¿Por qué a algunos niños y adultos les pone triste la Navidad?

¿Por qué a algunos niños y adultos les pone triste la Navidad?
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Seguramente, a la mayoría de nosotros, sobre todo a los niños, les gusta la Navidad. Se trata de una época donde los niños son los protagonistas, donde las calles se adornan de luces y colores, se escuchan villancicos navideños y nos reencontramos con nuestros seres queridos. Y todo ello nos conecta, indudablemente, con la ilusión y la inocencia de la infancia, y con emociones positivas.

Sin embargo, hay adultos y niños a quienes la Navidad les pone tristes. Quizás es algo que has notado que le sucede a tu hijo, o tal vez, a ti mismo. No olvidemos que la Navidad nos conecta con nuestra infancia, con nuestro niño interior. ¿Por qué puede ser? ¿Cómo actuar?

La tristeza en Navidad: por qué esta época puede ponernos tristes

Aunque la Navidad es una época de alegría, también puede ser triste para muchas personas. Tanto en niños como en adultos, los motivos pueden ser diversos. Por un lado, este malestar puede estar asociado a la nostalgia, el sentimiento de soledad o la ausencia de personas que han sido significativas, debido a fallecimientos, a disputas familiares, a la separación de los papás en el caso de los niños...

Es un sentimiento de pena y melancolía que podemos tener por la pérdida de momentos felices, por el recuerdo de Navidades pasadas; si bien es cierto que esto es más habitual en adultos, en los niños también puede suceder.

En Navidad nos puede invadir la melancolía al sentir la pérdida de momentos felices, por el recuerdo de Navidades pasadas.

1. La pérdida de un ser querido

Por ejemplo, si el año anterior había alguien en la familia que ha fallecido, y que este año no está, esto puede generar tristeza, especialmente en Navidad, que es cuando esa ausencia puede notarse más, al no estar presente esa persona en la mesa.

2. Separación de los padres o nuevas dinámicas familiares

También puede ocurrir que los papás se hayan separado y este sea el primer año en el que la dinámica familiar sea distinta. Es decir, que las comidas y cenas familiares han cambiado, ya que una se hace con la familia paterna y otra, con la materna.

3. Hipersensibilidad a los estímulos

Por otro lado, y especialmente en los niños que son muy sensibles o que tienen hipersensibilidad a los estímulos, las reuniones sociales o familiares pueden generarles agobio. Y si no saben cómo expresarlo, si les da vergüenza hacerlo, si son muy pequeños, etc., esto puede propiciar también un estado de angustia y/o tristeza.

4. La Navidad se percibe como una época "en la que ser feliz" sí o sí

Finalmente, la Navidad es percibida para muchos como un ideal que parece que nos exige estar de una determinada forma (en este caso, felices, ilusionados...).

Pero cuando esto no se siente así, el hecho de no cumplir con los estereotipos sociales asociados a esta época del año, puede provocar tristeza, rabia o frustración en los niños y también en los adultos.

La Navidad es percibida para muchos como un ideal que parece que nos exige estar felices; pero cuando no se siente así, esto puede provocar tristeza.

La época estacional también influye en nuestras emociones

En España la Navidad se celebra en invierno. Esto quiere decir que la luz solar se reduce, lo que altera nuestro reloj interno y nuestra química cerebral. Según un artículo publicado en la Revista de la Asociación Español de Neuropsiquiatría, a nivel de hormonas, se produce una alteración en varias de ellas.

Dos de las más importantes son la serotonina (la cual tiene un impacto directo en el estado de ánimo; a mayor serotonina, mayor bienestar) y la melatonina, que regula el patrón del sueño, algo que también impacta en el estado de ánimo.

Por ello, además de todo lo comentado, estas alteraciones pueden igualmente influir en las emociones de niños y adultos. Es la llamada "tristeza navideña", que puede incluso desembocar en un trastorno afectivo estacional (depresión estacional); el llamado "Winter Blues".

En invierno, al haber menos horas de luz solar, se altera nuestro reloj interno y nuestra química cerebral, lo que puede desembocar en una "tristeza navideña".

¿Cómo acompañar a mi hijo si está triste en Navidad?

Si notas a tu hijo más triste de lo normal en Navidad, hay algunas cosas que te pueden ayudar a acompañarlo. Por un lado, normalizar las emociones en casa, también la tristeza. Hablar nosotros también de cuándo nos sentimos tristes y por qué. Preguntarle, fomentar la comunicación. El hecho de que pueda expresar esto que siente puede ayudarle a ordenar sus ideas, a identificar sus emociones y a autorregularse.

Por otro lado, evita perpetuar la idea de que debemos estar contentos en Navidad, porque eso es seguir alimentando el estereotipo del que ya hemos hablado. Respeta cómo se siente tu hijo y centraros en disfrutar lo que podáis, sin esa presión de tener que estar siempre bien.

Si ha existido una pérdida en la familia, hablar de aquellas personas que ya no están es beneficioso para transitar el duelo si es que tu hijo se encuentra en esta fase. Recordar a esas personas, expresar que las echáis de menos especialmente en Navidad.

Incluso, podéis hacer algún pequeño ritual, como una carta o decorar la silla vacía en la mesa. Y, finalmente, si tu hijo ha vivido la separación de los papás, normalizar estas emociones que siente, como la pena, y preguntarle cómo se siente, explicarle que aunque estéis separados, podéis celebrar igualmente la Navidad en familia. Aunque este año sea un poco distinto.

Fotos | Portada (Freepik)

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