Gracias querido matrón, sin tu ayuda mis dos lactancias no hubieran sido posibles (sobretodo la segunda)
Lactancia

Gracias querido matrón, sin tu ayuda mis dos lactancias no hubieran sido posibles (sobretodo la segunda)

Una de las tantas ideas erróneas con las que llegué al hospital cuando iba a dar a luz a mi primer bebé es que iniciar la lactancia materna iba a depender únicamente de mi. Aunque en principio es cierto, no tuve en cuenta otras variables: después de un parto (por cesárea, en mi caso), estás desorientada, cansada, dolorida y tienes tal mezcla de sentimientos que pueden impedirte gestionar lo que implica empezar a dar el pecho.

Es ahí donde surge el importante papel que juegan los profesionales que nos atienden y acompañan durante todo el proceso: generalmente matronas y matrones que pueden marcar la diferencia entre alimentar a tu bebé con leche materna o con leche de fórmula. No exagero, porque en mi caso fue así y esta primera experiencia marcó lo que sucedió tras mi segundo parto.

Cuando tu matrón(a) está en línea contigo y te lleva de la mano hacia una lactancia exitosa

Lactancia

Ese momento en el que mi bebé y yo nos reencontramos (al nacer la vi dos segundos antes de que nos separaran y me llevasen a la sala de reanimación), fue maravilloso, aunque yo me encontraba un poco mal por la anestesia.

Lo primero que hizo mi matrón fue decirme que le habían dado un biberón y me preguntó si quería darle el pecho. Tras asentir, nos pusimos "manos a la obra": me indicó cómo debía ponerme para que no me molestasen los puntos de la cesárea y me enseñó a ayudarle a mi bebé a abrir la boca para que agarrara bien el pezón y así evitar las grietas. Ni sabía sobre esa postura, ni sabía que un mal agarre podía complicar las cosas desde el primer momento, y mucho menos que las grietas surgían por ese motivo. Ese curso rápido de lactancia de 5 minutos me enseño más que todo lo que leí en los meses previos a ese momento.

También se encargó de que entendiese desde el primer día eso de "dar el pecho a demanda", porque cada dos por tres me preguntaba si la había puesto ya al pecho (en su momento me pareció exagerado, pero luego lo entendí). Eso hizo que la subida de leche se produjese al segundo día y de una forma espectacular: hubiese podido alimentar a gemelos sin ningún problema.

Nunca le estaré suficientemente agradecida por la paciencia que tuvo y todo lo que me enseñó durante los tres días que estuve ingresada. Gracias a ello mi bebé, prematura y con bajo peso, en un mes estaba por encima del percentil, con una lactancia materna completamente establecida y sin problemas de ningún tipo. No dudo ni un solo segundo que él marcó la diferencia.

Cuando ocurre lo contrario y tu matrona te insta a alimentar a tu bebé con biberón

Lactancia Materna

Mi experiencia tras el segundo parto (natural, este caso), fue totalmente distinta. Mi bebé no nació baja de peso y todo transcurrió muy bien. Hicimos el piel con piel al nacer y la puse en mi pecho de inmediato. Sin embargo, a la pequeña le costaba engancharse porque al parecer, no tenía mucha "fuerza" para mamar (o al menos eso fue lo que me dijeron). La primera opción que me dio mi matrona fue darle un biberón.

Al escucharla, me negué rotundamente y su respuesta fue decirme que yo sería la culpable en caso de que a mi bebé le pasara algo. Cuando has parido un par de horas antes, estas palabras pueden ser demoledoras y pueden acabar con cualquier lactancia de un tajo. Sin embargo en ese momento recordé a mi matrón, ese que años atrás se empeñó en que mi primer bebé se enganchara y que yo me concentrara en convertirme en una increíble productora de leche materna.

En ese momento recordé a mi matrón, ese que años atrás se empeñó en que mi primer bebé se enganchara y que yo me concentrara en convertirme en una increíble productora de leche materna.

Obviamente me empeñé en intentarlo, y ahí estuve, casi todo sentada todo el día con la niña al pecho intentando que se agarrase. Aunque no mamaba todo el tiempo, sí que lo hacía durante intervalos y yo notaba progreso.

En ese "tira y afloje" en el que se convirtió este tema con la matrona, pedí hablar con la médica para preguntarle sobre las consecuencias de que la niña mamase poco pero de forma continua. Ella propuso hacer un seguimiento exhaustivo del peso y rematar las tomas con un poco de biberón, a lo que yo accedí encantada. Su actitud y predisposición a resolver mis dudas hizo que volviera la autoconfianza (porque ya estaba bajo mínimos), y me propuse sacar la lactancia materna adelante. Cuando nos dieron el alta a mi bebé aún le costaba un poco mamar, pero ya lo hacía durante más tiempo y había logrado una buena subida de leche.

En casa el panorama cambió por completo: yo estaba más tranquila y no sé si fue eso, pero el verdadero enganche surgió. La lactancia materna se instauró perfectamente y duró exactamente dos años y medio.

Matrones y matronas: vosotros marcáis la diferencia

Siempre he dicho que no hay un momento en el que me he sentido más vulnerable en mi vida como en mis dos postpartos. Esa mezcla de emociones y de hormonas `hacen que necesites de muchas manos para ver la luz en cada aspecto que te presenta la maternidad y en el caso de la lactancia, este apoyo es fundamental. Mamás: nunca subestiméis el poder que tienen los sanitarios que están a vuestro alrededor en este momento tan crucial de vuestra vida y matronas(es): vosotros tampoco. Vuestro conocimiento y vuestra actitud pueden significar el inicio de una maternidad más amable y un buen recuerdo de nuestras primeras horas como madres.

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