Sabemos que la contaminación afecta negativamente a nuestra salud y que los niños y los ancianos son los más vulnerables a su efectos.
Ahora, un nuevo estudio español, publicado en la Revista de Pediatría de Atención Primaria, ha confirmado con datos recogidos durante seis años, que el mayor número de ingresos hospitalarios de niños por enfermedades respiratorias coinciden con los mayores picos de polución en la ciudad.
Esto significa que hay que cuidar el medio ambiente para proteger también la salud de nuestros hijos.
El objeto de estudio
El trabajo "Impacto de la contaminación ambiental en los ingresos hospitalarios pediátricos", recoge los ingresos pediátricos generales y aquellos por patología respiratoria (neumonías, crisis asmáticas y bronquiolitis), en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid durante seis años (2012-2017), que fueron comparados con los valores de contaminación de la capital española.
En total, se estudiaron 10.512 ingresos (más de la mitad por procesos respiratorios), cuando las mediciones del dióxido de nitrógeno (NO2) por el Ayuntamiento de Madrid eran superiores e inferiores a 40 microgramos por metro cúbico de aire (40 µg/m3).
Los niños pequeños, los más vulnerables
'¡No contamines mi futuro!' y 'Heredar un mundo sostenible: atlas sobre salud infantil y medio ambiente' son dos de los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre riesgos medioambientales que afectan a la población infantil. En ellos se hace hincapié en la vulnerabilidad de los niños, marcada por la inmadurez de sus órganos y sistemas inmunológicos, pero también en esos comportamientos que son propios de su edad:
"Los niños más pequeños gatean, se llevan a la boca las manos y objetos variados y pasan mucho tiempo al aire libre. Por estas razones son menos capaces que los adultos de neutralizar y eliminar de su organismo los contaminantes externos".
Ya nos hemos hecho eco anteriormente de otros estudios que confirmaban la relación entre la salud de los más pequeños y las condiciones ambientales y hemos hablado del aumento de las alergias infantiles a causa de una mayor contaminación e incluso de cómo afecta a su desarrollo cognitivo.
Y este estudio vuelve a demostrar que algo tiene que cambiar.
Solución: reducir la contaminación
La investigación del centro hospitalario madrileño encontró una correlación entre los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), CO, benceno y los ingresos hospitalarios totales y respiratorios. Es decir, que el número de ingresos por afecciones respiratorias aumentan cuando se incrementan los niveles de NO2 y benceno y disminuyen con la temperatura.
Se calculó que si los niveles de NO2 no hubieran superado ningún mes los 40 µg/m3 (el nivel de contaminación máximo de NO2 recomendado), se podrían haber evitado el 8,37% de los ingresos totales y el 6,73% de los respiratorios o, lo que es lo mismo, 789 niños no hubieran sido hospitalizados.
Conclusión. Según explica el pediatra Marciano Sánchez Baile, primer firmante del trabajo:
"La mejora de la calidad del aire podría evitar un porcentaje significativo de ingresos pediátricos y propiciarla debería ser tarea prioritaria para los pediatras".
Fotos | iStock
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