Gracias a esa amiga que no me juzga y me ayuda a ser mejor madre
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Gracias a esa amiga que no me juzga y me ayuda a ser mejor madre

La maternidad es una aventura extraordinaria. Está llena de satisfacciones, pero también tiene sus retos y complicaciones. Las subidas y bajadas de las diversas etapas de la maternidad pueden llegar a sentirse como una montaña rusa.

Por ello, y como hemos afirmado en más de una vez, la maternidad es más fácil cuando estamos acompañadas de una tribu. Pero también, creo firmemente y por experiencia propia, que tener una amiga de confianza sin duda es algo que a todas las madres nos aporta mucho.

Hoy quiero dedicar unas palabras a esa amiga que no me juzga y me ayuda a ser mejor madre.

A mi amiga mamá

Creo que no hay mejor manera de comenzar esto que con un: gracias. Porque si hay un sentimiento en particular que me inspira nuestra amistad es gratitud. Y me gustaría decirte por qué es así.

En más de una ocasión, ser madre me ha hecho cuestionarme muchas cosas, comenzando por mi capacidad para poder cumplir con este rol tan demandante. Preguntas como: ¿lo estaré haciendo bien? o ¿habrá otras mamás batallando como yo?, son algunas de las dudas que a veces inundan mi cabeza.

Afortunadamente, justo ahí es donde entras tú. El simple hecho de saber que conozco otra mamá con la que pueda consultar algunas cosas, me ayuda a sentir que aunque a veces no sepa qué camino tomar, puedo pedir tu consejo u opinión.

Ayuda mucho el hecho de que ambas tenemos hijos de edades similares, por lo que frecuentemente nos encontramos viviendo situaciones muy parecidas y de este modo, podemos compartir nuestra experiencia, ayudándonos mutuamente.

Pero sin duda, lo que más valoro de nuestra amistad es la confianza que tenemos una con la otra. Porque la maternidad no es un camino de rosas, y sin duda ayuda mucho saber que tenemos alguien con quien podemos desahogarnos cuando así lo necesitamos.

Porque cuando estamos en lo más profundo de esas partes difíciles de ser mamá, a veces solo necesitamos que alguien nos escuche sin juzgarnos y sin que piense algo negativo acerca de nosotros. Y tú haces eso a la perfección.

Así que por eso te dedico estas palabras. Porque eres esa amiga que además de no juzgarme, me ayuda a ser mejor madre, no solo al escucharme y compartir consejos, sino también al recordarme que, a pesar de los momentos difíciles que puede tener la maternidad, estoy haciéndolo bien.

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