Año con año, nuestros hijos piden a Papá Noel o a los Reyes Magos algún regalo especial para Navidad. Y también, año con año, los padres nos encontramos ante la faena de comprar los regalos y asegurarnos de que no los descubran antes del gran día.
Aquí es donde papás y mamás ponemos en marcha nuestro ingenio e imaginación para pensar y elegir el mejor sitio donde esconderlos durante los días y semanas previos a la Nochebuena o a la noche del 5 de enero.
Desde mi experiencia, hay un sitio en particular que utilizo para esconder los regalos desde hace más de 10 años, no solo de los niños, sino también del resto de la familia. Y hasta ahora, nadie los ha descubierto.
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Muchos padres suelen recurrir a ocultar los regalos en escondites típicos, como el armario, la cochera, alguna habitación vacía o de almacenamiento, e incluso debajo de la cama... pero la realidad es que todos estos lugares son bastante obvios.
No es raro escuchar anécdotas de adultos que dicen que, cuando comenzaron a dudar de la existencia de Papá Noel y de los Reyes Magos, encontraron sus regalos navideños al buscar en varios de los sitios que he mencionado (y entre ellos me incluyo).
Un lugar a la vista de todos
Foto | Alex Tyson en Unsplash
En las películas de acción, los estafadores y maestros del engaño suelen decir que la mejor manera de ocultar algo es dejándolo a simple vista, y en esta ocasión debo decir que tienen razón, pues el sitio donde oculto los regalos de Navidad cada año es uno que todos vemos, pero que con frecuencia ignoramos: las maletas.
Estos objetos, imprescindibles para nosotros cuando viajamos, suelen permanecer en el olvido el resto del tiempo, convirtiéndose prácticamente en un mueble más. No importa si las guardas en un armario, debajo de la cama o en una habitación, nadie les presta la mínima atención.
Además, cuando las tenemos guardadas tienen una especie de efecto matrioshka: son un escondite dentro de otro escondite. Muchos podrán echar un vistazo al interior del armario o mirar debajo de la cama, pero es poco probable que piensen en sacar las maletas o en abrirlas para revisarlas.
¿Y si viajaremos por Navidad?
Por supuesto, una de las épocas en las que podemos necesitar las maletas también puede ser la navideña. Ahora, si vamos a pasar las Navidades fuera de casa, esconder los regalos en las maletas es muy conveniente: si elegimos las más grandes que tengamos para guardar ahí los regalos, cuando toque empacar podremos cubrirlos con la ropa que llevaremos (asegurándonos de que los niños no nos vean, por supuesto).
En caso de que esto no funcione o de que nuestras vacaciones sean alrededor de Navidad pero celebremos en casa, está mi segundo mejor escondite favorito: los contenedores donde guardo la ropa que no es de temporada.
Cuando hacemos el cambio de armario y sacamos la ropa de invierno (que suele ser gruesa y voluminosa) para guardar la de verano (que es mucho más delgada y ligera), siempre quedan algunos espacios o huecos que podemos aprovechar para esconder los regalos si es necesario.
Y en este caso pasa algo similar a lo que decíamos de las maletas: nadie piensa en mover los contenedores ni en asomarse a ellos a media temporada, justo cuando tiene lugar la época navideña, lo que los convierte en otro buen escondite para ocultar los regalos de Navidad.
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