Esta es la edad a la que los niños aprenden a descubrir una mentira

Esta es la edad a la que los niños aprenden a descubrir una mentira
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Imagina a una niña de 5 años observando a su hermano mayor negar haber roto un jarrón. Aunque él mantiene su versión, ella frunce el ceño, lo mira fijamente y dice: “No te creo”. Este momento, aparentemente trivial, marca un hito en el desarrollo cognitivo infantil: la capacidad de detectar una mentira.

Según un estudio de Eskritt y Lee (2016), publicado en Infant and Child Development, los niños entre 6 y 11 años muestran una creciente habilidad para identificar mentiras, especialmente las de tipo prosocial, aquellas que se dicen para evitar herir los sentimientos de otros.

Esto indica que, a medida que los niños crecen, no solo entienden qué es una mentira, sino que también pueden discernir las intenciones detrás de ella.

¿Cómo desarrollan los niños esta habilidad?

El desarrollo de la “teoría de la mente” es crucial en este proceso. Este término se refiere a la capacidad de comprender que otras personas tienen pensamientos, creencias y deseos diferentes a los propios.

Un estudio de Ding et al. (2015) demostró que niños de entre 34 y 40 meses que recibieron entrenamiento en la teoría de la mente eran más propensos a mentir estratégicamente y a detectar engaños en otros.

Los niños van adquiriendo la capacidad de comprender que otras personas tienen pensamientos, creencias y deseos diferentes a los propios, según la teoría de la mente.

Además, la comprensión emocional juega un papel importante. Investigaciones han encontrado que los niños con una mayor comprensión de las emociones son más capaces de identificar mentiras, especialmente aquellas que se dicen con buenas intenciones.

¿Cómo se manifiesta esta habilidad?

Algunos ejemplos que nos permiten identificar esta habilidad en los niños son:

  • El regalo no deseado: Un niño de 7 años recibe un juguete que no le gusta. Al decir “¡Gracias, me encanta!”, su hermana menor observa su expresión y le pregunta en privado si realmente le gustó. Ella ha detectado una posible mentira piadosa.
  • La excusa escolar: Un niño de 9 años dice que no hizo la tarea porque no la entendió. Su compañero, que sabe que estuvieron jugando videojuegos toda la tarde, duda de su explicación.

Estos ejemplos muestran cómo, en la vida diaria, los niños aplican su creciente habilidad para detectar mentiras, basándose en incongruencias entre palabras y acciones.

¿Por qué es importante esta habilidad?

Detectar mentiras es clave y necesario para el desarrollo social y moral de los niños. Les permite construir sus propias relaciones interpersonales, establecer confianza y desarrollar un sentido de justicia. Además, al reconocer el engaño, los niños aprenden sobre la importancia de la honestidad y las consecuencias de mentir.

Sin embargo, es importante que los adultos manejen estas situaciones con sensibilidad. Reaccionar con dureza ante una mentira detectada puede inhibir la comunicación abierta. En cambio, fomentar conversaciones sobre la verdad y la mentira, y sus implicaciones, puede fortalecer la comprensión y la confianza.

Valorar la verdad y comprender las mentiras en su contexto

La capacidad de detectar mentiras no surge de la noche a la mañana. Es el resultado de un complejo desarrollo cognitivo y emocional que se afina con la experiencia y la interacción social.

Como adultos, nuestro papel es guiar a los niños en este viaje, proporcionándoles un entorno donde la verdad sea valorada y las mentiras se comprendan en su contexto.

Al final, enseñar a un niño a valorar la honestidad y a comprender las motivaciones detrás de las mentiras es una inversión en su desarrollo moral y emocional.

Foto | Portada (Freepik)

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