Cosas que hacen los niños y a los adultos nos parecen mal comportamiento, pero son parte de los aprendizajes de la infancia
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Cosas que hacen los niños y a los adultos nos parecen mal comportamiento, pero son parte de los aprendizajes de la infancia

Siempre he pensado que la infancia es una época maravillosa, posiblemente porque recuerdo con mucho cariño la mía, llena de ilusión y risas, donde la imaginación reinaba y todo parecía posible. Pero ahora que soy adulta y especialmente estando tan inmersa en el mundo de la maternidad y la crianza, veo que también tiene algunas etapas complicadas.

Si bien sabemos que durante la infancia se adquieren miles de aprendizajes y conocimientos nuevos, he notado que a veces a los adultos se nos olvida que también es una etapa en la que la exploración tiene un papel muy importante.

En esa exploración, es posible que los niños hagan algunas cosas que nosotros no comprendemos con nuestro cerebro de adulto y veamos como mal comportamiento, cuando en realidad es parte de la infancia. Te contamos algunas de ellas y te explicamos por qué no debes molestarte si tus hijos las hacen.

La vida con ojos de niño

Nino Travesura Brinco

Cuando somos niños, muchas cosas que son de lo más ordinarias para los adultos, nosotros los vemos como una aventura. Estamos ansiosos por ver, tocar, explorar y si es posible, manipular todo lo que nos rodea. Estamos ansiosos por conocer cómo funcionan las cosas o hasta dónde llegan sus capacidades (y la nuestras).

Eventualmente crecemos, aprendemos a diferenciar lo bueno de lo malo y lo seguro de lo peligroso, vamos madurando con el paso de los años, y vemos las cosas de una forma más objetiva. Se nos olvida que una silla puede ser una montaña y una pared un lienzo en blanco. Las silla son para estar sentados y las paredes para sostener la casa, nada más.

Pasan los años y nos convertimos en padres, reviviendo la infancia ahora como espectadores. Pero se nos olvida un pequeño detalle: los niños no piensan como los adultos. Y el ciclo se repite frente a nuestros ojos, pero esta vez, nos cuesta entenderlo.

Porque ahora que ya somos adultos y entendemos la función de las cosas o la forma "correcta" de hacerlas y usarlas, cuando vemos que los niños no lo hacen como se supone que deben hacerse, lo interpretamos como desobediencia cuando en realidad son cosas muy normales de esta etapa.

Cosas que parecen mal comportamiento, pero son parte de la infancia

Nina Travesura Papa

Hace algún tiempo hablé acerca de cómo aquellas cosas que para nosotros pueden parecer un desastre, para nuestros hijos son una habilidad nueva. Y este escrito va más o menos en la misma línea, pues tal y como lo mencioné en esa ocasión, a veces pareciera que algunas cosas las hacen por molestar, pero no es así.

Existen ciertas situaciones que para nosotros, con nuestra visión de adulto, podemos tachar como mal comportamiento, desobediencia o niños maleducados, pero que en realidad son cosas normales en la infancia. Recordemos que son niños y por lo tanto, hacen cosas de niños.

Por ejemplo, pudiera ser que rompan o quiebren algo accidentalmente, y no significa que lo hagan por molestar o por dañarlo, sino porque su curiosidad natural hace que deseen tocar y explorar todo, y en el proceso, no manejarlo con el cuidado que nosotros ya sabemos que debemos de tener.

Otro ejemplo, puede ser cuando estamos hablando y los niños interrumpen o también, cuando nos dicen alguna mentira. Ambos comportamientos podrían ser vistos como falta de educación, pero en realidad los niños están poniendo a prueba sus habilidades comunicativas (que habremos de corregir adecuadamente y con respeto).

O tal vez, cuando los niños gritan en diferentes situaciones: cuando juegan y gritan porque están dándole vuelo a su imaginación, cuando están muy emocionados por algo y no pueden contenerse, cuando se sienten enojados o abrumados y necesitan expresarlo. Su reacción en todas estas situaciones no es algo que hagan para molestarnos.

Tenemos que entender que un montón de cosas que ellos hacen en realidad tienen una justificación válida porque son niños que están aprendiendo y tienen que equivocarse para aprender. Recordemos entonces, de vez en cuando ponernos nuestros "anteojos de niño" y comprendamos que es parte del aprendizaje que se vive en la infancia.

Fotos | iStock
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