La ‘fórmula mágica’ para dormir a tu bebé existe y está en tus brazos. Prueba este método científico japonés

La ‘fórmula mágica’ para dormir a tu bebé existe y está en tus brazos. Prueba este método científico japonés
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Los padres primerizos solemos tener muchas dudas, particularmente en los primeros meses de vida de nuestros hijos. Una de las más comunes (posiblemente debido a la falta de descanso de ese primer año) es descifrar cómo podemos ayudar a dormir a nuestros hijos con facilidad.

Y aunque sabemos que más que tener un método de sueño lo ideal es tener paciencia, la respuesta podría estar en un estudio científico japonés, que asegura haber encontrado una especie de "fórmula mágica" para dormir a los bebés.

El secreto está en tus brazos

En Bebés y más hemos hablado mucho acerca del poder relajante y tranquilizador que tienen los brazos de mamá y papá, e incluso la misma ciencia lo ha confirmado.

Ahora, esta nueva investigación ha encontrado que los mismos brazos son la respuesta a esa pregunta que muchos padres se hacen, ¿cómo puedo ayudar a mi bebé a dormir? El truco, según comentan, es la forma y tiempo en que debemos hacerlo.

Para llegar a esa "fórmula mágica" que en breve compartiremos, los investigadores contaron con la participación de 21 bebés con una edad promedio de 3,4 meses. Tras realizar diversas pruebas y experimentos, y en los que se monitorizaban los latidos de los bebés, el equipo llegó a la conclusión de que existe un patrón que ayuda a dormir a los bebés.

De acuerdo con sus resultados, caminar con el bebé en brazos durante cinco minutos, y posteriormente sentarse (con él aún en brazos) durante otros ocho, ayuda a garantizar que el bebé concilie el sueño y se quede dormido al pasarlo a la cuna.

La razón, es una que ya hemos comentado con anterioridad en estudios previos: llevar al bebé en brazos es el mejor relajante que existe. Si a eso le añadimos el suave movimiento que proporciona el caminar con ellos en brazos, la calma está casi asegurada: al cargar a los bebés durante cinco minutos, todos se habían calmado y casi la mitad de ellos se habían quedado dormidos.

Cuando llegó la parte de pasarlos a la cuna, se encontró que si esperaban ocho minutos, había muchas menos probabilidades de que los bebés se despertaran al separarse de los brazos, pues habían alcanzado ya un sueño más estable.

Desde luego, los investigadores recuerdan que cada bebé es diferente, y mientras este método funcionó con la mayoría de los bebés del estudio, puede que no funcione para otros o requiera de ciertos ajustes.

Foto de portada | Sarah Chai en Pexels

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