Del parchís al Dixit: siete juegos de mesa que potencian la inteligencia emocional en los niños

En un mundo dominado por pantallas y estímulos rápidos, los juegos de mesa parecen un plan nostálgico, casi vintage... Sin embargo, detrás de cada tirada de dado, carta robada o turno esperado, se puede también desarrollar la inteligencia emocional.

Porque sí, mientras los niños ríen, negocian, discuten reglas o celebran victorias, también están aprendiendo a conocerse, regularse y relacionarse mejor con los demás. Hemos seleccionado los siete mejores juegos de mesa que potencian este tipo de inteligencia, y te contamos los beneficios de cada uno a nivel psicológico.

Qué es la inteligencia emocional y por qué son beneficiosos los juegos de mesa

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, así como de interpretar y responder a las de los demás. Se compone de habilidades como la empatía, la regulación emocional, la motivación, la autoconciencia y las competencias sociales.

Y aquí es donde los juegos de mesa se convierten en un laboratorio perfecto para:

• Aprender a tolerar la frustración cuando pierden o el dado no muestra el número esperado.
• Ejercitar la empatía al ponerse en el lugar de otros jugadores.
• Practicar la toma de decisiones y el control de impulsos, al esperar turnos o planificar jugadas.
• Reforzar la autoestima, celebrando victorias, por pequeñas que sean.

Juegos de mesa que potencian la inteligencia emocional en los niños

El parchís: tolerancia a la frustración y autocontrol

• Edad recomendada: a partir de 5 años
• Participantes: 2 a 4 jugadores

Clásico entre clásicos, el parchís enseña una lección básica: no siempre las cosas salen como uno quiere. Ese momento en el que una ficha está a punto de llegar a casa y de repente… ¡zas!, otro jugador la come, es un entrenamiento directo para la gestión de la frustración.

Además, obliga a esperar turno (por lo tanto, a entrenar la paciencia), respetar reglas y aceptar que, aunque haya rivalidad, el juego termina con todos pensando en la revancha.

Jenga: concentración y manejo de la tensión

• Edad recomendada: a partir de 6 años
• Participantes: 2 o más jugadores

Ese instante en el que una torre tiembla y todos contienen la respiración es una experiencia emocional intensa. Jenga ayuda a trabajar la concentración, la paciencia y el control de los nervios.

Los niños aprenden a actuar con cuidado, a valorar consecuencias y a aceptar que, si la torre cae, la diversión sigue.

Dixit: creatividad y empatía

• Edad recomendada: a partir de 8 años
• Participantes: 3 a 6 jugadores

Pocas propuestas estimulan tanto la imaginación y la lectura emocional como Dixit (además, ¡hay muchas colecciones de este juego!).

Cada jugador describe una imagen de forma enigmática para que otros adivinen cuál es, pero sin que todos acierten. Esto implica conectar con la creatividad, pensar en cómo los demás interpretarán la pista y ponerse en su lugar.

Uno: gestión de emociones rápidas

• Edad recomendada: a partir de 7 años
• Participantes: 2 a 10 jugadores

Rápido, intenso y competitivo, Uno es un entrenamiento perfecto para la gestión de emociones en tiempo real. Los cambios inesperados —como robar cuatro cartas— generan emociones fuertes, y los niños aprenden a manejarlas sin perder el foco. También fomenta la flexibilidad cognitiva.

Time’s Up Kids: comunicación y cooperación

• Edad recomendada: a partir de 4 años
• Participantes: 4 o más jugadores

En esta versión infantil del famoso juego de mímica y adivinanzas, se trabaja la comunicación no verbal, la cooperación y la interpretación de pistas. Los pequeños aprenden que el éxito depende de cómo se comunican en equipo.

Carcassonne: visión estratégica y negociación

• Edad recomendada: a partir de 7 años
• Participantes: 2 a 5 jugadores

En este juego de construcción de paisajes medievales, los niños deben decidir dónde colocar fichas para ampliar caminos o ciudades. Favorece la planificación, la paciencia y la negociación, ya que a veces es mejor ayudar a otro… para obtener beneficios propios más adelante.

Rhino Hero: gestión del riesgo y trabajo fino

• Edad recomendada: a partir de 5 años
• Participantes: 2 a 5 jugadores

Este juego de apilar cartas con un pequeño superhéroe de cartón desarrolla la motricidad fina, la concentración y la toma de decisiones bajo presión. Cada jugada enseña a calcular riesgos: ¿pongo la carta aquí y arriesgo que todo caiga o voy a lo seguro?

Potenciar los beneficios de los juegos de mesa

Aunque es tentador centrarse en la victoria, el verdadero aprendizaje ocurre en todo el proceso: las risas, las discusiones de reglas, la espera y el cierre del juego. Los padres pueden potenciar estos beneficios si:

• Refuerzan el esfuerzo más que el resultado.
• Validan las emociones (“entiendo que estés enfadado porque perdiste esa ficha”).
• Enseñan a felicitar a otros y aceptar elogios.

Y tú, ¿conocías estos juegos? ¿Cuál te ha gustado más?

Otras recomendaciones que te pueden interesar:

• Crema solar Heliocare 360º Pediatrics Mineral SPF 50+. Los mejores protectores solares para su delicada piel deben tener, como tiene este producto de Cantabria Labs, una muy alta protección con filtros 100% minerales, sin químicos. Además, es muy resistente al agua y a la arena, es ultrafluida, por lo que se extiende fácilmente sin dejar efecto blanqueante, y no pica en los ojos. Apto para pieles sensibles y atópicas.

• Almohada Pikolin Petit Plus para niños. A la hora de elegir la almohada perfecta para un niño debemos procurar que sea una almohada de baja firmeza, como esta, especialmente diseñada para niños de 2 a 6 años. Posee un tratamiento higiénico contra ácaros, bacterias y hongos, un núcleo de fibra hueca cardada siliconada, funda exterior 100% de algodón listado y jaquard, y funda interior 100% algodón. Además es totalmente lavable.

Nota: la elección de los productos mencionados en el artículo es una decisión del equipo editorial. Algunos de los enlaces pertenecen a programas de afiliación. Es posible que haya cambios en el precio y la disponibilidad a partir de la fecha de publicación original.

Foto | Portada (Freepik)