Fontanelas hundidas, lengua seca y otros síntomas de deshidratación en el recién nacido que debes vigilar

Fontanelas hundidas, lengua seca y otros síntomas de deshidratación en el recién nacido que debes vigilar
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Los bebés tienen una gran proporción de líquidos en su organismo. La proporción de agua corporal es de alrededor del 70-80 por ciento, mientras que en un adulto es de un 55 por ciento.

Esto provoca que su equilibrio sea mucho más débil aumentando el riesgo de sufrir una pérdida de líquido excesiva, lo que conocemos como deshidratación. Y más si hablamos de bebés recién nacidos, con una menor capacidad para regular su temperatura corporal y para regular su sensación de sed, por lo que no te pedirá el pecho o el biberón para hidratarse; tienes que ofrecérselo con más frecuencia.

Es por ello que los días de verano de mucho calor, con temperaturas altas, debemos estar especialmente pendientes de señales que puedan indicarnos que nuestro bebé podría sufrir deshidratación, como por ejemplo, las fontanelas hundidas, lengua y boca secas, y otros síntomas que detallamos a continuación.

¿Qué es la deshidratación?

La deshidratación es una alteración del metabolismo producida por una pérdida de cantidad importante de agua y sales en el organismo. Se produce más frecuentemente en los niños menores de 2 años.

El calor es una de las principales causas de deshidratación, pero también puede darse por otras causas como diarrea o vómitos continuados.

En caso de apreciar señales de deshidratación, debemos llevar de inmediato al bebé al hospital.

Fontanelas o mollera hundida

Para quien no esté familiarizado con el término, podrás descubrir qué son las fontanelas tocando la cabeza de tu bebé con los dedos. Notarás dos hoyos en la parte superior; son esas. Las fontanelas (también conocidas como la mollera del bebé) son los huecos que dejan los huesos del cráneo mientras crecen y se van uniendo entre ellos. La fontanela más grande es la anterior, que queda por encima de la frente. La más pequeña está más atrás, por debajo de la coronilla.

Las fontanelas deben sentirse firmes al tocarlas y muy ligeramente curvadas hacia dentro. Si notamos que estas zonas blandas del cráneo del bebé están hundidas o deprimidas más de lo habitual, es una señal de que el bebé no tiene suficiente líquido en el cuerpo.

Lengua, labios y boca seca

La lengua áspera y seca, junto a los labios secos, también puede ser motivo de deshidratación en el bebé.

Puede que el bebé chasquee la lengua como señal de sed, y la notemos reseca, al igual que los labios que se ven arrugados, poco hidratados.

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Piel reseca

La turgencia de la piel es otro signo para evaluar el grado de pérdida de líquidos y se comprueba con lo que se conoce como "test de turgencia' o 'prueba del pellizco".

Consiste en pellizcar suavemente o pinzar la piel del bebé en el abdomen, si esta se queda levantada o tarda en volver a la normalidad, es signo de deshidratación. También podemos notar las mejillas y los ojos hundidos.

Pérdida de peso

Es normal que el bebé recién nacido tenga una pérdida de peso fisiológica después del nacimiento, en torno al segundo o tercer día de vida. Suelen perder en torno al 6 por ciento de su peso al nacer, y hasta un 8 puede ser aceptable si el bebé se encuentra bien.

Pero una  pérdida excesiva de peso está asociada con complicaciones en el neonato como ictericia y deshidratación y podría llevar a problemas más graves como fallo renal, trombosis, incluso crisis convulsivas.

Pasadas las primeras semanas de vida donde puede darse esta pérdida fisiológica, una pérdida de líquidos del 5% del peso corporal se considera deshidratación leve, 10% moderada y 15% o más se considera deshidratación severa.

Somnolencia e irritabilidad

Puede que notas a tu bebé aletargado, cansado y soñoliento, menos activo de lo habitual, como si no tuviera fuerzas para nada.

También es posible que lo notes irritable, que se queja, llora, rechaza las tomas, o por el contrario pide el pecho con frecuencia pero no parece quedar satisfecho.

Moja poco el pañal

Una manera eficaz de saber si el bebé está correctamente hidratado es controlar la cantidad de veces que moja el pañal.

Lo habitual es que moje el pañal de cuatro a seis veces. Pero si notáis una disminución en la frecuencia o retiráis el pañal apenas con unas gotitas puede ser señal de alguna alteración.

También podemos observar, por déficit de líquido corporal, que hace heces más duras de lo habitual.

Llora sin lágrimas

El llanto sin lágrimas podría ser otro signo de deshidratación, pero no en todos los casos, especialmente si el bebé es muy pequeñito. Esto se explica porque cuando nacen los bebés no lloran con lágrimas hasta pasados unos cuantos días, un periodo que es muy variable, entre los 14 días y los primeros dos o tres meses.

Se debe a que los recién nacidos tienen los conductos lagrimales aún bastante cerrados y por ello lloran sin que veamos las lágrimas salir de sus ojos.

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