El bebé pierde peso al nacer: cuándo es normal y cuándo preocuparnos

El bebé pierde peso al nacer: cuándo es normal y cuándo preocuparnos
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Tras el nacimiento, el recién nacido experimenta multitud de cambios para adaptarse a la vida extrauterina. Entre ellos, la pérdida de peso. Todos los recién nacidos pierden peso tras el nacimiento y lo recuperan progresivamente con el paso de los días. Pero esta pérdida de peso es muchas veces motivo de preocupación de padres y sanitarios. ¿Cuánto peso es normal que pierdan? ¿Cuándo lo recuperarán? ¿A qué se debe que unos bebés pierdan más que otros?

¿Por qué pierden peso los recién nacidos?

La inmensa mayoría de los recién nacidos (me atrevería a decir que todos) pierden peso tras el nacimiento. Se considera algo fisiológico, es decir, normal. Las razones no se conocen con exactitud pero podría deberse a que el feto dentro del útero tiene un exceso de fluidos extracelulares y pierde parte en su transición a la vida extrauterina.

La expulsión del meconio (ese material verde-negruzco que rellenaba su intestino dentro de la tripa) también puede ser, en parte, responsable.

Además, la pérdida de peso puede ser consecuencia de la pérdida de grasa, ya que los neonatos la queman para usarla como fuente de energía los primeros días de vida.

¿Cuánto peso es normal que pierdan y cuándo lo recuperan?

Se han hecho diversos estudios analizando los pesos de muchos recién nacidos a lo largo de los primeros días de vida y todos parecen coincidir en que se pierde en torno a un 6% del peso del nacimiento.

Esta revisión sistemática recoge 11 estudios que analizan pérdidas de peso en el recién nacido. Concluye que los recién nacidos pierden de media entre un 5,7% y un 6,6% del peso al nacimiento, que la mayor pérdida de peso suele ser en torno al segundo o tercer día de vida y que lo recuperan en las dos primeras semanas de vida.

Bertini y colaboradores, en 2015, analizaron el peso cada 12 horas de 1760 recién nacidos a término, por parto vaginal y sin complicaciones. Todos ellos tuvieron contacto piel con piel tras el parto y tomaban lactancia materna exclusiva. Perdieron de media un 6% del peso al nacimiento, lo que concuerda con datos de estudios previos. También objetivaron que la máxima pérdida de peso tuvo lugar entre las 43 y las 72 horas de vida (es decir, segundo o tercer día).

Estos autores elaboraron unas gráficas para hacer el seguimiento de la pérdida de peso durante las primeras 72 horas de vida.

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Gráfica de la pérdida de peso en las primeras 72 horas de vida

¿Qué bebés pierden más peso?

Se han realizado diversos estudios y se ha visto que la pérdida de peso es mayor en recién nacidos por cesárea que si han tenido un parto vaginal.

En concreto, en un estudio en 2015 analizaron los pesos de más de 160.00 recién nacidos a término y se objetivó que el 5% de los nacidos por vía vaginal y el 10% de los nacidos por cesárea tenían una pérdida excesiva de peso a las 48h, y que este porcentaje ascendía al 25% en el caso de la cesárea a las 72h de vida.

También se han documentado mayores pérdidas de peso en recién nacidos amamantados que en los que son alimentados con biberón. Así lo vio Macdonald en 2003 cuando estudió a más de 900 recién nacidos: aquellos alimentados con biberón perdían de media un 3,5% del peso al nacimiento mientras que los amamantados perdían de media un 6,7%. También objetivaron diferencias en cuanto a la recuperación del peso; los bebés alimentados con biberón recuperaban antes el peso al nacimiento (a los 6,5 días de vida de media), mientras que los que recibían lactancia materna tardaban de media 8,6 días.

También se han documentado mayores pérdidas de peso en madres de mayor edad y en primogénitos.

¿Cuándo se considera excesiva la pérdida de peso?

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Hemos visto que los recién nacidos suelen perder en torno a un 6% de peso al nacimiento. Sin embargo, hasta un 8-10% puede estar dentro de los límites normales. La iniciativa IHAN manifiesta que si la pérdida de peso es superior al 7% puede significar una insuficiente transferencia de leche y la Academy Breastfeeding Medicine recomienda en su protocolo número 3, que si un bebé pierde entre un 8 y un 10% del peso al nacimiento se haga una exhaustiva revisión de la técnica de lactancia materna.

