Acunarle, cantarle, alimentarle, cambiarle el pañal, revisar que no tenga calor, que no le moleste la ropa... lo has intentado todo, pero por alguna extraña razón tu bebé no deja de llorar. Cuando te encuentras en una situación como ésta, puede haber diversos factores que estén detrás de ese llanto.
A veces, esto puede ocurrir cuando están malitos, cuando sufren cólico del lactante o cuando hay algo casi imperceptible que les está incomodando o causando dolor, como ocurre cuanto tienen el síndrome del torniquete.
Pero además de estos posibles motivos, la ciencia ha revelado que existe otra explicación más que hace que los bebés no dejen de llorar, a pesar de haberlo intentando todo: su genética.
Así lo revela una investigación realizada en Suecia, en donde se analizó la influencia genética y ambiental en la calidad del sueño, la capacidad de tranquilizarse y la duración del llanto en 998 bebés gemelos y mellizos.
El estudio, publicado en la revista JCPP Advances, realizó comparaciones entre gemelos idénticos -que comparten el 100% de sus genes- con gemelos dicigóticos o mellizos -que comparten aproximadamente el 50%- cuando tenían dos y cinco meses de edad, para evaluar el impacto que tienen la genética y el medio ambiente en el comportamiento infantil.
Entre los resultados destacados por el equipo conformado por investigadores de la Universidad de Uppsala y el Instituto Karolinska, se encontró que los factores genéticos influyen en gran medida en la duración del llanto y la capacidad de calmarse en la infancia, mientras que los factores ambientales compartidos afectan principalmente la cantidad de despertares nocturnos.
Dicho de otro modo, el que un bebé llore puede estar más relacionado con su genética que con lo que hacemos o no para calmarle.
Naturalmente, el hecho de que el llanto de tu bebé pueda deberse a su genética no significa que hay que dejarlos llorar y no hay nada que hacer. Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, un bebé que llora siempre debe ser atendido. A veces, lo único que necesitan es sentirse arropados y acompañados.
Foto de portada | Antoni Shkraba en Pexels
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