Durante estas semanas, si es que no lo hemos hecho ya, miles de padres nos encontramos comprando los regalos de Navidad para nuestros hijos.
Además de guiarnos por las cartas que han escrito a Papá Noel o a los Reyes Magos, algunas familias se interesan en buscar juguetes educativos o que aporten beneficios para el desarrollo cognitivo de sus hijos.
Sin embargo, por bien intencionada que sea esta búsqueda, una madre y profesora de ética señala que debemos evitar caer en el error de tener expectativas muy altas sobre los regalos navideños de nuestros hijos.
Jen Zamzow, quien trabaja en la Universidad Concordia en Irvine, California, señala que, como padres, a veces pensamos que si encontramos el juguete educativo perfecto o regalamos a nuestros hijos experiencias culturales, podemos ayudar a que se conviertan en genios.
"El desarrollo de nuestros hijos no depende de encontrar los regalos perfectos", explica Samzow. "Cuanto más intentamos optimizar los regalos de nuestros hijos, más nos perdemos la alegría que tenemos ahora mismo".
De acuerdo con ella, si nos obsesionamos con las ventajas que puede aportar un juguete para nuestros hijos, indirectamente les enseñamos que cada momento debe "producir" algo, como si la infancia fuera un currículum.
Si te has identificado con esto, Zamzow comparte cuatro claves para reducir las expectativas y proteger e impulsar el juego natural de los niños, al tiempo que disfrutamos más de las fiestas.
1) No existe una llave mágica
"Las infinitas reseñas, algoritmos y herramientas de inteligencia artificial hacen que encontrar el regalo perfecto parezca alcanzable", dice Zamzow, añadiendo que si nos saltamos la búsqueda e ignoramos estas cosas, podemos sentir que no nos hemos esforzado lo suficiente al buscar los juguetes para nuestros hijos.
Pero en realidad, esta es solo una de las cientos de decisiones que tomaremos como padres durante el año. Una que, además, será superada por otras decisiones que sí influyen realmente en el desarrollo y bienestar de nuestros hijos: "Dejemos de buscar el regalo que mágicamente liberará el potencial de nuestros hijos y les dará el camino directo al éxito."
2) Más no siempre es mejor
Zamzow señala que un error común de los padres es pensar que el mejor juguete es el más sofisticado o de alta tecnología, pero esto no siempre es así: "Las investigaciones demuestran que, en lo que respecta al juego, los juguetes sencillos y clásicos suelen resultar en un juego de mayor calidad que los más elaborados y con guiones. Los juguetes de final abierto dejan más espacio para la imaginación."
3) Apoya, no diseñes
"Querer que los niños aprendan y crezcan es bueno, pero es fácil llevar este deseo demasiado lejos. Cuando nuestros dones o planes enriquecedores buscan mejorar habilidades y talentos, el juego empieza a parecer un trabajo", dice Zamzow.
Acompañar y apoyar a nuestros hijos cuando juegan, sin limitar su juego ni decirles qué deben hacer ni cómo jugar, ayuda a crear un espacio para la curiosidad, la imaginación y la creatividad.
4) El amor puede ser suficiente
"Nada de lo que les regalemos a nuestros hijos para las fiestas los ayudará a entrar en Harvard. Y eso está bien". Zamzow nos recuerda que nuestro trabajo no es moldear el destino de nuestros hijos, sino darles un espacio seguro, estable y amoroso en el que puedan desarrollarse y florecer:
"No necesitamos calcular qué regalos les darán a nuestros hijos el mayor beneficio para su desarrollo. Las fiestas son una oportunidad para ayudarlos a sentirse importantes ahora. Y si podemos hacerlo, es más que suficiente."
Foto de portada | Yan Krukau en Pexels
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