La incapacidad de una madre para producir leche suficiente, llamada hipogalactia primaria o verdadera, es muy rara. Sin embargo, es relativamente frecuente que las madres produzcan poca leche por una mala técnica (por ejemplo horarios muy rígidos, mal enganche...) o que los bebés, por determinados motivos (por ejemplo, un frenillo sublingual corto, prematuridad...) tengan dificultades para extraer toda la leche que deberían.

Por otro lado, no siempre una pérdida excesiva de peso indica necesariamente un fracaso de la lactancia pues podría deberse también a un aporte excesivo de líquidos intravenosos a la madre durante el parto.

La mayoría de autores consideran que un bebé pierde demasiado peso si pierde más del 10 por ciento de su peso al nacimiento.

Una pérdida excesiva de peso está asociada con complicaciones en el neonato como ictericia y deshidratación y podría llevar a problemas más graves como fallo renal, trombosis, incluso crisis convulsivas.

¿Cómo saber si mi bebé está comiendo bien?

Esta es una de las cosas que más preocupa a los padres, especialmente si sus bebés reciben lactancia materna pues no pueden medir la cantidad que están tomando. Los primeros días de vida los recién nacidos reciben unas cantidades muy pequeñas de calostro pero esto es suficiente para cubrir sus necesidades. Progresivamente se va haciendo la transición a la leche madura y va aumentando también la cantidad que toman.

Si durante el primer mes de vida realiza entre 8-12 tomas al día, moja al menos 4-5 pañales de pis al día y realiza varias deposiciones diarias, queda satisfecho y tranquilo tras la toma, es probable que esté comiendo bien.

El peso es, en la mayoría de los casos, un buen indicador (y objetivo) de que un bebé está comiendo bien. Durante las primeras 4 semanas de vida, el lactante debe ganar en torno a 20g al día. La iniciativa IHAN recomienda que se usen las gráficas de crecimiento de la OMS para evaluar el peso así como tomar como referencia el mínimo peso tras el parto (y no el peso al nacimiento).

¿Cómo evitar una pérdida excesiva de peso en el recién nacido?

Todos los recién nacidos son pesados al nacimiento y en el momento del alta (entre el segundo y cuarto días de vida habitualmente). El pediatra puede detectar entonces si la pérdida de peso es excesiva (recordemos que la mayor pérdida de peso tiene lugar entre el segundo y tercer día de vida). En el caso de que la pérdida de peso sea superior al 7% se deberá valorar la técnica de lactancia materna (o la cantidad de biberón) para garantizar que el aporte de leche es suficiente. En algunos casos puede ser necesario que el bebé tome suplementos unos días.

Es recomendable que todos los recién nacidos sean valorados de nuevo a las 48-72 horas tras el alta. Si el peso no aumenta con el paso de los días (algunos autores ponen el corte en el sexto día) o no se recupera el peso al nacimiento a los 10-15 días de vida, también hay que valorar al recién nacido así como evaluar la técnica de alimentación.

En el caso de que la ingesta sea la adecuada, exista una buena técnica de lactancia materna pero persista una baja ganancia de peso, deberán descartarse otros problemas médicos.

Si como padres tenéis la impresión de que vuestro bebé come poco, lo veis muy adormilado o, por el contrario, irritable; moja menos de 4-5 pañales de pis al día y/o tenéis la impresión de que nunca está saciado, no dudéis en consultar.

Resumiendo, todos los recién nacidos pierden peso tras el nacimiento, siendo esta pérdida de peso máxima en torno al segundo y tercer día de vida. Los bebés amamantados, aquellos que han nacido por cesárea y los primogénitos pierden más peso.

Una pérdida excesiva de peso (superior al 10% del peso al nacimiento), puede dar lugar a complicaciones. Para evitarlo, es fundamental un buen control por parte del pediatra, asegurar que la técnica de lactancia materna (en el caso de bebés amamantados) es correcta y conocer las señales de alerta que indican que un bebé está comiendo poco.

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