"Por favor, no me toques la barriga", por qué no debes tocar a una embarazada sin su consentimiento
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"Por favor, no me toques la barriga", por qué no debes tocar a una embarazada sin su consentimiento

El embarazo es una experiencia que trae cosas mágicas, como una transformación increíble en tu cuerpo y la creación y desarrollo de un nuevo ser humano. Maravilloso, ¿cierto? Pero también, pareciera que nuestra barriga es mágica, pues en cuanto comienza a notarse, decenas de manos se sienten atraídas a ella como un imán.

Ya hemos hablado acerca de que el embarazo no es una invitación a opinar sobre el cuerpo de otra mujer, y ahora voy a tratar otro tema que tiene opiniones divididas: tocar la barriga de una embarazada. Te cuento por qué no debes tocar a una embarazada sin su consentimiento.

Respetar el cuerpo de la mujer en el embarazo

Estar embarazada es una experiencia como ninguna otra, y no solamente por los cambios físicos, sino también los emocionales. Por lo tanto, es una etapa para disfrutarse y tratar de vivirla de la forma más positiva, relajada y tranquila posible.

Por eso, es importante que quienes rodean a la mujer durante esta etapa, se aseguren de darle el acompañamiento necesario, pero también, el espacio que ella necesita para ir asimilando cada cambio que vive. Y uno de estos espacios, es el espacio físico.

Sin embargo, tal y como lo comentamos en varios ocasiones en las que hemos hablado de las comentarios imprudentes o frases que no debes decir a una mujer embarazada, pareciera que se nos olvida que así como debemos opinar sin que se nos invite a hacerlo, tampoco debemos tocar el cuerpo de una mujer solo porque está esperando un bebé.

¿Por qué cuesta tanto entender que el cuerpo de una mujer en el embarazo es de ella y solo de ella? Claro, hay que aclarar que habrá mujeres a las que no les moleste que les toquen la barriga durante su embarazo, y que incluso te invitarán a hacerlo porque desean hacerte aún más partícipe de su emoción.

Pero así como a unas les gusta, hay otras a las que no. Por lo tanto, como regla general, debemos entender que todos tenemos que esperar a que ella nos invite o dé permiso de hacerlo. Es una cuestión básica de respeto hacia otro ser humano, que no tiene por qué desaparecer durante el embarazo.

Por qué no nos gusta que nos toquen la barriga

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Explicar por qué no debemos tocar la barriga de una embarazada sin su consentimiento es algo sencillo que podemos resumir en un tajante "porque no y punto", pero en realidad, hay varios motivos por lo cuales a muchas mujeres no les gusta que les toquen la barriga, y algunos de ellos pueden ser desconocidos para otras personas, por lo que procederé a explicarlos.

En algunos casos, puede ser porque simplemente no les gusta el contacto físico con otras personas. Así como hay personas extrovertidas que suelen tocar mucho a las personas al hablar, hay otras que no lo son tanto y prefieren mantener distancia para su espacio personal.

En otros, simplemente porque les parece raro. Y es que en realidad, cuando estás tocando la barriga de una embarazada, estás tocando eso: la barriga. No al bebé. Y es la barriga de una mujer que tal vez conozcas mucho o poco, pero que igualmente sigue siendo otro ser humano al que hay que respetar.

Pero también, hay motivos biológicos por los que no debes tocar la barriga de una embarazada sin su consentimiento. Tenemos por ejemplo, los resultados de un estudio en el que se encontró que las mujeres necesitan más espacio interpersonal durante el tercer trimestre del embarazo, debido a ese instinto protector que nace durante esta etapa.

Por respeto, no lo hagas sin preguntar primero

Desde luego, aunque a muchas mujeres no les gusta que les toquen la barriga en el embarazo, lo cierto es que en ocasiones es algo difícil de decir o aclarar, ya sea por no ocasionar un momento incómodo o por no crear tensión.

Recuerdo claramente un momento de mi embarazo cuando aún trabajaba fuera de casa. Me encontraba muy concentrada en mi escritorio preparando los escritos para unas publicaciones, cuando una compañera de trabajo, se acercó y sin previo aviso metió ambas manos en el reducido espacio que quedaba entre mi barriga y el escritorio, para "sentir al bebé".

Lo único que yo sentí fue una invasión de espacio personal y una incomodidad muy grandes, además de ver interrumpido mi trabajo de forma repentina. Pero no me atreví a decir nada por evitar crear un momento incómodo en mi lugar de trabajo.

Así que cuando veas a una embarazada, no te lances a tocar su barriga como si fuera algo que está a disposición y al alcance de todos y mejor pregunta antes de hacerlo. Porque aunque ella lo haga y a su bebé le guste, recuerda que es una mujer en una etapa de muchos cambios, que merece nuestro apoyo, respeto y comprensión.

Foto | Pexels

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