Oftalmólogo y optometrista: los dos profesionales que cuidan la salud visual de nuestros hijos

Oftalmólogo y optometrista: los dos profesionales que cuidan la salud visual de nuestros hijos
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Es muy importante cuidar la vista de nuestros hijos desde muy temprana edad, y llevarles de forma periódica a las revisiones visuales con el profesional. Esto permitirá detectar y diagnosticar de forma precoz cualquier anomalía, y así evitar futuros problemas en el aprendizaje y otras implicaciones en el día a día del niño.

Los oftalmólogos y optometristas son los profesionales encargados de garantizar la salud visual del paciente, pero cada uno tiene unas competencias distintas. Deborah Orihuela, optometrista especializada en terapias visuales infantiles y responsable de 'Centre de la Visió', nos explica en qué se diferencian ambos profesionales y cómo ayudan a prevenir y tratar los problemas visuales de los niños.

Oftalmólogo y optometrista: ¿en qué se diferencian sus funciones?

oculista

El oftalmólogo es el médico especializado en patologías oculares. Sus funciones son el diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades de los ojos, párpados, aparato lagrimal y músculos oculares.

El optometrista, por su parte, es el profesional que evalúa la función del sistema visual y detecta las alteraciones que se puedan producir, para después poderlas compensar mediante métodos ópticos (no médicos). Este profesional no diagnostica ni trata patologías oculares, y tampoco puede recetar fármacos o aplicar ningún medicamento en el ojo.

Sin embargo, juega un papel muy importante a la hora de prevenir lesiones o anomalías oculares, ofrecer entrenamiento y terapia visual para potenciar la visión y las habilidades visuales del paciente, y brindar reeducación y pautas de higiene visual.

Aunque el oftalmólogo y el optometrista son dos profesionales diferentes con competencias distintas, ambos se complementan para garantizar la salud visual del paciente; el oftlamólogo en la parte clínica, y el optometrista en la visión

Si creo que mi hijo no ve bien, ¿a qué especialista le llevo?

problemas oculares

Si tenemos la sospecha de que nuestro hijo no ve bien, lo más recomendable es consultarlo lo antes posible con el pediatra, pues él será quien nos indique el mejor camino a seguir para evaluar la visión del niño.

No obstante, ciertas patologías como la ambliopía u ojo vago, el estrabismo, los problemas de coordinación visual o los de percepción visual, entre otros, suelen ser detectados de forma precoz en las revisiones del Programa del 'Niño Sano' realizadas por el pediatra o la enfermera.

Pero puede haber otros problemas que se escapen en estas revisiones o que incluso los padres no detectemos el el día a día del niño. Por eso es importante que la vista de nuestros hijos sea revisada de forma periódica por un profesional.

En este sentido, la experta nos explica que muchas veces suele ser el optometrista el encargado de hacer un primer filtro con su revisión, que posteriormente es completada por el oftalmólogo

En esta primera visita, el optometrista no solo evaluará la agudeza visual del niño y su graduación, sino que también realizará un estudio de sus diferentes habilidades visuales: cómo se mueven los ojos, cómo se está desarrollando el enfoque, si la percepción en relieve es la correcta, si la lateralidad se está desarrollando correctamente...

Es importante recordar que los primeros años de vida son claves para el desarrollo visual del niño. Por ello, Deborah nos aconseja que entre los seis y los 12 meses llevemos a nuestro bebé a una revisión preventiva con el oftalmólogo.

Síntomas que podrían indicarnos un problema de visión en el niño

salud visual

En los primeros meses de vida es importante fijarse en ciertos detalles que podrían indicarnos una alteración o patología en el desarrollo de la visión del bebé.

Por ejemplo, debemos observar si el bebé pone atención en los pequeños detalles, si mueve los ojos de forma correcta, si los enfoca bien, si están alineados (aunque es normal que en las primeras semanas de vida crucen los ojos o bizqueen como consecuencia de su inmadurez), si muestra una sensibilidad extrema a la luz, si se frota los ojos constantemente...

A medida que el niño va creciendo pueden aparecer otros síntomas de alerta, como dolores de cabeza, guiños con los ojos, se acerca mucho para ver los cuentos o la televisión, tuerce o desvía los ojos, se los frota, se queja de que le pican con frecuencia, se tropieza de manera habitual...

Pero es en la etapa escolar cuando más fácilmente se identifican los problemas visuales, pues vemos que el niño necesita acercarse mucho para hacer sus tareas, sigue con el dedo la línea de lectura, se aburre en clase, se cansa rápidamente o su rendimiento escolar es bajo.

En estos casos la revisión de la vista es clave, pues la optometrista nos explica que cuando el niño mejora sus habilidades visuales, como la memoria visual o la relación visuoespacial, el aprendizaje se vuelve más fluido y fácil, repercutiendo de forma positiva en su rendimiento escolar.

No descuides la salud visual de tus hijos, pues las implicaciones que puede tener para la vida del niño cualquier patología o alteración en la visión pueden ser importantes. Pero además de las revisiones periódicas conviene recordar la importancia de seguir unas buenas prácticas de higiene y cuidado de los ojos, tanto si el niño lleva gafas como si no.

Fotos | iStock

Agradecimiento | Deborah Orihuela, optometrista especializada en terapias visuales infantiles y responsable de 'Centre de la Visió'

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