Cuatro de cada diez niños ingresados por una crisis asmática son fumadores pasivos y sus síntomas son más graves, según un estudio

Cuatro de cada diez niños ingresados por una crisis asmática son fumadores pasivos y sus síntomas son más graves, según un estudio
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Según el estudio, "Impacto del tabaquismo pasivo en la función pulmonar y gravedad del asma en la población pediátrica", llevado a cabo por el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, cuatro de cada diez niños ingresados por una crisis asmática son fumadores pasivos y presentan síntomas más graves que los pacientes asmáticos ingresados que no están expuestos al humo del tabaco.

En nuestro país, la mitad de los niños españoles convive con algún fumador en casa, convirtiéndose en fumadores pasivos con graves perjuicios para su salud. Por ello, es importante que los padres tomemos conciencia de esta alarmante realidad, y permitamos a nuestros hijos crecer libres de humos.

Cuatro de cada diez niños asmáticos ingresados, son fumadores pasivos

crisis asmática

La OMS alerta del grave impacto para la salud que supone el tabaquismo, especialmente para los niños, quienes se convierten en fumadores pasivos al vivir en hogares contaminados por el humo del tabaco. Según datos de la AEP, la mitad de los niños convive con adultos fumadores, y esto es especialmente alarmante cuando hay problemas de asma, ya que el niño es más vulnerable a este tipo de contaminante ambiental.

No en vano, según el estudio realizado por el Hospital Gregorio Marañón, el 41% de los niños ingresados por crisis asmática son fumadores pasivos (6% hijos de madre fumadora, 14% hijos de padre fumador, 19% hijo de ambos progenitores fumadores y 2% de niños con otros familiares fumadores), y presentan peores síntomas que los niños asmáticos que no conviven con fumadores:

  • menor saturación de oxígeno en el momento del ingreso,
  • mayor puntuación en la escala de gravedad de crisis asmática,
  • peores parámetros de función pulmonar,
  • más visitas a Urgencias en los tres meses previos al ingreso,
  • más casos previos de bronquiolitis (68% de niños fumadores pasivos, frente a 56% de niños no fumadores pasivos) o broncoespasmo,
  • y una mayor alteración de la función pulmonar en los dos meses siguientes al episodio agudo

Las crisis asmáticas eran más graves cuando el padre era fumador, respecto a la madre, aunque esto podría deberse a factores diferenciales entre progenitores como la cantidad de cigarrillos que se fuman o el tipo de tabaco.

"La hiperreactividad bronquial de los niños asmáticos hace que sean más vulnerables a contaminantes ambientales como el humo del tabaco, ya que aumenta la inflamación en la vía aérea, la secreción bronquial y la limitación al flujo aéreo" - afirman los profesional que han participado en el estudio.

El estudio, que ha sido publicado en la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Toráctica (SEPAR), "Archivos de Bronconeumología", se ha llevado a cabo con niños de entre cuatro a 16 años que en algún momento precisaron de ingreso por crisis asmática en el Hospital Gregorio Marañón, durante los años 2011 a 2015. En total se han estudiado a 365 pacientes, con una media de edad de cinco años y cuatro días de ingreso hospitalario.

Como limitaciones del estudio, dado su carácter retrospectivo, no se han estudiado los datos sobre la cantidad de cigarrillos o número de veces que fuman los padres en casa. Tampoco se analizaron los valores de nicotina en orina.

Fumar delante de los niños les predispone a desarrollar asma (entre otras enfermedades)

no fumar delante de los niños

Sabemos que fumar durante el embarazo puede provocar graves daños para la salud del bebé, además de asociarse a una mayor frecuencia de infecciones respiratorias pulmonares durante los dos primeros años de vida y un mayor riesgo de padecer asma.

Pero cuando el bebé ha nacido, el hecho de crecer en un ambiente con humo es igualmente peligroso, pues además de aumentar el riesgo de muerte súbita del lactante, la exposición al humo de tabaco ambiental durante la infancia se asocia a un incremento del riesgo relativo de presentar infecciones agudas del tracto respiratorio, otorrinolaringológicas y asma.

Por todo ello, los expertos vuelven a insistir en la necesidad de llevar a cabo medidas preventivas para evitar el tabaquismo en el medio familiar, con el objetivo de proteger la salud respiratoria de los niños.

Recordemos, además, que abrir las ventanas o cerrar la puerta cuando fumemos en un hogar donde viven niños no es suficiente, pues el humo es muy ubicuo y persistente debido a que pesa más que el aire y las partículas de nicotina se quedan impregnadas en las superficies, por lo que son inhaladas posteriormente por los niños

Así pues, lo más recomendable sería dejar de fumar (tanto por nuestros hijos como por nosotros mismos), pero si decidimos fumar no hay que hacerlo nunca en el interior del vehículo o de la vivienda, incluso aunque los niños no estén presentes, y lavarnos después las manos. Si nuestro hijo es asmático debemos hacer lo posible por protegerlo de los ambientes con humo, pues como hemos visto los contaminantes empeorarían sus síntomas.

Fotos / iStock

Vía / "Impacto del tabaquismo pasivo en la función pulmonar y gravedad del asma en la población pediátrica"

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