término único que los defina.

Dormir junto a sus padres aporta calma y seguridad al niño

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Al sentir cerca a mamá o a papá el bebé estará más relajado y seguro, y verá satisfecha su necesidad más primitiva de protección y contacto, pues con una simple caricia, un beso o un suave masaje le haremos saber que estamos a su lado. Y es que si el bebé no ve, huele o siente a su madre o padre, no sabrá que existen y esto podría llegar a estresarle, con los riesgos que conlleva para su desarrollo emocional.

Pero estos beneficios no solo se limitan a la etapa de bebé, pues la necesidad de consuelo y seguridad sigue estando presente aunque nuestros hijos crezcan.

Mejora su descanso y el de toda la familia

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La sensación de seguridad y amparo que produce el contacto piel con piel, así como la posibilidad de atender de inmediato las necesidades físicas y emocionales que presente el bebé, no solo reducen los episodios de llanto sino que favorecen el descanso del niño, ya que este tiende a desvelarse menos o a retomar el sueño con mayor facilidad.

Este beneficio también se ha visto en estudios realizados con niños más mayores, que ven favorecido su descanso al dormir acompañados.

Ni qué decir tiene que el correcto descanso del niño repercute positivamente en el sueño de toda la familia, con los beneficios físicos y emocionales que esto supone.

Confianza, autoestima e independencia

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Conocidos profesionales de nuestro país, como la psiquiatra infantil Ibone Olza, consideran que el colecho mejora la relación entre padres e hijos, y hace que los niños crezcan con más autoestima y confianza en sí mismos.

Un estudio llevado a cabo en el año 2000 en Estados Unidos y liderado por el doctor James McKenna (al que nos hemos referido más arriba), concluyó que los niños que colechaban con sus padres presentaban una mayor autoestima y un mejor bienestar físico y mental, además de un mejor autoncontrol emocional y una mayor independencia.

Por su parte, una encuesta realizada en ese país por estudiantes universitarios de Psicología, demostró que los hombres y mujeres que habían colechado con sus padres siendo niños presentaban menos episodios de ansiedad en su edad adulta y una mejor autoestima.

¿Cuánto tiempo debería durar el colecho?

En cuanto al tiempo que debería durar el colecho, es una opción tan personal que depende de cada familia.

No obstante, podemos encontrar recomendaciones de expertos como la de Margot Sunderland, directora de educación en el Centro de Salud Mental Infantil de Londres, que recomendó en su libro “La ciencia de ser padres” que los niños durmieran con los padres al menos hasta los 5 años.

Por su parte, el doctor Nils Bergman, neonatólogo director de la Maternidad del Hospital de Mowbray (Sudáfrica), aconseja que lo hagan al menos hasta los tres años.

Lo que sí parece estar claro es que con el paso de los años, el colecho está ganando cada vez más adeptos en países de nuestro entorno (pues en otros país parece ser una práctica natural y común). O al menos, eso es lo que se desprende de algunas encuestas que se dan a conocer de vez en cuando acerca de los hábitos de sueño de las familias.

No cabe duda de que esta opción es tan personal y única que debe ser siempre respetada, tanto si se decide dormir con los hijos como si no. Por eso, si optas por practicar colecho no permitas que otros interfieran en vuestro modelo de crianza con sus comentarios u opiniones negativas, pues como hemos visto, la crianza con apego reconforta y ayuda a crecer feliz y confiado.

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