Una madre comparte el gran cambio en su hijo, después de hacer un "detox" de dispositivos electrónicos en casa

Una madre comparte el gran cambio en su hijo, después de hacer un "detox" de dispositivos electrónicos en casa
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Desde hace algunas décadas, la tecnología comenzó a formar parte de nuestras vidas y las pantallas poco a poco han ido ganando terreno y son prácticamente un elemento básico en la mayoría de los hogares. Además de aportarnos entretenimiento, nos ayudan a mantenernos cercanos con familia y amigos lejanos, y podemos mantenernos al día con lo que está sucediendo en el mundo.

Sin embargo, como todo, deben ser usadas con medida, pues como hemos visto en diversos estudios, un uso excesivo de éstas podría tener consecuencias negativas, particularmente en el desarrollo de los niños.

Un ejemplo de ello, es el testimonio de una madre, quien tras darse cuenta de muchas actitudes negativas que tenía su hijo, decidió hacer un "detox" electrónico en casa, y después de algunos días, comparte con asombro lo mucho que él había cambiado gracias a su decisión de eliminar las pantallas de su vida.

Susannah Lewis es una madre bloguera de dos hijos, que recientemente compartió en una publicación en su página de Facebook la gran transformación que tuvo su hijo, después de que ella y su esposo decidieran quitarle todos los electrónicos.

Todo comenzó una noche en la que descubrieron que su hijo de 8 años estaba usando su iPod a medianoche entre semana, siendo claramente esa la razón por la que últimamente el niño tenía muchas dificultades para levantarse temprano por las mañanas para ir a la escuela.

Susannah cuenta que, a manera de castigo, ella y su esposo tomaron y guardaron todos los dispositivos electrónicos que había en casa por tiempo indefinido, incluyendo la consola de videojuegos, y desde luego, el iPod que le habían encontrado utilizando a medianoche.

Pero la reacción de su hijo fue terrible: "Comenzó en un arranque de ira. En su coraje, incluso dijo unas cosas horriblemente irrespetuosas hacia mi esposo y hacia mi. Cuando lo vi, gritando como lunático, no se parecía en nada a mi dulce e inocente niño. No era él mismo. Me asustó tanto que terminé llorando", cuenta Susannah.

Ella cuenta que todo comenzó cuando comenzó a prestarle el iPad a su hijo durante sus viajes largos en carretera cuando él tenía 3 años. Pero nunca se había dado cuenta de lo adicto que se había hecho su hijo hasta ese momento en el que su esposo guardó bajo llave cada consola de juegos y dispositivo electrónico en casa.

Desde luego, ella es consciente que todo esto fue ocasionado por no prestar atención suficiente:

"Es mi culpa. Sé que lo es. No me he apegado a respetar los límites de pantalla. Le he dejado jugar porque yo estaba ocupada. Le he dicho que se vaya a jugar videojuegos a su habitación para poder terminar de escribir. No culpo a nadie más que a mí."

Pero entonces, cuenta que el cambio en su hijo ha sido impresionante. Tan solo 8 días después de haber decidido quitar todos los electrónicos, la transformación ha sido tan grande, de que debía compartirlo con otras personas: "Sabía que mi hijo cambiaría un poco al no tener el iPod en su mano, pero no tenía idea de la dramática mejoría que sucedería".

Antes de este "detox" electrónico, su hijo era tan distraído que ella llegó a considerar seriamente que deberían revisarlo para comprobar que no tuviera trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Su hijo nunca escuchaba cuando ella le pedía cosas y tenía que repetirle todo varias veces.

Ahora que su hijo no tenía ninguna distracción electrónica, era atento. Ella le pide algo y él lo hace sin necesidad de que tenga que volver a decirle, debido a que no está pensando en jugar o demasiado concentrado en su iPod o videojuegos, como solía hacerlo, al grado de no escuchar la voz de su madre.

Madre Molesta Hijo

"Él está más feliz. Es más amable con su hermana. Sale a jugar al patio sin que yo se lo sugiera. No ha tenido un solo berrinche ni arranque de ira. Lee libros o dibuja cuando está aburrido, y eso le encanta. Su profesor dice que ahora es más atento en clase. No se ha despertado tarde para ir a la escuela ni un solo día. Habla más. Mira por las ventanas cuando vamos en el coche y hace preguntas acerca de los árboles, las nubes y las vacas. Nunca había sido tan feliz de ir jugando con él en el coche. Es diferente", cuenta Susannah.

Pero aunque está maravillada con el cambio en su hijo, ella deja algo muy claro: "No soy idiota. Siempre supe que jugar demasiados videojuegos era algo malo, pero no tenía idea que era la razón de su mal comportamiento".

Para poner el ejemplo y sobre todo, ser congruente con lo que le decía a él acerca de pasar demasiado tiempo frente a una pantalla, ella también ha decidido dejar su móvil de lado. Después de esto, cuenta que ha tenido conversaciones maravillosas y dulces con su hijo, disfrutando de un verdadero tiempo de calidad.

Tras esos días de mejoría, dice que ya no le dan ganas de devolverle nunca sus videojuegos ni su iPod, y que lo que realmente quisiera, es destruirlos con un bate de béisbol. Y que quizás lo haga, tras ver lo mucho que pueden afectar la vida de su hijo.

Su publicación fue recibida con cientos de comentarios positivos, algunos de otros padres que también tomaron esa decisión recientemente y agradecen que lo comparta, para no terminar cediendo y esperar a que pasen esos primeros días "de adaptación" a no tener pantallas en su vida.

Como aclaración, Susannah escribió un comentario que quizás la situación con su hijo es una muy particular:

"Los niños que no tengan estos problemas probablemente no son adictos como mi hijo. Algunas personas pueden beber alcohol sin mayores consecuencias. Otros se vuelven alcohólicos. Es similar. Mi hija también disfruta los videojuegos, pero no dominan su vida de la forma en la que lo habían hecho con la de mi hijo. Si sus hijos pueden jugar un poco todos los días, y no tienen consecuencias negativas en su mente y comportamiento, considérense afortunados", comenta.

Tal y como ella comenta, su caso puede ser uno muy particular, pero lo cierto es que muchos padres no siguen las recomendaciones de los pediatras acerca de los tiempos de pantalla, pues puede resultar más fácil dejarles usarlas más tiempo, pensando que no pasa nada si lo hacen.

Recordemos que la Academia Americana de Pediatría recomienda volver a lo básico: juegos sencillos y sin pantallas, como puzzles, bloques o figuras, que ayudan a estimular la imaginación de los niños. Desde luego, las pantallas tienen también algunos beneficios, e incluso se ha comprobado que jugar videojuegos en familia también es una forma de mejorar su relación. Pero como todo, debe ser con medida.

Fotos | iStock
Vía | Dearly

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